Degradación
de las tierras en la región: ambiente, tecnología, producción
y sociedad(*)
Las relaciones
entre una sociedad y su medio natural pueden concebirse como el resultado
de una compleja trama de aspectos histórico-políticos, culturales,
económico-sociales, ecológicos y tecnológicos.
Esta concepción permite orientar el análisis de la degradación
de las tierras en toda su complejidad y dinámica, evitando tanto
las visiones reduccionistas, que dificultan un abordaje integral, como
aquellas extremadamente expansionistas, que enlentecen la acción
en el hoy y aquí.
Esta reconocido que los recursos
naturales en general y las tierras en particular, tienen una posición
estratégica en la economía de un país, por su función
de asiento obligado de la producción agropecuaria y forestal, por
permitir la obtención de alimentos, fibras, energía y metabolitos
esenciales, por dinamizar los sectores secundario y terciario de la economía
y por ser una de las bases del intercambio comercial y la balanza de pagos
de nuestras naciones. Las sociedades, en función de su propio estilo
de desarrollo utilizan las tierras de determinada forma.
Partimos de una concepción
amplia del término tierras, en el cual se incluyen elementos del
clima, suelos, aguas, vegetación y sistemas de producción,
que permite una aproximación más funcional a
criterios de manejo integrado de los recursos naturales: no manejamos un
suelo, una planta o un proceso hídrico aisladamente, sino un sistema
del cual son partes.
En la Argentina, gran parte
de la problemática asociada a la degradación de tierras se
vincula a la habilitación de áreas bajo riego, los torrentes
de montaña, la erosión hídrica de cuencas agrícolas,
la inundación y salinización, el desmonte irracional y la
erosión por viento. Como veremos, nuestra región tiene la
rara cualidad de tenerlas casi todas.
Las tierras de la región:
aspectos estructurales y funcionales.
La región sur de la provincia
de Córdoba (7.000.000 has) se caracteriza por una marcada transición
climática, desde regímenes subhúmedos a semiáridos,
con precipitaciones variables desde 800 mm en el este a menos de 500 en
el extremo oeste de la región. Las lluvias son de tipo monzónico,
altamente concentradas en primavera-verano (80 % entre Octubre y Abril).
Se pueden diferenciar en la
región 6 grandes ambientes geomorfológicos:
a) Sierras: limitan hidrológicamente
a la región por el Oeste, en un gradiente de 2000 a 800 msnm, y
presentan una vegetación predominante de pastos y arbustales degradados.
Su régimen hidrológico es torrencial y aportan a los cursos
de agua de toda la región, incluyendo el río Cuarto. Abarcan
una superficie aproximada de 450.000 has.
b) Piedemonte: Se encuentra
bordeando el cordón serrano, presenta afloramientos rocosos dispersos
y conos aluviales, con suelos de espesor y granulometría variable.
El relieve fluctúa desde excesivo a fuertemente ondulado, con severos
procesos de erosión hídrica con denudación de laderas
y erosión lineal (cárcavas) en valles. Ha sufrido un intenso
proceso de deforestación del bosque serrano, y la introducción
de la agricultura significó una fuerte erosión de germoplasma
(desaparición de especies). Ocupan una superficie aproximada de
60.000 has.
c) Llanuras onduladas: Hacia
el este del piedemonte se encuentran unas 700.000 has de tierras sujetas
a severos procesos de erosión hídrica. Desde mediados del
siglo pasado estas tierras sufrieron una total sustitución de la
vegetación natural del bosque chaqueño por cultivos, primero
de trigo, luego por maíz y en la última década por
soja y maní, lo cual contribuyo a la intensificación de la
erosión laminar y en cárcavas.
d) Planicies bien drenadas:
Caracterizadas por un relieve llano, y suelos de alta productividad. Presentan
sistemas de producción agrícola puros, sometidos a erosión
hídrica y eólica como consecuencia de la presión de
laboreo coincidente con los picos de agresividad de la lluvia. Las cuencas
son extensas, poco definidas y drenan por los caminos, lo cual genera grandes
concentraciones hídricas en poblaciones.
e) Planicies mal drenadas: Es
una extensa llanura 2.200.000 has, ubicada en el extremo sudeste de la
región, caracterizada por ser la receptora final de todos los sistemas
hídricos de la región, con marcadas condiciones de hidrohalomorfismo
y recurrentes inundaciones. En estos ambientes el principal recursos productivo
y estabilizador es la vegetación natural, la cual se ha visto sometida
a regímenes de pastoreo de baja eficiencia y alto deterioro del
suelo.
f) Llanuras medanosas: Ocupan
el extremo sudoeste de la región, con suelos desarrollados sobre
materiales arenosos, en un clima semiárido. Estos dos factores unidos
a la intensidad del desmonte del bosque de «calden» determinan
la presencia de 1000 dunas continentales en diferente grado de estabilización,
en un medio de alta fragilidad ecológica.
El análisis anterior
nos muestra la complejidad del problema, no sólo geográfica,
sino de factores que tienen que ver con las formas de aprovechamiento de
nuestros recursos naturales a través de la tecnología de
producción. Partimos del principio de que cada ambiente tiene su
propia capacidad de producir, su grado de fragilidad o riesgo de deteriorarse
reversible o irreversiblemente, y que cada uno requiere una forma de uso
y una aplicación de tecnología que entienda y respete esa
dinámica.
En esencia que seamos capaces
de aprovechar los frutos de la tierra desde una perspectiva más
trascendente y, en lo que como universitarios nos toca, asumamos nuestro
compromiso con esta tarea, desde una posición de técnicos
comprometidos con el desarrollo integral de nuestras sociedades.
(*)
Msc. José M. Cisneros
Dpto.
de Ecología Agraria
Facultad
de Agronomía y Veterinaria
U.N.R.C.
|