Técnicas biotecnológicas favorables a la  
producción agrícola  

Desde la Biología Molecular, un grupo de investigadores de la UNRC está realizando estudios tendientes a incrementar la producción agrícola regional a partir de la aplicación de técnicas biotecnológicas. 

 

Biocontrol de hongos patógenos 
A: hongos solos 
B: hongo más la pseudomona, más luz 
C: hongo más la pseudomona en la oscuridad
(se obtiene el máximo efecto antifúngico)

Biocontrol en medio líquido. A: control, es decir el hongo solo, B: hongo más pesudomona purificada, C: hongo más pseudomona en su medio de cultivo (sin filtrar) 
 
Agrónomos y biólogos estudian problemas de microbiología del suelo en función de los beneficios de las plantas. Se trabaja con la rizósfera, es decir, todo lo que está en el suelo íntimamente ligado a la raíz. Son estudios centrados particularmente en las bacterias -microorganismos vegetales de una sola célula- y aún de manera más específica en las bacterias que son beneficiosas para las plantas. 
En la actualidad se han logrado resultado promisorios vinculados con una bacteria llamada Pseudomona aurantiaca, que libera un pigmento capaz de matar a todo hongo patógeno que esté a su alrededor. Se trata de una bacteria que genera una sustancia de naturaleza antifúngica.  
En la actualidad se hacen ensayos para cubrir con esta bacteria las semillas que van a ser sembradas, previendo que al generar esa sustancia que mata a los hongos, le permitirá a la planta crecer sin ser atacada por aquellos. Estos avances biotec-nológicos ya han logrado interesar a la actividad privada. Un laboratorio de microbiología industrial quiere producir un inoculante no convencional a partir de estos adelantos. Es decir, que quieren introducir en la semillas esta bacteria, para luego comercializarla, garantizando la sanidad del cultivo. 
El tipo de técnicas biotecnológicas que se están manejando en el marco de este trabajo de investigación apuntan a mantener el equilibrio ecológico, sin contaminar, a partir de un proceso natural y no químico, como es el caso de los fungicidas o insecticidas, sino que por el contrario, se trabaja con bacterias que ya están asociadas y viven naturalmente en el suelo. 
En los laboratorios de la Universidad, estos investigadores del grupo de Rizobiología de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales, a través de técnicas microbiológicas, aumentan la población de las bacterias benéficas para las plantas, que luego se fijarán en la raíz y permitirán crecer al vegetal, eliminando todos los agentes malignos. 
El ingeniero Néstor Correa y la doctora Susana Rosas son los directores del equipo integrado por siete investigadores, entre los que se encuentran becarios, tesistas y doctorandos, explica “primero aislamos la bacteria y luego la cultivamos. Podemos hacer inóculos o medios de cultivos en cantidades necesarias, desde un litro hasta cien o más, según se necesite” y agrega “en su interior hay unas diez a la ocho bacterias por litro, es decir, varios millones de bacterias». 
“Lo que se está buscando ahora es cómo aplicar esto en la semilla -dice Correa-. La idea es trabajar en soja, alfalfa y todas las leguminosas con el inoculante tradicional, que es una bacteria que fija nitrógeno del aire -braderizobium o rizobium-. Se está ensayando aplicarle ese inóculo y a la vez ponerle una capa protectora y sobre la capa protectora de la parte externa se le agregaría esta bacteria”, explica el facultativo. 
De esta manera se espera que cuando comience el proceso de germinación, la bacteria mate toda la flora patógena y no le haga nada a los braderizobium o rizobium, que es donde se produce la inoculación para producir la fijación biológica del nitrógeno.  
Estas bacteria benéficas para las plantas producen, como se dijo, la fijación simbiótica del nitrógeno. Se unen con la planta, penetran y forman nódulos, que fijan el nitrógeno atmosférico del aire. 
A lo largo de estos estudios -según comenta el investigador-, se extrajeron muestras en la que se aislaron las bacterias presentes en los suelos de esta región, por medio de técnicas de laboratorio. Una vez aisladas las bacterias, se procedió a clasificarlas, para lo cual se llevaron las muestras al Recinto de Mayaguez, de la Universidad de Puerto Rico, donde por medio de un sistema computarizado de avanzada se individualizaron por tipo las distintas bacterias. 
El trabajo realizado en aquella Universidad, con la que la casa de estudios local ha firmado un convenio, consistió en una serie de ensayos, por medio de reacciones bioquímicas ejecutadas por computadoras. Se trata de un proceso que incluye un total de 96 reacciones bioquímicas, que concluyen con los datos que permiten la mencionada clasificación. 
Una vez identificadas las bacterias, los universitarios realizan estudios para determinar si son capaces de producir elementos que favorezcan el crecimiento de la planta. En este sentido, se averigua, entre otras cosas, si liberan fitohormonas o si producen siderofos, que son uno orgánulos que sirven para tomar el hierro. 
De esta manera, se estudian todas las bondades de las bacterias y se determina su capacidad para ayudar o estimular el crecimiento vegetal, ya sea aumentando la sanidad o el crecimiento propiamente dicho. 
Una vez clasificadas las bacterias, se realizan ensayos de laboratorio para determinar qué hormonas liberan, y se hacen pruebas con diferentes hongos patógenos en un medio de cultivo. Es decir, que se hace crecer la bacteria  y se le agrega un hongo, para comprobar a cuáles de ellos mata y a cuáles no. Por último, se determina qué sustancias produce. 
Luego de los ensayos en invernáculos, ahora se están a punto de realizar pruebas a campo. 

Los logros 
Este equipo de investigación consiguió determinar por primera vez qué tipo de bacterias son las que están en el suelo asociadas a los vegetales de la región. “Tenemos un planteo de tipo microbiológico, edafológico y de la planta, porque sabemos cuál es la flora presente en el suelo y podemos determinar qué factor se altera cuando hay cambios de tipo climático o químico -por la utilización de herbicidas, fungicida o cualquier agroquímico- y cuál es el grupo de bacterias que desaparecen, como así también cuáles son las nuevas bacterias que vienen y se instalan”, explica Correa. 

Equipo de Investigación: 
Director: Ing. Agr. Néstor Correa 
Fac. de Ciencias Exactas  / Grupo de Rizobiología 
Tel: (0358) 4676114  / Email: srosas@exa.unrc.edu.ar