Universidad Nacional de Río Cuarto

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Palabras de Daniel Feierstein

Acerca de la memoria, el periodismo y el odio

  20 de Septiembre de 2022

“Los dos demonios (recargados).
Consecuencias en el presente de las disputas por la memoria”, es la segunda de las Conversaciones con perspectivas de derechos humanos.
Su expositor principal será Daniel Feierstein, doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires que se especializa en el estudio de las prácticas sociales genocidas y los procesos de memoria y representaciones.
La charla, organizada por el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Río Cuarto, se llevará a cabo en el aula 2 del pabellón 4.
En diálogo con la 97.7, Feierstein manifestó que la teoría de los dos demonios, que pone en una misma escala la violencia de organizaciones insurgentes y la del Estado, “permite a grandes sectores de la sociedad no preguntarse por su propio rol” durante la dictadura de los 1970s, “como si estos dos sectores fuesen marcianos que aterrizaron en el país”.
Este profesor titular de la asignatura Análisis de las Prácticas Sociales Genocidas, de la carrera de Sociología de la UBA advierte que “hacia el fin de la dictadura y los años ochenta, la teoría fue, digamos, más espontánea en la sociedad; surgió de la dificultad para hacernos cargo.
Pero esta versión recargada del siglo actual está diseñada por sectores interesados en legitimar la violencia estatal” que “han interpelado mucho a sectores jóvenes, lo cual le da más gravedad”.

Construir el mal
En este marco, “los discursos de odio le vienen a dar un contenido a la teoría, lo que me parece más preocupante”.
El odio, “una emoción natural”, encuentra un terreno fértil “cuando la sociedad está sometida a mayores crisis”.
Para peor, no solo hay un sustrato favorable desde lo económico.
“Veo la utilización del odio en el plano político”, afirmó Feiestein.
Este investigador independiente del Conicet sostuvo que se nota “una irradiación mucho más capilar del odio” y en este contexto “aparecen en la investigación del intento de magnicidio (de la Vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner) grupos como Revolución Federal”, que “vienen funcionando hace una cantidad de meses” e “intentan canalizar el malestar social no solo a través de redes sociales sino llevándolo a la acción”.
Consultado sobre si es factible desandar este camino, Feierstein dijo que “sí, pero primero hay que poder comprender”, para lo cual es menester registrar “cuál es el origen del malestar y a qué sectores interpela”.
El autor de El genocidio como práctica social, Memorias y Representaciones, Juicios y la Introducción a los Estudios sobre Genocidio, entre otros libros, llamó la atención sobre el “profundo deterioro económico de los sectores más vulnerables”, “hechos que no son comunes, tales como que el salario vaya perdiendo valor por ocho, nueve años” o que “millones de personas con trabajo formal registrado estén por debajo de la línea de la pobreza”.
Asimismo, sostuvo que al odio se puede llegar a través de “elementos subjetivos, por ejemplo ciertas consecuencias indeseadas de las transformaciones en la importantísima lucha de nuestro país en políticas de género”.
Se construye “un malestar de varones jóvenes blancos que han terminado no teniendo espacio para expresar mucho de lo que les ocurre y cuando un malestar no se puede expresar es esperable que sea manipulado con más facilidad por políticas de odio, tanto en nuestro país como en la región y en el mundo”.
Respecto del rol de la revisión histórica, Feierstein manifestó que “la disputa se da entre distintas formas de memoria.
Hay que recordar el pasado, pero ¿cómo lo vamos a hacer?”.
Sobre el particular, consignó que algunas maneras “pueden ser tremendamente negativas, pueden construir odio”.


Sacar lo peor
El rol de los medios fue otro de los ejes de la entrevista en la mañana de la 97.7.
Feierstein, algunos de cuyos libros y artículos fueron traducidos al inglés, el francés, el alemán, el italiano, el hebreo y el coreano, situó el germen del mal “a fines de los noventa, inicios de los 2000.
Con el grupo (de Daniel) Hadad, que terminó siendo otra cosa, empieza un estilo en el que empieza a ser más común el uso de lo soez y una fuerte estigmatización de los inmigrantes”.
El docente señaló que este tipo de ejercicio periodístico “mostró que se podía tener mucho rating moviendo lo peor de cada uno de nosotros y pasó a ser más común en medios de distintos colores políticos”.
Reclamó un cambio por cuanto “si en vez de ayudarnos a pensar los medios incentivan nuestras peores emociones, se multiplica por diez el malestar” de la audiencia.
“No estamos cerca de un proceso genocida –estimó el director del Centro de Estudios sobre Genocidio de la Universidad Nacional de Tres de Febrero-, pero hay que prestar atención porque sus primeros momentos tienen que ver con prácticas de estigmatización, que se notan hoy.
Las vemos con nueva fuerza en la Argentina y en la región, con distinta gravedad”.


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