Tenemos lo que no sabemos

“Aquello que tenemos y no sabemos que lo tenemos, es lo mismo que no tenerlo” 
Es la afirmación del filósofo y místico japonés Zen, Susuki.

Creo que es aplicable a los argentinos y fundamentalmente a nuestros gobernantes que siempre están de rodillas y con las manos extendidas pidiendo que el FMI, el BM y el Departamento de Estado de los EE.UU., se dignen a dar la orden para que le otorguen un crédito, que será utilizado para el pago de los intereses de la deuda, capitales que no entrarán en el país, sino en el círculo vicioso de la dependencia y la dominación. Soportar que impongan sus intereses sobre los del pueblo y que el gobierno argentino obedezca como perro faldero.
 

Adolfo Pérez Esquivel

No es agradable decir estas cosas, pero basta recordar los comportamientos que tienen y ver la realidad; hay que analizar las políticas impuestas y ver los resultados. El Presidente Duhalde señaló que el país está fundido.
¿Es cierta esa afirmación?. ¿Estamos fundidos o hay una mala distribución de las riquezas? Lo que si podemos afirmar es que el pueblo fue saqueado sin piedad, y que los recursos están en pocas manos inescrupulosas.
Todos los mensajes son de derrotismo y de miedos; esperando que el FMI resuelva el problema, cuando ese organismo internacional es responsable en gran parte de las penurias que sufre el pueblo argentino.
No todos los males vienen de afuera, debemos reconocer la incapacidad y complicidad de los gobiernos de turno, al aceptar las imposiciones bajo las órdenes de los que mandan desde afuera y la corrupción interna y la bancaria que se ha adueñado de los ahorros de pueblo con total impunidad cometiendo la gran estafa del siglo. No llegamos a éste punto gratuitamente.
En términos populares negociar con el FMI es “acostarse con el enemigo”. Nuestros gobernantes y dirigencias políticas son masoquistas o suicidas potenciales. Lástima que arrastren al pueblo con sus miedos e incapacidad y piensen que pedir es la solución; aunque saben que es una fuga hacia ningún lado y que los lleva al abismo.

Algunas propuestas para saber lo que tenemos 
Nadie tiene soluciones mágicas ni recetas para solucionar la crisis. Las únicas recetas válidas son las de la cocina, y no todas.
Simplemente señalaré algunas posibles alternativas para comenzar a superar la situación. Lo expondré en forma telegráfica, aunque requiere de un análisis más profundo y objetivo a partir de las necesidades del pueblo.

Deuda Externa
Suspender los pagos de intereses de la deuda externa y hacerlo desde lo jurídico. Presentar en la Corte Internacional de La Haya un pedido consultivo para que determine la ilegitimidad de la deuda, el alza unilateral de las tasas de intereses usuraria.
Reclamar al Parlamento la investigación urgente y con plazos determinados del juicio iniciado por el Dr. Alejandro Olmos y la decisión del Juez Ballesteros para que el Parlamento investigue las irregularidades de la deuda. Documentación que duerme desde hace dos años por voluntad de nuestros legisladores. Diálogo 2000 y Jubileo Sur, vienen trabajando las alternativas sobre la deuda.
Los recursos destinados para el pago de los intereses de la deuda externa, destinarlo a un fondo para el desarrollo y comenzar a saldar la deuda social con el pueblo.

