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Estudio
Geoambiental del Sur de la
Provincia
de Córdoba
Con el objetivo de
obtener información básica sobre el estado de los recursos
naturales de la región, se desarrolla desde la UNRC un programa
de investigación denominado Estudio Geoambiental de la Provincia
de Córdoba al sur de Río Tercero. La iniciativa tiende a
obtener mapas prescriptivos que indiquen qué hacer frente a los
problemas ambientales relacionados con estos recursos, especialmente el
agua, el suelo y el relieve.
Los aspectos
principales que abarca este estudio son: uso y contaminación de
aguas subterráneas y superficiales, erosión e inundación
vinculadas al río Cuarto, degradación física y química
de suelos, erosión de calles urbanas, mecánica de suelos,
es decir el conocimiento de las propiedades de los materiales sobre los
cuales se asienta infraestructura, y la actividad sísmica. Varios
de estos aspectos son estudiados en su estado actual y además como
riesgos posibles a la hora de planificar.
Actualmente el grupo interdisciplinario
-conformado por una veintena de especialistas en geología, geografía,
economía, microbiología e informática- se dedica al
estudio ambiental de la ciudad de Río Cuarto y sus alrededores con
el objetivo de efectuar una propuesta de ordenamiento. “Elegimos esta área
porque consideramos que Río Cuarto es una ciudad representativa
de ciudades intermedias de la llanura pampeana con problemas de servicios,
es decir, muchas calles de tierra, inconvenientes en la distribución
de agua potable y cloacas, entre otros. Llamamos ciudades intermedias a
aquellas que tienen entre 80 mil y 250 mil habitantes” señala Mario
Cantú, licenciado en Geología y coordinador del programa.
Los proyectos
Para abordar los temas mencionados,
el Programa está dividido en cuatro proyectos. Uno de ellos investiga
los problemas del uso y la contaminación del agua subterránea.
“Cuando no hay sistema de cloacas -explica Cantú-, el agua subterránea
se contamina por los pozos negros, es decir, todos los efluentes de esos
pozos llegan al acuífero y lo contaminan. Entonces, si tenemos esa
contaminación y a la vez estamos extrayendo esa misma agua para
el consumo; hay dificultades”.
En este aspecto del trabajo
el grupo ha avanzado mucho, ya que se estudiaron algunos barrios de la
ciudad donde se comprobó el grado de contaminación en las
aguas subterráneas, resultado que fue transferido a la Comuna y
que motivó la gestión del servicio de agua potable.
El deterioro de las calles
de tierra
Otro de los proyectos que
integran el programa tiene como objetivo estudiar el problema de erosión
de las calles de tierra de la ciudad. Al respecto se hizo un mapa del estado
de erosión de éstas y se ha recolectado información
sobre cuánto se han profundizado, cuánto volumen de tierra
se ha perdido y qué costos de mantenimiento tienen esas calles.
Los problemas más importantes aparecen cuando estas arterias urbanas
están demasiado profundizadas, sobre todo en las zonas donde los
desagües son insuficientes para drenar los excedentes de lluvia.
En relación con esto
último, se lleva a cabo otro proyecto vinculado con el estudio del
agua superficial en el que se hicieron algunas propuestas que fueron presentadas
luego en dos reuniones del programa SCOPE en Granada y Bogotá. Este
programa internacional evalúa cómo se modifican los procesos
naturales en función de la ocupación humana. En este caso
la disposición de la red de calles hace que se acelere la circulación
de agua por ellas y este fenómeno provoca la erosión.
Grietas y hundimientos
Uno de los aspectos del
programa consiste en analizar las propiedades físicas de los materiales
sobre los que se asientan distintos tipos de obras civiles como casas,
edificios, puentes, carreteras, entre otras. El suelo sufre deformaciones
que varían tanto horizontal como verticalmente, las que a menudo
se magnifican por presencia de agua o mal diseño de las estructuras
que debe soportar. Conocer la magnitud y distribución de estas características
del subsuelo finalmente va a evitar hundimientos y/o agrietamientos de
viviendas u otras obras, a través de la correcta planificación
urbana y del adecuado diseño de las estructuras de apoyo.
Riesgo sísmico
Otro de los grupos de trabajo
está aplicando, por primera vez en el país, una metodología
para predecir, a través de las emisiones de gas radón, las
posibilidades de que se produzcan movimientos sísmicos. Según
explica el docente, hay mayor cantidad de emisión de gas radón
previo a la ocurrencia de terremotos. Este método se está
aplicando en la zona de Sampacho, al sur provincial, donde existen dos
fallas geológicas sismogeneradoras, con antecedentes de terremotos
históricos y microsismos frecuentes.
El río y su entorno
La relación del río
con la ciudad y su entorno es el objeto de estudio de otro de los equipos
de investigación que integran este programa. “Lo que analizamos
fundamentalmente son los procesos de erosión de las márgenes
del río y los problemas de inundación, en relación
con las crecidas” explica el geólogo. En este sentido, las conclusiones
más importantes indican que la extracción de áridos
del río realizada por algunas empresas no es determinante del problema
de erosión de márgenes, salvo en casos en que las areneras
están mal ubicadas, y que el proceso obedece a causas naturales
fundamentalmente. Para el estudio se estableció una metodología
nueva de evaluación de riesgo de erosión que se aplicó
en un caso puntual y luego en todo el tramo en que el río atraviesa
la ciudad. A partir de allí se elaboró un programa de ordenamiento
a nivel de prefactibilidad que indica cómo deberían ocuparse
los terrenos expuestos a la erosión y las obras de control a realizarse.
En la mayoría de los casos se sugiere un uso recreativo de los lugares
y no la construcción de viviendas, al menos en los sitios indicados
como de alto riesgo.
Los universitarios también
han analizando la historia de las inundaciones ya que con esos datos y
los estudios geomorfológicos se puede determinar el riesgo de inundación.
Para generar información
A partir de estos trabajos
se está generando una base de datos con información para
quienes deban diseñar políticas ambientales y de uso del
territorio.
El grupo tiene un núcleo
informático cuyo objetivo es crear una base de datos que sirva para
la generación de cartografía digital. Se ha adquirido un
programa específico del tipo GIS (Sistema de Información
Geográfica) y a partir de ese tipo de procesamiento de la información
se pueden obtener mapas de unidades ambientales, de riesgo sísmico,
de degradación de suelos y de cada problema específico.
“Se trabaja en la búsqueda
de indicadores geoambientales para conocer el estado de los recursos naturales
en relación con el uso que el hombre hace de ellos, o lo que se
denomina presión antrópica”, señala Cantú.
En el caso de los suelos, se tiene previsto instalar estaciones meteorológicas
automáticas que brinden información útil para relacionar
el fenómeno de la degradación con la intensidad de las tormentas.
También se está midiendo la degradación físico
química y la contaminación por agroquímicos. Algo
parecido sucede con el uso del agua subterránea que se explota para
el consumo humano, animal y el riego. “En este caso se estudia la degradación
o la excesiva explotación, y en algunos de estos últimos
casos se ha advertido que puede no llegar a recuperarse el recurso”.
La información que
se genere se va a relacionar con los aspectos socioeconómicos, para
lo cual se han iniciado tareas conjuntas con especialistas en sociología
y psicología de la Facultad de Ciencias Humanas.
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