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Gratitud por la trayectoria

La UNRC entregó reconocimientos a trabajadores por 30, 35 y 40 años de servicios

02 de Diciembre de 2016 - 30, 35 y 40. Números redondos y motivos de entrega de reconocimiento al personal docente y nodocente con tales años de servicio en la Universidad Nacional de Río Cuarto.

El acto tuvo lugar en el Aula Mayor, que desde media mañana vio entrar a hombres y mujeres listos a recibir “una pequeña caricia al alma”, tal la figura utilizada por el rector, Roberto Rovere, en referencia a este tributo a los trabajadores.

Se notó que era una ocasión especial. Por ejemplo, en ese nodocente que usualmente viste pantalones y camisas cómodos para caminar kilómetros llevando formularios de una oficina a otra y esta vez optó por un traje gris con corbata al tono, camisa y pañuelo bordó. O en las blusas de blancas con encaje y camisas negras con mangas en gasa de profesoras. Otros prefirieron chombas, vaqueros, sacos sin corbata, prendas más afines a su día a día en el campus. Distintos vestuarios, sentimientos comunes.

La espera hasta el inicio de la ceremonia se prestó para las fotos con familiares, hijos y nietos incluidos, de los agasajados. También permitió reencuentros y conversaciones.

Tras correrse el telón, un video institucional recorrió los 45 años de la UNRC, con mojones varios de los cuales supieron de primera mano quienes han pasado al menos dos tercios de la vida de nuestra casa de estudios prestando servicios en ella.

Como lo hace Dora Lukasiewicz, con más seguridad y confianza que en su primer día, cuando escuchó las palabras “memorándum y expediente” y sintió ganas de no volver. Felizmente, “mis padres me alentaron a seguir adelante”, recordó y así fue construyendo su trayectoria de 35 años en la cual “hubo vivencias buenas y no tan buenas” en una institución que “nos permitió crecer” no solo en el plano laboral, también a nivel global. “Esta casa me recibió a mí y a mis hijos”, señaló agradecida, actitud con la que también se refirió a “Darío Pereyra y el inolvidable ingeniero Cholaky Sobary”, ex rector de cuyo fallecimiento se cumplirán cuatro años en enero.

Lukasiewicz remarcó el valor del “sentido de pertenencia por la Universidad, Aspurc (Acción Social del Personal de la UNRC) y Edecop (Ente de Complementación Previsional), que algunos no lo tienen”. Consideró la necesidad del trabajo conjunto al decir que “no es bueno dividir claustros” y despertó aplausos cuando pronunció su aspiración de que se mantengan a través del tiempo derechos adquiridos: “Exijo que la universidad sea pública y gratuita”.

Luego de pasar por “risas, miradas cómplices y alguna que otra lágrima” en sus casi 36 años en el campus, Dora dijo “gracias a mis hijos, Emiliano y Ornella, y a mi esposo, Roberto” por “bancarme horas fuera del hogar” y a “mis padres” por enseñarle valores como “el amor” y “la responsabilidad” para hacer las tareas.

Las autoridades rectorales y de las facultades, sentadas en primera fila, también siguieron con atención la voz de Arnaldo Ambrogi, quien habló por los docentes y agradeció el lo que entiende como “un mimo de la conducción” para quienes llevan 30, 35 y 40 años de trabajo. Manifestó lo especial que le resultó porque “estoy inaugurando mi jubilación”, por lo que ya no habrá desde su casa reclamos del orden de “¿cuándo vas a cuidar a los chicos, cuándo vas a lavar los platos?” por tantas horas en la UNRC.

Aparte rememorar con la voz quebrada a su hermano Alejandro, docente de Ingeniería que murió años atrás en un accidente de tránsito, el profesor Ambrogi compartió un “recuerdo que tengo con bastante fortaleza: la calidad” de la enseñanza que aprendió de “un profesor que venía de Estados Unidos y daba Química. “Tenía calidad, le entendíamos y lo queríamos”, señaló y agregó que “me enseñó que la calidad de una institución se notaba en el conocimiento que generaba”, lo cual daba la pauta de cuán relevante es la investigación.

