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En Ingeniería se explora el aprovechamiento de la flora regional 

En la Facultad de Ingeniería funciona una planta de extracción de aceites vegetales importada de Alemania donde se realizan investigaciones tendientes al aprovechamiento de hierbas y arbustos regionales que pueden convertirse, dadas las condiciones de calidad, inversión y mercado, en una industria regional.

Actualmente, se experimenta con la extracción de aceites esenciales de clavo de olor y aceite de rosamosqueta, con la participación de investigadores chilenos y brasileños, lo que puede convertirla en una industria de interés para países del Cono Sur.
El profesor Miguel Mattea, docente del Departamento de Tecnología Química y de la Maestría de Ciencias de la Ingeniería, dijo que «con la planta química instalada se trabaja en la extracción de aceites vegetales porque representa un producto fácil de manejar, que ha permitido adquirir conocimiento y adiestramiento en el uso de la técnica, la cual puede aplicarse en la actividad privada».

Rosa mosqueta
«La rosamosqueta, que es un arbusto que abunda en la región y es muy utilizado para fabricar cremas con ciertas propiedades sobre la piel -señaló Mattea-, posee calidades cicatrizantes muy buenas, con lo que tiene una gran aplicación en la cosmetología».
«No es un aceite comestible -añadió-, sino un aceite para usos particulares pero que puede tener un buen valor agregado en el mercado, si las pruebas resultan en la investigación y luego se consigue interesados en la inversión y mercados para colocar el producto».
«Lo que pretendemos -agregó el investigador local- es poner a punto una tecnología que permita obtener el aceite de rosamosqueta con una calidad mundialmente aceptable».
«Luego -indicó- habrá que juntar todas las partes para ver si el negocio es viable o no».
La rosamosqueta, fundamentalmente, se usa hoy en la Argentina para hacer infusiones de té, para elaborar dulces y en algunos casos mermeladas, y para obtener aceites que tienen un uso principalmente farmacológico.
Mattea, que integra un equipo que trabaja en el tema, se esmeró en señalar que «esta es una materia prima que abunda en la región y que hoy es desaprovechada».
«La investigación que llevamos adelante -sostuvo- también persigue determinar si la producción del arbusto es rentable, para luego instalar una planta de producción en la región».
Mattea dijo que en la Patagonia, más concretamente en Neuquén, hay empresarios que han estado investigando sobre el tema y han decidido la construcción de una planta de tratamiento para la obtención de este tipo de productos.

Dos meses
   El investigador estimó que «en dos meses más tendremos los resultados de la extracción de rosamosqueta en cuanto al rendimiento del proceso, características del producto y calidad del aceite obtenido, entre otros aspectos, y un conocimiento en el manejo de la planta, que hace tres meses no teníamos».
   «Sabíamos de la técnica -puntualizó Mattea-, habíamos leído sobre ella, pero hasta que no se pone en marcha el proceso y se obtienen los resultados nunca se está seguro de que todo pueda salir bien».
   El investigador dijo que «fundamentalmente hoy se trabaja en la obtención de aceites oleaginosos y hay interés por parte de los empresarios por las nuevas técnicas que podemos experimentar».
   «La industria oleaginosa, en nuestro país, debe ser una de las más avanzadas a nivel mundial en lo que se refiere a tecnología convencional», detalló el profesor universitario.

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