Inicio / Noticias

Desde la filosofía, estimulan a los niños a pensar

26 de Marzo de 2013 - En talleres realizados en escuelas públicas rurales y de Río Cuarto los pequeños reflexionan sobre el amor, la amistad, la naturaleza, el bien y acerca de sí mismos

Entre narraciones, dibujo y pintura, juegos y diálogo, docentes de la UNRC que integran el Centro de Estudios Filosóficos de la Facultad de Ciencias Humanas (CEF) llevan a cabo talleres de filosofía en distintas escuelas primarias públicas de la ciudad y de las zonas rurales aledañas, donde temas como el amor, la finitud, lo efímero, la belleza, el conocimiento, uno mismo y la vida con otros, son abordados desde la experiencia infantil.

Desde allí, se incentiva el desarrollo de interrogantes en torno a ellos, permitiendo reflexionar, imaginar, y buscar con otros diversas maneras posibles de pensarlos y vivirlos. Se busca avanzar hacia un diálogo en el que los interrogantes no se cierren en posiciones únicas y acabadas sino, por el contrario, que abran nuevas preguntas y diversas respuestas, intentando evitar marcar una única dirección o cerrar la discusión arribando a una respuesta común.

La licenciada María Clara Tissera, integrante del CEF, explicó que los talleres de filosofía con niños pretenden propiciar un espacio para que los pequeños puedan plantear y compartir sus pensamientos e interrogantes en torno a diversas temáticas de la vida cotidiana que se enmarcan dentro de las diferentes áreas de la filosofía.

Destacó la profesora Tissera: “No abordamos la filosofía a partir de la enseñanza de sus conceptos, sino proponiendo temáticas que puedan ser tratadas filosóficamente y desarrolladas a partir de una experiencia estética y creativa. Por esta razón, la narración literaria constituye para nosotros un elemento fundamental para abrir los núcleos de sentido que conducen al diálogo filosófico entre los pequeños. Nos valemos de relatos, cuentos, mitos y leyendas de distintas tradiciones culturales porque consideramos que la narración abre un espacio común, una dimensión colectiva, por donde circulan sentidos y experiencias de vida que incentivan a pensar y a contar lo que pensamos”.

Agregó: “En general, los talleres se inician con una ronda de relatos, dialogamos sobre los interrogantes que se plantean en ellos, y luego damos lugar a la expresión artística (dibujo, pintura, expresión corporal, etc.) o al juego donde los niños plasman su mirada del mundo de una manera creativa, dando forma a nuevas textualidades, nuevos modos de decir-se”.

“Desde mi experiencia con niños pequeñitos en la Escuela Infantil Rosario Vera –señaló la licenciada Tissera– intento atender a esa singularidad, para que sea escuchada por el grupo de pares, respetada y valorada en su diferencia. He observado, por ejemplo, (sobre todo en las salas de 5 años, donde los diálogos son más sostenidos) cómo los niños al tener miradas diferentes, y hasta a veces antagónicas sobre un mismo interrogantes, son capaces de interpelarse entre sí y desarrollar un pensamiento reflexivo. Un niño plantea que vive las cosas de una manera, y otro que las vive de otra; discuten, a veces se enojan, se esfuerzan para que el otro entienda su posición, se interrogan entre ellos y plantean preguntas nuevas al grupo. Otras veces, expresan su no saber ante un tema y se quedan pensándolo en silencio. En ocasiones las ideas que no surgen en el diálogo cobran vida en un dibujo o a través de un juego. Esto suele suceder con mayor frecuencia en las salas de 4 años, donde aquello que no se ha logrado poner en palabras en la ronda colectiva es puesto en imágenes y colores en la experiencia plástica singular que cada niño realiza con los materiales que se les ofrecen, con sus posibilidades motrices y con las ideas que la narración o el diálogo de sus compañeros generó en su percepción y pensamiento”.

