Las reformas estructurales introducidas en la economía argentina a principios de la década del noventa tales como la implementación de la convertibilidad, la reducción o eliminación de los aranceles y las restricciones cuantitativas al intercambio internacional, la desregulación de la actividad productiva y la integración en el Mercosur sentaron las bases necesarias para que el comercio exterior argentino de mercaderías tuviese una significativa expansión.   

Entre 1992 y 1997 las exportaciones y las importaciones en dólares crecieron en un 112,9% y 106,9% respectivamente. En igual período el precio de las exportaciones subió en un 11,7% y el de las importaciones aumentó sólo en un 1,1%. De forma tal que el crecimiento en términos reales que experimentaron ambas variables fue más que importante llegando al 89,8% y 104,6% respectivamente. A modo de comparación, en ese intervalo de tiempo el comercio mundial se expandió en un 42,2%, el de Brasil en un 45,6% y el de Chile en un 54,5%. 
El crecimiento del comercio exterior, que se dio dentro de un marco de apreciación cambiaria cuyo efecto es desalentar la producción de bienes transables, se convirtió en uno de los factores promotores de la expansión observada en el nivel de actividad interna Argentina. Esto se logró ya sea a través del efecto multiplicador de las exportaciones como de la modernización de gran parte del aparato productivo. Las adquisiciones de equipos de capital de origen extranjero fueron significativas donde buena parte de ellas se dirigieron hacia los sectores productores de bienes transables. Las importaciones de bienes de capital y sus piezas y accesorios pasaron de 5.686 millones de dólares en 1992 a 13.241 millones de dólares en 1997 con un incremento del 132,9% (en igual período bienes de consumo aumentó un 41,4%). El mejor aprovechamiento de la capacidad instalada de las plantas y de las economías de escala que presentaban muchas de las industrias favoreció el aumento de la productividad media de la economía. De ese modo y en forma paulatina los costos variables medios de producción fueron disminuyendo, lo cual mejoró la competitividad del país. En este período el Producto Bruto Interno, a precios constantes de 1986, subió un 24,7% y la Inversión Bruta Interna Fija lo hizo en el 177%. 
De esta forma en 1997 las exportaciones de mercaderías llegaron a representar aproximadamente el 8,2% del PBI, mientras que las importaciones registraron un coeficiente algo superior, alcanzando el 8,9%. El saldo de la cuenta mercadería fue negativo en 2.162 millones de dólares ya que las exportaciones sumaron 26.392 millones de dólares y las importaciones 28.554 millones de dólares. Signo que también se repite en los primeros nueve meses de 1998. 
En el período elegido también se observaron importantes cambios en la composición de las exportaciones nacionales. Las ventas al exterior de manufacturas de origen industrial pasaron de 2.823 millones de dólares a 8.303 millones de dólares, con un incremento del 194,1%, representando algo menos de un tercio del comercio internacional argentino (la participación de éste rubro en el total de las exportaciones pasó del 22,8% en 1992 al 31,5% en 1997). En tanto Combustibles subió en un 202,7%, con una participación en 1997 del 12,4% de las ventas totales. Mientras que Productos Primarios y Manufacturas de origen Agropecuario tuvieron incrementos del 62,9% y 88,2% respectivamente, haciendo disminuir su participación relativa en el total de venta al resto del mundo. Se pudo así lograr una diversificación levemente superior en términos de los productos exportados, lo cual sirvió para disminuir el grado de dependencia que históricamente caracterizó al sector externo argentino donde pocos productos, en especial los de origen agropecuario, concentraban la mayor parte del comercio internacional. 
No obstante los progresos señalados hay que advertir que desde 1992 el saldo de la cuenta corriente del balance de pagos viene registrando continuos déficits. Los cuales no pueden presentarse en forma indefinida ya que su financiamiento se produce vía ingresos de capitales (incrementos en los pasivos externos) o a través de la disminución de las reservas internacionales (reducción en los activos externos). Por tanto indefectiblemente en algún momento del tiempo el signo negativo debe revertirse y cuando ello ocurra habrá que reducir la absorción interna (consumo más inversión) o elevar en forma sustancial la tasa de aumento en el PBI manteniendo constante la absorción. El déficit en cuenta corriente acumulado a 1997 superó los 40.000 millones de dólares y se prevé que en los años venideros se ha de continuar por algún tiempo más con ésta tendencia (para 1999 se estima un saldo negativo de 13.841 millones de dólares y para el 2000 la cifra llegaría a - 15.073 millones de dólares). Observando los diferentes rubros que componen la cuenta corriente los puntos que generan más preocupación son los pagos netos de servicios y de intereses y utilidades; ambos explican la mayor parte del déficit observado. La reducción de estas erogaciones es muy compleja dada la forma en que se llevó adelante el proceso de transformación de la economía y los mecanismos de endeudamiento que viene usando el gobierno nacional. 

