El viejismo es un prejuicio que hay que desterrar*

En el Día Mundial de la Salud, en el que se rescata el valor del movimiento en todas las etapas de la vida, vale la pena repasar el concepto de calidad de vida en el envejecimiento, que puede ser tomado como una estructura bidimensional desde lo subjetivo en lo que respecta a la satisfacción de vida y la autoestima, y desde lo objetivo en lo relacionado con el estado general de la salud y con el status socioeconómico. 

El envejecimiento exitoso o successful ageing que fue equiparado algunas veces en el pasado al concepto de satisfacción de vida y otras a sobrevida y buena salud, tiene hoy una definición coherente y que combina tres elementos: sobrevida (longevidad), salud (sin discapacidad) y satisfacción de vida (felicidad). 
En lo que respecta a la autoestima, por ejemplo, no hay evidencia de que decline al envejecer, ni de que sus factores relacionados difieran con la de los adultos más jóvenes. 
Cada ser humano tiene conocimientos, capacidades, talentos especiales y funciones individuales. Y aun cuando el adulto mayor deba depender en ciertas áreas de protección y apoyo, no deja de poseer en otros campos suficiente competencia para generar por sí mismo respuestas hábiles para otras necesidades. 
Las personas viejas que se centran en el presente y el futuro inmediato perciben que la vida tiene todavía cosas para ofrecer, y restándole importancia a un tiempo más lejano, se permiten hacer proyectos y tener expectativas sin estar pendientes todo el tiempo del final. 
¿Cómo hacen los adultos mayores enfermos para conservar esta perspectiva de futuro? La competencia, en estos casos, consiste en la habilidad del individuo de preservarla o restablecerla, a pesar de las pérdidas y limitaciones, de la cronicidad y permanecer abierto a los nuevos estímulos. 
Vivir muchos años ofrece oportunidades sin precedente para el desarrollo personal y social, pero también presenta al individuo y a la sociedad nuevos e imperantes desafíos relacionados con la calidad de vida. En principio, deberíamos revisar el uso de la terminología: calidad de vida en sus distintas etapas , ya que creo que no existe una calidad diferente para este grupo etario. Esto implica un prejuicio, el del viejismo (prejuicio contra la vejez), puesto que la calidad de vida humana es una sola e independiente del factor edad, no sólo desde una concepción médico-psico-social, sino fundamentalmente existencial y filosófica. 

(*)  por Lía Daichman Gerontóloga. 
Presidenta de la Red Internacional del Abuso y Maltrato en la Vejez.