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Cáncer de mama: 
¿una batalla por ganar? 

En los últimos años, el cáncer de mama ha aumentado de forma considerable en el mundo, principalmente en los países occidentales. Las estadísticas estiman que el riesgo de contraer cáncer de mama es de 1 cada 8 mujeres. Sin embargo, actualmente el riesgo de mortalidad es de 1 cada 282 mujeres. La mayor eficacia terapéutica, el mayor conocimiento en la población y los diagnósticos más tempranos han logrado estabilizar la mortalidad. 
Ya no puede relacionarse cáncer con muerte y este hecho es consecuencia directa del accionar del sistema de salud y de la población en general. 

¿Qué es el cáncer de mama?
El cáncer de mama es un tumor maligno que aparece en cualquier parte de la glándula mamaria y es prevenible sólo a través de la detección precoz. No puede evitarse su aparición pero sí controlarlo y hacerlo desaparecer en el 90% de los casos. Es aquí donde juega un papel predominante la mujer, pues son su atención y conocimiento las mejores herramientas frente a esta enfermedad. 
No existen causas determinadas de su aparición, pero sí factores de riesgo que aumentan las probabilidades de desarrollar cáncer de mama, por lo que deben ser tenidos en cuenta por la paciente y ser comunicados a su ginecólogo. Las siguientes características se relacionan con un riesgo 3 o 4 veces superior: antecedentes de cáncer de mama en madres o hermanas, edad por encima de los 35 años, desarrollo menstrual precoz (antes de los 12 años), menopausia tardía (después de los 55 años), el no tener hijos o haberlos tenido después de los 30 años y la exposición a radiaciones, especialmente en la pubertad.

¿Cómo prevenirlo?
La prevención del cáncer de mama cuenta con tres elementos principales: el conocimiento, el autoexamen mamario y la mamografía.
A partir de los 20 años de edad, es sumamente importante que toda mujer realice mensualmente el autoexamen mamario, una semana después de menstruar y, luego de la menopausia, el mismo día de cada mes. Todo signo sospechoso debe ser examinado por el médico. Si bien 8 de cada 10 nódulos son benignos, en caso de ser maligno cuanto más pronto se detecte mayor será la posibilidad de curación total.                                 
Después de los 40 años, los riesgos son mayores. Por esta razón es necesario realizar una mamografía cada dos años para detectar cualquier signo no perceptible en la palpación. 
No puede evitarse la aparición del cáncer de mama, pero sí puede controlarse exitosamente su alcance y consecuencias. Una actitud activa de la mujer y un respaldo por parte del sistema de salud son las mejores herramientas para hacerle frente a una enfermedad que ya ha dejado de ser incurable, deformante o mortal.

ASPURC.


 
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