Las exportaciones Argentina por país de destino 
Los seis principales países compradores de los productos argentinos representaron en 1997 el 56% de las ventas totales al exterior. Esta cifra está muy por encima de la observada en 1992 que llegó al 42,9%. A su vez, de estos seis países, dos son miembros del Mercosur y el otro es Chile. La participación relativa de Brasil, Chile y Uruguay llegó al 41,2% que también fue sustancialmente superior a la registrada en 1992 que alcanzó el 21,3%. 
Los porcentajes de incremento del comercio con Brasil (385,2%) y con Chile (230,5%) estuvieron muy por encima del 112,9% observado para el total de exportaciones de mercaderías. Uruguay con un 117,4% se ubica bastante más lejos de los dos países mencionados. 
Las ventas por país muestran dos hechos destacados además de los ya señalados: por un lado el incremento de las colocaciones en China fue del 580,5% de forma tal que se triplicó su participación relativa en el total exportado por la Argentina, llegando en 1997 al 3,3% y por el otro lado la caída del 27,4% de las exportaciones a los Países Bajos. 
El principal inconveniente que surge de tener una estructura de comercio tan concentrada en término de países se debe a que se pasa a depender de las decisiones tomadas por pocos clientes y son bastamente conocidos los problemas que traen los oligopsonios. Además, la Argentina coloca más del 40% de sus ventas al exterior en naciones cuyas economías están afectadas por factores más o menos comunes, de modo tal que si se da una expansión o una contracción en uno de ellos probablemente también se dará en el otro, por cierto esto no implica afirmar que las variaciones habrán de ser de la misma magnitud (pero si en la misma dirección). 

Los principales productos exportados por la Argentina 
Acorde a la clasificación de las exportaciones según secciones de la nomenclatura arancelaria, los cinco principales agregados de las ventas argentinas al exterior durante el año 1997 fueron (la cifra entre paréntesis indica su participación relativa en el total exportado): Productos del Reino Vegetal (17,1%); Productos Alimenticios (15,2%); Productos Minerales (12,2%); Materiales de Transporte (10,5%) y Grasas y Aceites (8,3%). 
Aquí se destaca el notable incremento que se registró en el rubro Materiales de Transporte que entre 1996 y 1997 creció en un 69,9% mientras que para todo el período tomado en consideración la tasa de aumento fue del 586,9%. Convirtiéndose en la más elevada de los integrantes más significativos de ésta clasificación. Le siguen bastante más lejos Pasta de Madera con el 209,4% y Productos Minerales con el 192,3%. 
Para los primeros nueve meses de 1998 la participación porcentual de los rubros Materiales de Transporte y de Productos del Reino Vegetal se incrementaron en forma sensible con relación a los valores observados en 1997. En el primer caso se pasó del 10,5% al 12,3% mientras que para productos del reino vegetal el salto fue del 17,1% al 22,7%. El resto de las partidas no presenta modificaciones significativas salvo las reducciones que se dieron en productos alimenticios y en productos minerales no obstante los valores absolutos de 1996 y 1997 son similares. 

Las exportaciones a Brasil 
El sustancial crecimiento de las ventas a Brasil hizo que su participación relativa en el total exportado por la Argentina pasase del 13,5% en 1992 al 30,7% en 1997. Entre 1992 y 1997 se produjo una gran disparidad en las tasas de expansión del comercio bilateral ya que las exportaciones a Brasil crecieron en un 385,2% mientras que las importaciones de la Argentina lo hicieron en un 63,3%. De forma tal que el saldo de la cuenta mercaderías pasó de -1.696 millones de dólares en 1992 a 1.193 millones de dólares en 1997 (signo que se mantiene en los nueve primeros meses de 1998). 
  
