Construcción de Facultades.

Treinta años de cambio

La creación de la universidad marcó un cambio en Río Cuarto.
Decir esto suena a común. Sin embargo, si se tiene en cuenta el contexto histórico, el hecho tiene un significado especial.

La dirigencia de Río Cuarto, por aquél entonces encontraba el desarrollo de nuestra ciudad a través de un modelo agro comercial y lejos de la industria. Quizá una cuestión de élite y de cierta comodidad.
Así, Río Cuarto careció de una estrategia para visualizar el aporte que podría haber gozado del “humo de chimeneas” que se fue a formar parte del paisaje de Villa Mercedes. Después fue tarde. Fui protagonista de fracasos cuando intentaba, desde la Comisión de Industria de la Cámara Baja, lograr la radicación de empresas. El tren había pasado.
En este marco la universidad logró llenar un vacío. Inyectó dinero proveniente de la Nación a la economía local, generó puestos de trabajo, permitió el desarrollo de sectores como el inmobiliario, el alimenticio, el transporte, entre otros. Es decir, desde el punto de vista económico, se constituyó como una verdadera y calificada industria que gracias al empuje de un puñado de visionarios, se asentó en Río Cuarto.
Pero más allá de los beneficios que la Universidad trajo a la ciudad y su región, lo que valoro es la puerta que se les abrió a los jóvenes para que puedan acceder a una educación universitaria.
Hoy todos reconocemos las dificultades que tienen la mayoría de los hogares para que sus hijos puedan cursar estudios superiores.
La Universidad Nacional de Río Cuarto no es poco. Por el contrario, es el único camino del que disponemos para construir una sociedad mejor y con futuro.
Gracias a la visión de un grupo de riocuartenses hoy nuestra ciudad y nuestros jóvenes tienen un espacio donde poder desarrollarse y explotar su potencialidad  y conocimientos sin de dejar la ciudad ni sus familias.
Si queremos seguir adelante debemos imitar estas iniciativas, buscar otro proyecto como el que alguna vez fue el de la Universidad. El desafío pues, es encontrarlo. Para que en los próximos treinta años podamos festejar los 60 de nuestra Universidad y las tres décadas de un nuevo emprendimiento que permita a Río Cuarto seguir creciendo en un marco mundial tan particular como el que caracteriza al nuevo siglo. 

(*) por Lic. Humberto Roggero
Diputado Nacional, ex docente de la UNRC