10  Años  PEAM*

Por aquel otoño, entre las hojas maduras de los plátanos y aquellas que aún deseaban permanecer aferradas a sus ramas, tuvimos la oportunidad de plantar en un nuevo jardín, delgados, flexibles, vivaces y nudosos sarmientos. En cada vástago, en cada esqueje, se dibujaba el pasado y cada nudo buscaba un nuevo calor para seguir creciendo.

Sabíamos que ese nuevo jardín, ese nuevo suelo tenía características singulares en su configuración interna, los sedimentos lo constituían en una superficie propicia y fecunda para ser cultivado. Y en ese espacio fueron creciendo, adaptándose y acomodándose entre la tibieza de cada estación y cada plenilunio. Y sucedió, como en las narraciones de Plinio, probaron y comieron los renuevos de las plantas y al año siguiente observamos que aquellas grandes hojas alternas y partidas nos ofrecían sus verdosas flores en racimos y que sus frutos eran más abundantes y de mejor calidad.
Un cesta fuertemente entrelazada contiene matizados, sabrosos y ardientes frutos invitándonos a vivir tiempos de vendimia.

 (*) por  Prof. Nora C. Bussone
Docente PEAM / Facultad de Ciencias Humanas / UNRC.