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LA HISTORIA SE REPITE 

A comienzos de 1880, Argentina adoptó el modelo económico primario-exportador, de corte liberal, con el cual Argentina exportaba materias primas e importaba manufacturas; provenientes de Inglaterra. 
Con este modelo hubo un gran crecimiento económico, que se logro “gracias” a los capitales ingleses. Se construyeron ferrocarriles, edificios modernos, frigoríficos, etc.
El ferrocarril fue construido para el transporte de las mercancías que serian llevadas al puerto de Buenos Aires, para luego ser llevadas a Inglaterra; los frigoríficos faenaban la hacienda ... que también seria llevada a Inglaterra. 
Todas las inversiones inglesas en nuestro país tenían “doble sentido”. Si bien Argentina creció económicamente por aquellos años, esas inversiones más que engrandecer a la argentina, buscaban engrandecer a Inglaterra.
Pero en el sistema capitalista de producción, la prosperidad económica es un fenómeno de carácter cívico que, como parte integrante de un proceso dialéctico, lleva en sí los elementos de su propia negación. 
A fines de 1889, una gran crisis financiera comenzó su largo ciclo en Argentina. Para esa época, no se manifestó aún en el campo de la producción, sino en el de las finanzas. La primera y más importante manifestación de la crisis fue la vertiginosa desvalorización de la moneda papel. El pueblo trabajador sufrió más que nadie esta crisis. Los salarios disminuyeron en su poder adquisitivo. En esa época, era presidente el señor Juárez Celman, quien no pudo evitar la crisis, pero tampoco pudo eximirse de toda responsabilidad; ya que su política agravó la situación, porque una vez comenzada la crisis, contempló ante todo la defensa de los intereses extranjeros y de las grandes fuerzas nacionales, y no los intereses del pueblo en su conjunto , el país se empobrecía, y el imperialismo se enriquecía en nuestro suelo.
 El gobierno oligárquico encaró la crisis teniendo en cuenta sólo los intereses económicos de los banqueros extranjeros y de los grandes terratenientes y banqueros criollos. El gobierno hizo todo lo posible para que estos grupos económicos no se perjudicaran por la crisis.(Sommi 1948)
Cien años después la historia parece repetirse.
En el año 1990, Argentina optó nuevamente por un modelo económico liberal, con el cual se triplicó el PBI, bajaron los índices de pobreza y hubo bienestar económico general.
Doce años después, en 2002, el proceso dialéctico mostró los gérmenes de su propia negación. desvalorización de la moneda papel, disminución del poder adquisitivo del salario, defensa de los intereses extranjeros. El país se empobrece y el imperialismo se enriquece en nuestro suelo.
Al parecer, nuestros gobernantes han desaprobado la materia historia Argentina, porque no la conocen, y quizás por ello, están cometiendo los mismos errores del pasado.

Lucas Sebastian Fernandez
Alumno de 3er año de carrera Lic. en Ciencia Política.

HAY QUE IR A FONDO

La Nación vive momentos difíciles y de suma gravedad. Se necesita mucha serenidad y coraje para asegurar que los próximos pasos del gobierno, como del Congreso, de los gobernadores, los grupos económicos, los bancos, las fuerzas de seguridad, aporten a la rectificación del rumbo y al respeto pleno a los derechos humanos de toda la población.
El pueblo sufre niveles de hambre y empobrecimiento como nunca en su historia, producto de las políticas aplicadas desde hace más de una década por exigencia del Fondo Monetario Internacional. Políticas que han tenido como objetivo prioritario el servicio de una deuda externa caracterizada por la propia justicia argentina como ilegítima, la desindustrialización y desnacionalización de la economía y la concentración de la riqueza en cada vez menos manos. Sufre además las terribles consecuencias culturales y políticas de esta receta neoliberal, entre ellas la entrega de la soberanía, el vaciamiento de la política y la institucionalidad democrática y una fuerte crisis de identidad y de valores.
En el tiempo que lleva el actual presidente no ha modificado esas políticas, por más que han demostrado su rotundo fracaso y pese a que el pueblo lo sigue diciendo ¡basta!
Hasta el momento no ha tratado de buscar alternativas genuinas sino implementar medidas de contención que llevan a la incertidumbre y agudización de los conflictos y no a la solución de los problemas que el pueblo espera y necesita con urgencia.
Para abrir una puerta a la esperanza, es necesario cambiar de rumbo. Seguir gobernando para el Fondo Monetario Internacional, los grandes centros de poder económico y militar que representa y sus aliados criollos, o privilegiar los derechos del pueblo al empleo y un salario digno, a la educación, la salud, el desarrollo cultural y democrático y a su libertad y auto-determinación.
El pueblo se rebela porque está harto de tantas claudicaciones, de la corrupción y el saqueo sin piedad. Se moviliza de mil maneras porque sabe que otro país es posible y está empeñado en construirlo. Estamos a tiempo todavía para rescatar la dignidad y el futuro de nuestro país. Sólo falta la decisión política de dejar de lado las pretensiones imperiales de EEUU, el Fondo y sus cómplices locales e iniciar los cambios de fondo que aseguren el respeto por la Vida y la dignidad de toda la población.

Adolfo Pérez Esquivel
Dr. Honoris Causa de la UNRC
Servicio Paz y Justicia Argentina
 
 
 
 
 
Retruco
Luego de que Alicia Castro posara la bandera de los EE.UU. en 
la presidencia de la cámara, el diputado jujeño menemista Pedro Moisés le gritó: “callate, zurdita de la calle Corrientes”.
El lenguaje rima con violaciones a los derechos humanos. 
La frase suena a picana.  Clarín, 12-5-02


 
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