Ambrogi también rescató del pasadfo a “dos grandes docentes que nos hacían dar clases a nosotros. El tema era ‘inflamación’, dentro de Patología General. Bibliografía: una tesis en inglés. Aprendimos el valor de enseñar tanto en el grado como en el posgrado”. Quizás también supieron con ellos que la vida no depara solo satisfacciones: “El primer profesor fue encontrado muerto en su celda de Río Cuarto y los otros dos profesores fueron declarados prescindibles al poquito tiempo del ‘76”, afirmó.

Este hombre, que conoce aulas y campos de Agronomía y Veterinaria como pocos, siente que la Universidad “ha plantado mojones” y que ha trazado una línea “al servicio del pueblo”, por lo cual lamenta que el presente sea “difícil” a nivel nacional y con “expresiones fachistas y nazistas” que surgen a nivel mundial. Por ello, llamó a “no tropezar dos veces con la misma piedra en la Argentina” y a luchar por una “América Latina libre, soberana, que piense principalmente en los que menos tienen”.

Indignado con la denuncia del fiscal Guillermo Marijuan por presunta malversación de fondos en universidades nacionales, Ambrogi dijo que “es una hipocresía decir que en la universidad se roba y que son una manga de vagos”. “No lo podemos permitir”, sentenció.

El último orador fue el rector de la UNRC, Roberto Rovere. Consideró “oportuno, dentro de los ritmos institucionales, darnos un momento para reconocer a quienes dedican tiempo y esfuerzo a nuestra querida universidad”. Por eso es que la casa de estudios reanuda los actos de entrega de testimonios de gratitud que en esta ocasión no fueron medallas sino portarretratos con un texto alusivo.

Rovere apreció la heterogénea gama de esfuerzos que requiere la cotidianeidad universitaria y se llevan a cabo “en el campo, al sol, con viento, en el aula, cortando pasto, arreglando algo, conduciendo vehículos y tantas actividades, muchas desconocidas”. Esto, que insume “tiempo dado a la institución”, explica por qué a menudo se habla de la UNRC como “nuestra segunda casa” y, a lo largo de los años, se llega a sumar “casi tantos años como toda la historia de la universidad”. El sentido de construcción colectiva de la institución también había quedado de manifiesta, tal cual recordó, en “el libro por los 45 años de historia (de la UNRC), contada por todos y no por alguien en particular”.

El rector subrayó que “la Universidad ha sido un hecho fundamental para Río Cuarto y la región” y “hacedora y protagonista de muchos logros gremiales a nivel nacional”. Si bien ha atravesado “momentos difíciles”, ha logrado “un reconocimiento del sistema universitario; uno lo ve en el Ministerio de Educación, la Secretaría de Política Universitaria”.

En otro tramo de su alocución, el rector reconoció que no todos quienes se jubilan del campus se van satisfechos. No obstante, “uno a la universidad la tiene como el hincha de un club; se enoja en algunos momentos, pero cuando siente que se habla de su club se interesa”. A ello, el sentido de pertenencia, apuntó Rovere cuando dijo que “la marcha del 22 de noviembre podría haber sido más masiva”. “No podemos pedirle a la comunidad que sepa de la Universidad si no todos participamos”, añadió y destacó que la movilización “no fue contra un gobierno sino respecto de políticas educativas” que distribuyen el presupuesto de modo inequitativo y “generan rupturas” entre las casas de altos estudios. En este marco, también llamó la atención sobre “un recorte claro en ciencia y técnica” a nivel nacional, lo cual “es una forma de decir priorizo esto en desmedro de lo otro”. Señaló que con una menor asignación presupuestaria los “proyectos para el desarrollo se van desacelerando y se ven afectadas actividades, pues nos hacen funcionar en un mínimo”.

Hacia el final, volvió a agradecer a todos los galardonados por su labor y solicitó a cada uno, “en el lugar que les toca”, se empeñen en “la buena atención” a estudiantes, graduados, padres que vienen, de modo que “se sientan bien en nuestra Universidad”.

(En la próxima edición de Hoja Aparte, la nómina completa de los trabajadores reconocidos).

DIRECCIÓN DE PRENSA Y DIFUSIÓN

Imágenes: ÁREA DE FOTOGRAFÍA