Plan Trabajar
Simplemente no sirven, son utilizados por punteros políticos y con fines partidarios y terminan siendo una estafa al pueblo y no resuelven la situación de los trabajadores desocupados. Generan mayor dependencia  y no dignifican al trabajador. La asistencia es necesaria en un momento, pero no el asistencialismo que provoca mayores males que soluciones. Los trabajadores necesitan trabajo y dignidad, seguridad social, educación y salud.
El Frente Nacional contra la Pobreza ha planteado y asumido la lucha para que no haya “ningún hogar en situación de pobreza”, generando la capacitación de Formación y empleo. El día 2 de marzo se realizó la Asamblea Nacional en la Facultad de Ciencias Económicas trabajando sobre tres grandes ejes: Distribución, Democratización e Inserción internacional. Las propuestas y resoluciones señalan algunos caminos a profundizar y alcanzar a través de la acción y movilización popular.
Los diagnósticos ya se tienen, cada uno sabe dónde le duele el zapato, hay que generar alternativas viables que permitan reactivar la economía nacional y recuperar los espacios perdidos.
Del pueblo surgieron las Asambleas Barriales como expresión de las broncas y fracaso del modelo, como de la complicidad de quienes lo apoyaron. Es un despertar colectivo en dejar de ser espectador y asumirse como protagonistas. Son los signos de esperanza que no todo está perdido. Los emergentes sociales surgieron de la necesidad de encontrar nuevos caminos en el hacer social, político, económico y en recuperar los valores éticos y espirituales; han iniciado caminos que pueden cambiar el curso de la historia del país si son canalizados correctamente.
Es urgente generar fuentes de trabajo y potenciar la economía hoy paralizada por falta de recursos, el corralilto financiero y la incertidumbre general, como las políticas erráticas del gobierno. Uno de los caminos es reactivar la construcción con planes de urbanización y construcción de viviendas, complejos que incluyan escuelas, centros de salud comunitarios y centros deportivos.
La tierra es un bien social y debe estar al servicio de las necesidades del pueblo y no de la especulación financiera.
Transformar el Plan Trabajar y desarrollar proyectos de “Ayuda mutua y esfuerzo propio para construcción de complejos habitacionales populares”. En el país hay experiencias concretas en esa dirección, lo que permitiría que los trabajadores puedan construir sus casas y capacitarse, tener un salario digno y que puedan acceder a créditos a largo plazo, generando un fondo de viviendas sociales. La construcción posibilitaría la reactivación de muchas pequeñas industrias afines, hoy totalmente paralizadas.

Obras Públicas
Reactivación de algunas redes ferroviarias para transporte de pasajeros y cargas, hoy totalmente dañadas por la irracionalidad de las políticas privatizadoras. 
Reparación de rutas nacionales y provinciales, además de la apertura de nuevas carreteras; sin privatizarlas, ya que el peaje social puede destinarse a obras para el desarrollo, educación, salud, jubilados y niñez. Se podría realizar con la participación social y fondos de ahorros de la población.

Fondo solidario para el desarrollo
En lugar de “manguear” lo que no se tiene, hay que descubrir y potenciar lo que se tiene y no se sabe que se tiene.
En las últimas décadas entraron en el país capitales de empresas transnacionales y terratenientes, quienes han comprado miles de hectáreas de tierra para la especulación. La mayoría no pagan impuestos.
Miles de hectáreas están improductivas, por lo tanto deberían pagar un impuesto superior.
La mayoría de las empresas madereras no pagan impuestos y no depositan el Fondo de Reforestación. ¿Dónde van esos recursos?. ¿Por qué se privilegia lo que perjudica el desarrollo del país?
Es necesario hacer un relevamiento en todo el territorio nacional de las condiciones en que se encuentran y las deudas que tienen, tanto con las Provincia como con la Nación. Investigar las concesiones y bases legales de adquisición de las tierras.

