La desocupación, la deserción
escolar y el incremento de la pobreza favorecen la delincuencia juvenil
El aumento de la desocupación, el alto índice de
deserción escolar en los niveles primario y secundario y el incremento
de la pobreza en el país, son factores que llevan a muchos jóvenes
adolescentes provenientes de familia de escasos recursos a incurrir en
la delincuencia.
Esta conclusión parte de la base de un trabajo de investigación
realizado por la licenciada Laura Golbert en Capital Federal y la provincia
de Buenos Aires, con el apoyo de las Naciones Unidas, y que fue expuesto
recientemente en la Universidad Nacional de Río Cuarto en el marco
de las Jornadas sobre Desempleo y Exclusión Social.
El estudio, explicó la profesional, consistió en la realización
de entrevistas cualitativas a jóvenes adolescentes vinculados con
el delito, para conocer la asociación existente entre la desigualdad
social, el desempleo y la violencia o delincuencia juvenil.
Golbert reconoció que «si bien existe una relación
entre la desocupación y la delincuencia, también es cierto,
en el caso de los jóvenes, que intervienen otros fenómenos,
como la exclusión social, la deserción escolar y el incremento
sostenido de los índices de pobreza».
«Lo que pudimos observar a partir de este trabajo -precisó
la investigadora- es que muchos de los jóvenes que incurren en la
delincuencia tienen un bajo nivel educativo y una escasa trayectoria laboral
y de gran precariedad, porque incluso no eran pagados por sus empleadores
o a veces maltratados».
«Para delinquir -señaló Golbert- sabíamos
que para estos jóvenes debían haber ciertas normas de comportamiento
que ya tenían que haber sido violadas por ellos mismos y, por lo
tanto, investigamos también qué pasaba con los ambientes
claves de socialización, como son la familia, la escuela y la comunidad
en general».
«En este marco -dijo la investigadora- notamos que en estos ámbitos
había problemas, ya que ninguno de ellos podía retenerlos,
contenerlos o controlarlos».
«A todo esto -sostuvo- se agrega el hecho de que estos jóvenes
provienen de familias de muy escasos recursos económicos, por lo
que encuentran en el accionar delictivo la forma de conseguir dinero de
manera inmediata y conseguirla ellos solos».
Desprotegidos
La investigación, según indicó Golbert, reveló
que los jóvenes que siguen el camino de la delincuencia se sienten
«desprotegidos» por todas las instituciones, ya sea gubernamentales
o no gubernamentales: «si ellos no hacían algo por sí
mismos, nadie lo iba a hacer por ellos».
Por otra parte, remarcó la profesional que «estos jóvenes
no manejan en el accionar delictivo la misma lógica que los delincuentes
comunes».
«Un profesional de la delincuencia -ejemplificó- no corre
riesgos inútiles y planifica sus acciones, mientras que estos chicos
demostraron que no lo hacían, no sabían hacerlo y tampoco
estaban interesados en hacerlo. Lo que querían era algo inmediato,
lo que los llevaba a no planificar y a correr consecuentemente una serie
de riesgos».
Tras este diagnóstico, la especialista hizo hincapié
en la «necesidad de instrumentar políticas preventivas por
parte de los estados nacional y provinciales, poniendo el acento en la
inclusión social de estos jóvenes y no en el castigo».
«A estos jóvenes adolescentes -subrayó- el castigo
no es algo que les importe demasiado, aún si se aumentan las penas
para los delitos. La solución -consideró- es trabajar con
las familias y con las escuelas, y con agentes capacitados que puedan tratar
con estos grupos de chicos».
«Las estadísticas -concluyó Golbert- indican que
la delincuencia juvenil está en crecimiento en nuestro país.
En la medida en que haya deserción escolar y que no haya inserción
para ellos y sus familias en el mercado laboral es altamente probable que
este sentimiento de exclusión social que tienen los lleve a delinquir
más».
El desempleo en España es superior al doble de la media europea
“En España la tasa de desempleo es superior al doble de la media
europea”, lo afirmó el doctor Josep Espluga, de la Universidad Autónoma
de Barcelona, en oportunidad de participar de las Jornadas de Investigación
sobre «Desempleo Juvenil y Exclusión Social Dimensiones,
Experiencias Subjetivas y Respuestas Institucionales”.
El investigador subrayó que “España es el
país con las tasas más elevadas de Europa” y agregó
que “entre los jóvenes de 16 a 29 años el desempleo alcanza
niveles del 40 por ciento, es decir –dijo- que cada cien jóvenes
de esta edad, 40 están buscando trabajo, sobre todo jóvenes
con titulación superior, ellos son los que tienen el acceso más
difícil al trabajo”.
Seguidamente, Josep Espluga comentó que en su país
“hay una ausencia de medidas institucionales, de prestaciones económicas
para este tipo de colectivos y por ello lo que los jóvenes lo que
hacen es vivir con sus familias”, al tiempo que dijo que “la edad media
de abandonar la familia en España es a los 30 años. La gente
permanece con su familia durante mucho tiempo porque es difícil
la salida laboral necesaria para independencia familiar”.
Además, admitió que “en España también
hay empleo irregular o, como le llamamos en España, de economía
sumergida (empleo en negro)”.
En este sentido, comentó que “entrevistamos a 50 jóvenes
y 43 estaban realizando algún tipo de actividad económica
no legal o sumergida”.
En referencia a la situación desventajosa en la
que se encuentra España, respecto de los otros países de
Europa, en cuanto a los índices de desempleo, dijo que “esto tiene
raíces históricas. Cuando llegaron las crisis económicas
de los años ’70, que afectaron a nivel global, España estaba
saliendo de una dictadura que había durado 40 años, una dictadura
muy proteccionista, en la que no había un mercado laboral como tal,
sino un gran dirigismo sobre el mundo económico por parte del Estado”.
“Entonces cuando hubo que hacer reformas estructurales
para adaptarse a la nueva situación internacional, en España
la preocupación más grande era la estabilización democráticos
y los agentes sociales dieron prioridad establecer la democracia más
que a regular el mercado laboral y desde entonces, desde los años
’70 hasta hoy en día España duplica en materia de desempleo
a la media europea”.
El catedrático español señaló que
“la falta de trabajo es el elemento desencadenante de los procesos de exclusión,
al menos en España y en el resto de los países de Europa
y aquí supongo que también”.
Seguidamente, indicó que “una persona que por algún
tiempo no consigue trabajo, comienza a sufrir una serie de consecuencias
y problemas, al tener que enfrentarse a muchas dificultades cotidianas,
problemas económicos, sobre todo, pero también empieza un
proceso de aislamiento social, que si se hace crónico, se convierte
en difícil de solucionar y tiene consecuencias sobre el futuro de
la persona y sobre su salud”. |
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