Discusiones profundas

Entre la escucha, la charla, la reflexión, los niños también van contando historias, anécdotas, experiencias que comienzan a formar parte de esa trama narrativa que se abre en la ronda. Desde todas estas formas, que se desenvuelven entre la dispersión y el juego que caracteriza a la infancia, surgen discusiones simples pero muy profundas. Discusiones e interrogantes en los cuales va inmersa la experiencia del niño que pregunta, que “se” pregunta.

Consideró la profesora Tissera que, en este sentido, el taller de filosofía “es una experiencia individual y colectiva en la que podemos preguntar, expresar, aceptar, crear, deshacer, reinventar los propios mundos de sentido que habitamos, los ajenos y los posibles en el marco de la escucha y el respeto hacia los otros y hacia uno mismo. Una experiencia que permite a los niños elaborar un relato sobre sí y descubrir en el relato de sus pares nuevos horizontes de sentido”.

La profesora Tissera forma parte del grupo de estudio de “Infancia y Filosofía” perteneciente al CEF del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de Río Cuarto, coordinado por los profesores Gabriela Müller, Mauricio Moretti y Pablo Olmedo.

Conformado en el año 2005, el grupo tiene el propósito de explorar el vínculo entre la práctica filosófica y la infancia, entendida no como un período cronológico de la existencia humana, sino como una experiencia que puede acontecer en cualquier etapa de la vida.

Comentó la licenciada Tissera: “Desde esta perspectiva, estudiamos las relaciones entre la filosofía y la infancia, la infancia y la niñez, la niñez y la filosofía. Desde el año 2006, el grupo viene realizando talleres de filosofía con niños en distintas zonas de la ciudad. En 2010, tuvo lugar en la UNRC el II Coloquio Nacional de Filosofía, “Infancia y Filosofía. El lugar de la infancia en la filosofía y la educación”. En el 2011, comenzamos a dictar talleres en diversas instituciones, como la Escuela de Gestión Estatal Justo José de Urquiza (nivel inicial, primario y medio), la Escuela Rural Domingo Faustino Sarmiento de La Carolina (nivel primario), la Escuela Santa Eufrasia (nivel inicial y primario), la Escuela Galileo Galilei (nivel primario), el Jardín Maternal Rayito de Sol (Sala de 3), el Hogar de Día Proyecto Ángel, el Hogar de Día Damas Salesianas y la Escuela Rural Antonio Sobral, de Cuatro Vientos (nivel primario).

Remarcó la licenciada Tissera que este año se pudieron sostener los espacios de los talleres en las escuelas rurales y urbanas públicas mencionadas gracias a que la iniciativa fue seleccionada en el marco de la convocatoria PRODEC 2012 y Voluntariado de la SPU (Secretaría de Políticas Universitarias), que impulsan el fortalecimiento de prácticas socio-comunitarias.

Objetivos

Desde esta propuesta, se persiguen como objetivos: “Fomentar el desarrollo de una relación con el saber y la experiencia multiplicadora e intensificadora de sentidos; Estimular en los niños la confianza en sus posibilidades de comprensión y de pensamiento como así también el valor de la perseverancia y creatividad en la búsqueda de respuestas; Fomentar la construcción grupal de problemáticas filosóficas que cuestionen el entorno humano, social y cultural de los niños y que permitan la apertura de nuevas significaciones; Fomentar el diálogo, la comunicación, el respeto y la escucha del Otro como formas de construcción colectiva y acceso al saber mismo; Estimular la expresión, la creatividad y la imaginación revalorizando su valor cognoscitivo; Despertar inquietudes frente al arte que impulsen al niño a desarrollar capacidades sensoriales y sensitivas; Cultivar la sensibilidad estética y ética; Trabajar con el cuerpo y la palabra desde el cuidado de sí mismos y de los otros, y Brindar un espacio donde los niños puedan pensarse, expresarse y experimentarse a sí mismos desde su alteridad infantil”.