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Problemática social

Casi 400 familias de Río Cuarto viven del cirujeo y la mayoría recauda sólo 300 pesos por semana

02 de Septiembre de 2015 - Según un estudio realizado por docentes e investigadores del Departamento de Ciencias de la Comunicación, en 4 de cada 10 hogares hay niños que se dedican o colaboran con esa actividad. También se manifiestan problemas de salud y muy baja escolaridad

Casi 400 familias de la ciudad de Río Cuarto viven del cirujeo, es decir de la recolección de residuos urbanos, una actividad que en el 70% de los casos apenas les reditúa ingresos por la venta de los materiales acopiados que no superan los 300 pesos semanales.

Asimismo, en 4 de cada diez hogares hay niños que se dedican o colaboran con el cirujeo del grupo familiar, mientras que en casi la mitad de la población relevada sus miembros tienen problemas de salud con la necesidad de medicación permanente, y el 20% manifiesta alguna discapacidad.

También, 154 personas que reconocieron no saber leer ni escribir. Ese número proyectado indica que casi una de cada diez personas que es miembro de familias con actividades de cirujeo es analfabeto completo o funcional. Esa proporción cuatriplica los valores que se registran a nivel general nacional.

Los datos surgen de un relevamiento realizado por un equipo de docentes investigadores y alumnos del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

Se realizó en el marco de un Plan de Trabajo acordado entre la Facultad de Ciencias Humanas de la UNRC y la Fundación Social de la Municipalidad de Río Cuarto, a partir de una demanda del Programa de Recuperadores Urbanos (PRU), dependiente de la Subsecretaría de Desarrollo Social.

La dirección académica de este relevamiento de carácter censal estuvo a cargo de los profesores Gustavo Cimadevilla y Edgardo Carniglia, mientras que la coordinación y monitoreo correspondió a las docentes Claudia Kenbel y Silvina Galimberti. El equipo se completó con ocho alumnas entrevistadoras: Flavia Jaime, Ludmila Muiña, Laura Olocco, Verónica Pugliese, Julieta Orlando, Melina Demasi, Eliana Pontoriero y Merlina González.

La presentación de este informe tuvo lugar en el Aula Magna de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, en un acto protocolar que contó con la presencia del rector Roberto Rovere, de la decana de la Facultad de Ciencias Humanas, Gisela Vélez; del secretario de Gobierno de la Municipalidad, Guillermo Aón, y del subsecretario de Desarrollo Social, Gonzalo Parodi, además de otras autoridades universitarias, concejales, directivos de instituciones de la ciudad, docentes, estudiantes y recuperadores urbanos.

Esas 400 familias que relevó el estudio incluyen un total aproximado de 1.700 personas. De ese total, unas 700 se dedican al cirujeo. Un tercio de ellas se sumó a la actividad a posteriori del año 2001, es decir que son los cirujas post-crisis, mientras que las otras dos terceras partes tienen varias décadas en la actividad y su ingreso en la mayor cantidad de casos puede vincularse a las diferentes crisis socio-económicas que ha tenido nuestro país.

El equipo de investigación sostiene que la mayoría de los cirujas activos tiene entre 26 y 54 años de edad y la mitad de sus familias son de tipo numerosa. Su población en general es más bien joven, ya que el 46% de ellos tiene hasta 17 años de edad. En la mitad de los hogares con menores de edad, éstos colaboran con el cirujeo y 6 de cada diez que entraron en edad pasiva (65 años o más) lo continúan haciendo.

En el 83% de los hogares dice que la vivienda es propia, aunque 6 de cada diez reconocen que los terrenos son fiscales.

Según la cantidad de sus miembros: viven solos 32 casos (8,6 %); sólo la pareja 48 casos (12,7); con tres miembros 54 casos (14,4) y con cuatro miembros 67 casos (17,7). Si se considera a una familia como numerosa cuando tiene 5 o más miembros, se observará que estos casos suman 176, un 46,7 % de esa población. Las familias que cirujean, entonces, prácticamente son tipo “numerosa” 1 de cada 2.

Los sectores que los tienen por residentes son, según la cantidad de casos, los siguientes: Alberdi, 112; Cola de Pato, Cava y Malvinas, 50; Las Delicias, 46. Le sigue Ciudad Nueva, 43, y Oncativo, 40. En los demás casos los números descienden de 19 a un dígito.

Absoluta necesidad

Los que se incorporan a la actividad lo hacen por razones de absoluta necesidad, y en el caso que la hayan dejado (un tercio de los casos), ello se debe a la incorporación a otros trabajos o por razones de salud, principalmente.

En el 45% de los hogares se manifiesta que algún miembro del grupo busca actualmente trabajo.

Pudo constatarse, según el relevamiento, que aproximadamente 200 familias realizan la actividad mediante el uso de carros tirados por caballos. Probablemente, como consecuencia de ello, dos de cada diez han tenido problemas con EDECOM (el ente de control del tránsito municipal) o la Sociedad Protectora de Animales.

La mayoría de los que accedieron a un zoótropo –vehículo mecánico pequeño, creado por una escuela local, para reemplazar a los carros tirados por caballos- lo valoran positivamente (8 de cada 10) y si no lo tienen su imaginario es igualmente positivo. En las valoraciones críticas se suele mencionar las dificultades con su mantenimiento o ciertos condicionamientos de su uso por cuestiones de estructura y diseño.

Una magra recaudación

El trabajo permitió precisar que entre los materiales que recolectan y comercializan se destaca el cartón y el vidrio con ventas semanales o quincenales, pero los ingresos son muy bajos, ya que la mayoría (dos terceras partes) no consigue aportar al hogar más que 300 pesos semanales.

En la mitad de los casos los hogares cuentan con otros ingresos como la Asignación Universal por Hijo (AUH) o en una proporción menor (un tercio) pensiones o jubilaciones. Los miembros en relación de dependencia son muy pocos (7,5 %).

Salud y escolaridad

En la mitad de los hogares, algún miembro tiene problemas de salud con medicación permanente y en uno de cada cinco hogares alguno de sus miembros tiene algún tipo de discapacidad. La gran mayoría depende de la salud pública.

En tanto, los niveles de escolaridad son bajos. Hoy uno de cada cuatro niños no concluye el primario pero en el conjunto de la población han finalizado sólo cuatro de cada diez personas. El secundario no ha sido completado por más de un 5% de esa población.

El nivel de escolaridad declarado según el sexo indica que el 42% de las mujeres finalizó la primaria, en tanto que en los hombres se reduce al 38 %. Si se considera el nivel secundario para aquellos que finalizaron la primaria, se observará que finalizó la secundaria solamente el 14% de las mujeres que obtuvieron el primario, lo que en la población se reduce al 5,8% del total femenino. En los hombres finalizó la secundaria el 13 % de los que finalizaron la primaria y en la población de su género representa solamente el 4,8 %.

Si se consideran los intervalos de edades, puede apreciarse que hay mayor proporción de personas que concluyeron la primaria en los más jóvenes. Es decir, actualmente hay más jóvenes que finalizan la primaria que antes. Entre los que tienen 14 y 17 años, una cuarta parte no terminó la primaria y entre los que tienen de 18 a 25 años esa proporción es mayor (34% de los casos). Algo similar ocurre si se considera el nivel secundario.

DIRECCIÓN DE PRENSA Y DIFUSIÓN