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Medio     Ambiente    Regional  
 
Geografía  y   
Medio Ambiente(*) 
 
La Geografía es la ciencia que tiene como objeto de estudio el espacio geográfico, el cual es producto de la compleja relación entre la 
Sociedad y la Naturaleza.
Esta sociedad es la que organiza el Espacio Geográfico, ya que 
el hombre utiliza el medio positiva o negativamente originando el 
Medio Ambiente.
 
 
 
El término Medio Ambiente se refiere a éstas múltiples y complejas relaciones entre el hombre y la tierra o entre la sociedad y la naturaleza, que se desarrollan en el tiempo y se extienden en el espacio. 
El Medio Ambiente es la base de producción indispensable para la vida y se define en relación con el hombre, más exactamente con los grupos humanos. Por lo tanto hay que partir de la percepción que del medio tienen las colectividades que lo ocupan y le dan forma, para entender el porqué de los desequilibrios y poder actuar en consecuencia. 
Las recíprocas influencias entre el hombre y el Medio Ambiente han constituido siempre un objeto de estudio de la geografía. Los geógrafos ponen el acento en tales relaciones y en la organización humana del espacio en vistas a contribuir a la planificación y ordenamiento del territorio. La geografía estudia de que manera el hombre se integra en los Ecosistemas. El hombre efectúa extracciones de los ecosistemas  para satisfacer sus necesidades y consecuentemente los modifica. Si éstas extracciones superan  la posibilidad de recuperación del recurso natural, se tenderá a su degradación y hasta su desaparición. 
En síntesis, por Medio Ambiente, se entiende a la problemática conexión o relación dialéctica del hombre con el Ecosistema: la contaminación , el buen uso o agotamiento  de los recursos, la desertización, el crecimiento urbano e industrial entre otros, están englobados en éste concepto. El Medio Ambiente es una construcción social, es todo aquello que influye sobre nosotros y sobre lo cual podemos actuar. 
Las numerosas acciones voluntarias o involuntarias del hombre, con las cuales rompe el equilibrio de los sistemas, desatan las crisis medioambientales. El deterioro progresivo del Medio Ambiente provoca la degradación de la  calidad de vida. Las principales responsables de los problemas ambientales son las actividades humanas. 
La tierra, nuestra única morada, es un todo inseparable y debe ser tratada globalmente. La geografía es una de las disciplinas más adecuadas, por su forma de encarar globalmente las problemáticas, y por su capacidad de sintetizar los problemas que aquejan la vida del planeta. Los objetivos esenciales del estudio del Medio Ambiente son: El mejoramiento de la calidad de vida del hombre y la protección de la naturaleza. 
No es posible el cumplimiento del primero por vías que impliquen un deterioro del ambiente natural. 
Podemos decir que existe un lazo sicológico del hombre con su medio, que se traduce en las imágenes que se forja, y en el comportamiento que adopta frente al ambiente, muchas veces impuesto en el que vive. 
El hombre percibe de manera compleja, total los problemas del medio ambiente, de allí que el enfoque sistémico, con su carácter holístico, le permite esa aprehensión de la información. 
El medio o sistema natural, es absolutamente dinámico. Este dinamismo se manifiesta en las interacciones de los diversos elementos, propiedades, o subsistemas que lo integran. Es fundamental que se lo conozca, para que el Medio transformado en Medio Ambiente, pueda ser utilizado óptimamente por la población actual y se lo proteja para futuras generaciones. 
El enfoque sistémico favorece la visión integral de la complejidad medioambiental. Proporciona una visión dinámica de las interacciones y de los mecanismos de retroacción. Permite simplificar al menos, teóricamente, la intrincada trama que relaciona a los recursos y al medio. 
No podemos analizar el medio ambiente, sin hacer referencia a la explosión demográfica, que ejerce sobre él una gran presión a través del uso excesivo de los recursos naturales. 
El crecimiento acelerado de la economía y de la población  en las últimas  décadas, provocaron un deterioro ambiental por la implantación de estrategias productivas tecnológicamente inadecuadas, orientadas hacia los beneficios a corto plazo. 