Algunas alternativas de recaudar fondos:
-Por el término de 5 años establecer un aumento para el “Fondo solidario para el desarrollo”, equivalente a 5 veces más que el de impuestos actual a las tierras improductivas y latifundios.
-Esos fondos deben ser utilizados para apoyar programas y dar créditos para la producción y desarrollo de los medianos y pequeños productores agropecuarios e industriales.
-Rebajar por el término de dos años los impuestos a los medianos y pequeños productores agropecuarios e industriales en un 40 % para potenciar sus capacidades productivas y abrir posibilidades de los mercados.
-Proponer abrir espacios con los países miembros del MERCOSUR a sus productos, a través del sistema cooperativo y federaciones
-Restricciones a los productos extranjeros que perjudiquen la producción nacional. Los países centrales subvencionan su producción, perjudicando la industria nacional y ponen barreras aduaneras a los productos argentinos.
-La industria nacional está totalmente desprotegida, hay que restablecer la confianza y la capacidad productiva, asesoramiento tecnológico y capacitación de los pequeños y medianos productores agropecuarios e industriales.
-El libre mercado no existe, menos en nuestra época donde el mercado esta más amarrado que nunca.
-La propuesta es que los terratenientes y grandes empresas tengan la capacidad de contribuir al desarrollo del país en este momento de crisis con un “Fondo solidario para el desarrollo”, y programas productivos para las industrias, como proyectos de reforestación en todo el país.
-Desarrollar programas de recuperación de tierras áridas y dañadas por la desertificación, inundaciones y desastres climáticos.
-Las políticas de desarrollo forestal permitirían generar rápidamente fuentes de trabajo. Son inversiones a mediano y largo plazo, a través del fomento de inversiones por sistemas cooperativos de pequeños y medianos ahorristas para planes racionales de reforestación y recuperación de bosques autóctonos y de plantaciones de crecimiento rápido para la industria.
-Realizar acuerdos con las provincias y participación social e implementar planes de desarrollo y control de gestión.

La Educación y la Salud son las bases fundamentales para el desarrollo del país.
El gobierno bajo presiones del FMI, ha reducido los presupuestos de Educación y Salud Pública, poniendo en serio riesgo la vida y el desarrollo de la población.
Existe un alarmante aumento del analfabetismo y de deserción escolar, como los bajos salarios docentes en todos los niveles de la enseñanza nacional y provincial. Faltan en muchas escuelas los recursos mínimos para su funcionamiento. Atrasos en los salarios, como el no pago del incentivo docente. Lo que imposibilita la excelencia educativa y daña el desarrollo cultural e intelectual del pueblo.
Se abandonó la salud pública, lo cual ha llevado al aumento de las enfermedades endémicas como la tuberculosis, mal de Chagas, parasitosis, lepra, entre otras que fueron desterradas en la Argentina, y que ha recrudecido y aumentado; entre otras enfermedades como el Sida.
La necesidad de fortalecer la salud pública en la prevención, como en el sistema hospitalario y los centros de salud comunitaria.
Es urgente asegurar los recursos para la Educación y Salud pública con recaudaciones regulares que puedan surgir de políticas distributivas en los sistemas de peajes en las rutas y ramales ferroviarios, como en el sistema de turismo y del fondo solidario para el Desarrollo.
Desarrollar la investigación y elaboración de medicamentos en laboratorios nacionales. La industria farmacéutica nacional fue diezmada, como muchas otras industrias. Es necesario recuperar los espacios perdidos a través de políticas coherentes de desarrollo nacional.

Fuentes energéticas alternativas
El país tiene capacidad y recursos para desarrollar programas energéticos alternativos, descentralizar las fuentes de energía y potenciar las economías regionales.
Los países más avanzados hace décadas que vienen desarrollando fuentes de energía alternativas como la solar, biomasa, eólica e hidroeléctricas.
Es necesario potenciar la capacidad productiva del país utilizando recursos renovables, ya que existen experiencias que pueden ayudar a generar nuevas alternativas para el desarrollo.
Los pequeños y medianos productores industriales y rurales podrían unirse en programas afines que permitan avanzar en la construcción de nuevos espacios productivos.
Establecer las tarifas sociales para los sectores más postergados.
Estas propuestas son algunas de las alternativas, no las únicas y necesitan de definiciones y viabilidad. Para poder desarrollarlas es necesario establecer políticas integrales de desarrollo del país.
Tenemos capacidad para poder salir de esta crisis, y debemos saber lo que tenemos para ponerlo en práctica. No podemos seguir pendientes del FMI que cada paso que da es arrastrarnos al abismo.
El gran desafío es el conocimiento y la creatividad; si las ponemos en práctica sería la revolución que todos esperamos, se necesita coraje y decisión política junto al pueblo, como así también recuperar los valores éticos y espirituales.

(*)  por  Adolfo Pérez Esquivel       / Premio Nobel de la Paz.  / Doctor Honoris Causa de la UNRC.