DECLARACIÓN
DE AMOR
O
LOS DERECHOS
DE
LOS NIÑOS(*)
"Queda decretado que el mayor dolor
fue
y será siempre no
poder amar".
Thiago de Mello
Preámbulo
Todo niño nace con sus derechos,
como cada flor con sus pétalos.
Artículo
1
Todo ser humano es un niño,
salvo que haya cumplido 12 años
y no germine ya en su corazón
una piñata.
Artículo
2
Acariciados por el arco iris
hay niños de todos los colores.
Todos tienen los mismos derechos.
Artículo
3
La vida le pertenece al niño
como la luz al amanecer.
Artículo
4
El pájaro cobija
bajo las plumas a sus polluelos.
Cada país es un árbol:
acunará al niño bajo
su sombra.
Artículo
5
Un jardín para la mariposa,
el mar para los corales,
tierra para las raíces,
un regazo propio para los niños.
Artículo
6
Todo tiene nombre en el universo:
los elefantes y las hormigas,
las pestañas del girasol,
la primavera eterna de las esmeraldas.
En la escuela el niño aprenderá
a deletrear su nombre.
Artículo
7
Brillen los niños rozagantes
como la salud de las manzanas.
Artículo
8
Sin agua y sin alpiste
enmudece la flauta del canario,
exhausto se apaga el corazón
del niño.
Artículo
9
Será cuidado por todos
aunque estuviese solo,
en abandono y perdido
en medio del desierto.
Artículo
10
Velar por el crecimiento natural del
niño,
espiga que se yergue lozana y
ligera.
Reciba los aires benéficos,
la lluvia, el sol, el legado
de una buena simiente.
Artículo
11
Cabalgar sobre un caballito de madera
es uno de sus derechos.
también abrir un libro
como las hojas de una col.
Artículo
12
El Verano obligará al Invierno
a nevar tibios copos de lana fina
para que el niño se reconcilie
con el frío.
Artículo
13
Ni la rosa de sonrojados atuendos,
ni el colibrí engolosinándose
de corola en corola
ni el matinal lucero de la tarde.
En el planeta nada hay más bello
que un niño sonriendo.
Artículo
14
Nadie le impedirá cubrirse
con las melenas del Astro Rey.
El niño como el oso
con el abrigo puesto
es más hermoso.
Artículo
15
El Sol y la Luna gravitan
en la germinación de la semilla.
Será reprobado separar a los
cachorros de la leona
a la torcaza de sus pichones,
a los niños de sus hogares.
Artículo
16
A su alrededor
en ronda todos los seres
(incluidos los abejorros)
El niño ni un segundo quede
recluido a vivir en soledad.
Artículo
17
Un viñedo gigante y egoísta
no se compara con un racimo
de uvas
alimentando los pechos
de una madre gestando.
Articulo 18
Su palabra es el gorjeo de la fuente.
Escucharla con alegría,
como escucha la hierba
el susurro de la cigarra
cuando calla la tarde.
Artículo
19
Nadie ofenderá la plegaria de
una tribu,
sus símbolos, la alegoría
de los rituales.
Todas las deidades lo protejan
y el niño tendrá la ilusión
de tocar el cielo.
Su oración en cualquier idioma
será escuchada.
Artículo
20
Lastimarle, no.
Ni con pétalo de un cisne.
Artículo
21
Por decreto de los ángeles
queda abolida de los diccionarios
la palabra látigo.
¡Hágase humo huyendo temerosa
la palabra castigo!
Artículo
22
Jamás se le atarán las
alas.
El viento es su compañero de
aventuras
y su mejor tutor.
Artículo
23
El corazón del hombre
sea un refugio de niños
como es el piano un nidal de pájaros.
Artículo
24
Un niño impedido (de volar)
es como el ala quebrada de una gaviota.
Reclama las caricias
de una orilla de terciopelo.
Artículo
25
Cúrese al niño postrado.
Utilícese un rayo celeste
para cicratizar sin dolor
la súplica de sus heridas.
Artículo
26
Los bálsamos, las mieles,
la canción de cuna de las sirenas,
los rubores de la cucarda
sirvan para colorear
la palidez de un niño abatido.
Artículo
27
Queda prohibido reír
mientras un niño
carezca de sustento y
sea su silueta
apenas el guiñapo de una sombra.
Artículo
28
Nadie se atreverá a fatigar
al niño.
Sólo le estará permitido
asombrarse, jugar y soñar:
trabajos remunerados por la luna.
Artículo
29
Ya han sufrido bastante los pájaros
con el llanto de las jaulas.
Se derretirán los barrotes
al primer temblor de un niño
cautivo.
Artículo
30
No hay niño culpable.
Si fueran los adultos
serán enjuiciados por un Tribunal
de Hipopótamos y Rinocerontes.
Artículo
31
En el altar o en el jardín
como el cáliz
su sexo es sagrado.
Artículo
32
Únicamente el néctar
de la luna
alucinará los ensueños
del niño.
Ningún otro elíxir
emponzoñará su alma
y sus manos inocentes.
Artículo
33
Sólo podrá ser reclutado
por palomas y delfines
y marchará por los aires
alimentando con terrones
de lumbre a las estrellas.
Artículo
34
Maravíllese la ventana:
una algarabía de niños
asidos a la cola de un cometa.
Artículo
35
Que su fantasía haga gruñir
a la Osa Mayor
y lleve a los niños a columpiarse
en los anillos de Saturno.
Artículo
36
Que ni la más leve nube enturbie
su horizonte.
Artículo
37
Desde el presente
sea una Edad de Oro
el futuro de los niños.
(*) Arturo
Corcuera
Publicado
en Revista JUNJI.
Junta
Nacional de Jardines Infantiles.
Santiago
- Chile.
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