El  debate sobre la población y el Medio Ambiente se identifica rápidamente con el crecimiento demográfico y la capacidad de producción alimentaria de la tierra, ya que el crecimiento de la población ocasiona repercusiones incuestionables sobre la disponibilidad de los recursos naturales. Pero también más gente supone más contaminación, pues el aumento de los desechos en las poblaciones en crecimiento desproporcionado supera la capacidad de absorción de los sistemas naturales. 
Los problemas económicos internacionales, como los niveles opresivos de los pagos de la deuda externa y los precios altos de los bienes primarios, obligan a los países a explotar sus recursos naturales de manera incontrolable para mantener los esenciales ingresos de la exportación. 
La conservación de los recursos  se define como: “La gestión de la utilización de la Biósfera por el ser humano de tal forma que produzca el mayor sostenido beneficio para las generaciones actuales, pero que mantenga su potencialidad para satisfacer las necesidades y aspiraciones de las generaciones futuras”. 
El desarrollo del capitalismo transformó la naturaleza en un recurso, en un motivo de enriquecimiento, eclipsando temporariamente todo conservacionismo. A partir de una serie de desastres ambientales provocados por el hombre, ha crecido la conciencia de los límites del crecimiento económico y de la necesidad de un retorno a un desarrollo con la naturaleza y no en su contra. 
En la Argentina (área metropolitana) el proceso de industrialización masiva no sólo transformó las condiciones naturales, quebrando la armonía Hombre-Medio,  sino que creó un medio distinto, inorgánico y desnaturalizado, donde prevalecen los impactos negativos del sistema sobre el Medio Ambiente. 
El hombre a través de una actitud omnipotente con respecto al medio, ha creído que podía no sólo dominarlo, sino también olvidarlo. Pero el medio responde a esas tendencias destructivas, a través de una reducción de su capacidad de regeneración  deteriorando el bienestar de la población. 
Es decir, que el hombre debe relacionarse con un medio “creado” por  él, que le es hostil y desconocido, en que la naturaleza ha sido contaminada y desplazada; y sólo puede brindar los recursos necesarios para el desarrollo económico a un precio muy alto. 
Sus consecuencias hacen que el propio futuro del planeta en que vivimos esté en juego ya que existen espectaculares reacciones a distancia, como la modificación de la fauna , la flora en regiones enteras, la deforestación, ( por ej: la región Amazónica) o incluso, cambios climáticos de gran envergadura provocados por el aumento de temperatura (destrucción de la capa de ozono, efecto invernadero, lluvia ácida), o de la hidrósfera (contaminación de los océanos, ríos, lagos, aguas subterráneas) o el deterioro de los suelos (erosión, desertificación, salinización). 
Todas éstas problemáticas planetarias son múltiples en sus causas y complejas manifestaciones, así, como preocupantes en sus consecuencias; pero múltiples también son los modos de revertirlos. 
El desafío fundamental reside en conciliar desarrollo con preservación. 
Para lograr un desarrollo sostenible, es necesario un cambio radical en el modelo económico mundial, en base a la integración científica, tecnológica y productiva. 
La crisis económica ha puesto a nuestros países frente al dilema que plantea la dicotomía entre desarrollo y medio ambiente. La simbiosis entre ambos temas conduce al desarrollo sostenible. 
La vía más apropiada  para resolver todas éstas problemáticas globales y lograr un desarrollo sostenible, es a través de la Educación Ambiental. La misma consiste en un proceso de formación y concientización de los problemas ambientales dirigido a todos los niveles y estratos sociales; y en esa labor debe intervenir todo el entorno social. La educación ambiental implica  la responsabilización personal del hombre y su participación colectiva. 
Se espera que a través de la conciencia ambiental, el hombre vuelva ha adquirir la noción de lugar, de un territorio al que le asigne valor afectivo, de un paisaje al que considere propio, y por lo tanto se sienta partícipe y responsable de protegerlo, en definitiva, que la sociedad aprenda nuevamente a convivir con la naturaleza. 
 
(*) Lic. Laura S. de Ravetta
Dpto. de Geografía. 
Facultad de Ciencias Humanas 
 U.N.R.C.