Las principales ventas a Brasil 
Si ahora se toma en cuenta la participación absoluta y relativa de Brasil en cada uno de los 21 rubros considerados anteriormente se aprecia que las compras que efectuó dicho país en varios de los capítulos superó el 30%, que es una cifra considerable y no sencilla de sustituir. Esto se da en ocho de los veintiún rubros que presenta dicha apertura. Los casos más destacados en orden creciente fueron Textiles y sus Manufacturas con el 53,2%, Máquinas Aparatos y Materiales con el 57,1% y Materiales de Transporte con el 83,3%. A su vez, éstos tres últimos capítulos en 1997 representaron el 13,6% del total de las exportaciones argentinas y el 44,2% de las ventas totales a Brasil. 
Entre 1992 y 1997 se observan cifras porcentuales de crecimiento en las exportaciones hacia el Brasil de una magnitud casi inusual. Por ejemplo entre paréntesis se señalan las tasas correspondientes a algunos rubros específicos: combustibles (854,5%), vehículos automotores (1125,1%), máquinas, aparatos y materiales eléctricos (1600,0%), algodón (1820,0%) y leche y productos lácteos y miel y huevos (5100,0%) (en este rubro en 1992 se registro una cifra de ventas muy baja por ello se dio este resultado tan llamativo). 
Al observar lo señalado es posible inferir que una reducción en la demanda de productos argentinos por parte de Brasil puede llegar a tener importantes efectos en algunas líneas de producción y en algunas regiones de la Argentina (que dependen de la producción y comercialización de muy pocos bienes transables, que por lo general son procesos productivos intensivos en mano de obra). La afirmación anterior no implica decir que la incidencia macroeconómica será de la misma magnitud que la que se puede producir en los sectores en particular. Sobre este punto se volverá más adelante. 
El indicador más adecuado para medir el probable impacto que se podrá dar en cada una de las industrias productoras de bienes consiste en tomar en cuenta la participación que las ventas al Brasil tienen en la producción interna total argentina. Ante la imposibilidad de contar con dicha información se recurre a una forma indirecta (e imperfecta) que se basa en tomar la clasificación de las ventas por grandes rubros y observar lo que porcentualmente representa Brasil en cada una de las aperturas. 
En esta oportunidad las exportaciones aparecen agregadas en cuatro grandes grupos y dentro de cada uno de ellos se presentan varias subdivisiones. Las grandes aperturas son cuatro: Productos Primarios, Manufacturas de Origen Agropecuario, Manufacturas de Origen Industrial y Combustibles y Energía. El análisis, a pesar de las limitaciones señaladas sirve para tener un panorama un poco más claro y detallado de los sectores que potencialmente pueden verse más afectados por una eventual contracción de la demanda de bienes del Brasil. 
Si de ese total se toman en cuenta sólo aquellos rubros cuyas ventas a Brasil superan el 30% de las exportaciones totales en ese ítem se tiene que, en principio, las mayores complicaciones podrían presentarse en las siguientes aperturas (entre paréntesis se indica la importancia relativa de las ventas a Brasil en cada uno de ellos): Hortalizas y legumbres (59,1%), Fibra de Algodón (75%), Pescados Elaborados (30,5%), Productos Lácteos y Huevos (72,5%), Frutas secas o procesadas (54,8%), Productos de Molinería (73,5%), Productos Químicos (31,1%) Materiales Plásticos (43,2%), Caucho (53,3%), Papel (32,9%), Textiles y Confecciones (59,9%), Calzados y sus partes (56,7%), Maquinas y Aparatos (57,1%), Material de Transporte (87,4%) y Combustibles (35,5%). El valor monetario de la suma de los rubros mencionados llega a los 6.231 millones de dólares, que en términos porcentuales en 1997 representó el 76,9% de las ventas al Brasil y el 23,6% del total de las exportaciones de mercaderías de la Argentina. 

(*) Carlos Becerra 
Diputado Nacional