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La UNRC capacita a jefes de familia

La Universidad Nacional de Río Cuarto insertó en su quehacer cotidiano a 30 jefes y jefas de hogar sin trabajo de la ciudad, a los que capacita en oficios y brinda ayuda social.
El secretario de Coordinación Técnica y Servicios de la casa de altos estudios, José Luis Pincini, explicó que se trata de dos planes, uno referido a vivero y parquización, en el que desempeñan tareas doce personas, entre ellas tres mujeres, y otro referido al cuidado y mantenimiento del curso del río Cuarto a su paso por la parte posterior del campus universitario, ubicado en ruta 8.

El funcionario universitario destacó que a las personas que trabajan en estos planes sociales durante cuatro horas por la mañana, de 8 a 12, se las capacita en las actividades que desarrollan con el propósito de darles las posibilidades de que aprendan un oficio; caso concreto, los rudimentos de jardinería, en el marco del Proyecto de Vivero y Parquización que les permite, una vez concluido el plan social, poder desempeñarse en una actividad cuentapropista.
El personal técnico de la Universidad, tanto de las áreas de la Coordinación Técnica y Servicios como también de Extensión y Desarrollo, también los instruye para la preparación de tierras, sembradío y cuidado de plantas, nociones de forestación y poda, así como, en el otro plan, en prácticas de mantenimiento de las costas del cauce del río, afirmado, embolsado de suelo cemento, etcétera.

Ayuda social
La Universidad les bonifica a las 30 personas el boleto de ómnibus de ida y vuelta a su domicilio, así como les sirve el desayuno durante sus horas de trabajo como parte de una ayuda social que brinda la casa de altos estudios a estas personas carenciadas, las que reciben como se sabe de parte del Estado nacional un subsidio de 150 pesos por mes.
Pincini dijo que estos jefes y jefas de hogar sin trabajo, entre las que, como queda dicho, hay tres mujeres que se han integrado al área de Parques y Paseos para aprender los rudimentos de la jardinería, por ser aptas para este tipo de actividades, cumplirán un período de tres meses de tareas en la casa de altos estudios, renovables por otro plazo igual.
El secretario de Coordinación Técnica y Servicios recordó que la casa de altos estudios también ya supo tener incorporadas a su quehacer diario a personas que fueron beneficiadas en su momento con los Planes Trabajar, desempeñándose en esa oportunidad en tareas de albañilería, limpieza y pintura.
Pincini señaló que la Universidad se ha adherido al programa social para jefes y jefas de hogar sin trabajo como una manera solidaria de contribuir a la superación de la crisis, capacitando a las personas en actividades que luego les permitan desenvolverse para obtener el sustento personal y el de su familia.
El funcionario no descartó la incorporación de más personas en el marco del programa social destinado en esta emergencia a dar ayuda a los hogares cuyos padres actualmente carezcan de trabajo.

Testimonios
José Aurelio Moreno tiene 42 años y es padre de cuatro hijos menores de edad. Ha sido incluido en el Plan de Vivero y Parquización, y aprende los rudimentos del oficio.
Dijo que ya fue beneficiario de un Plan Trabajar como chofer en la EMOS. «Me gusta lo que hago y lo que estoy aprendiendo; corto el pasto y limpio senderos».
«La Universidad me da el desayuno cuando llegamos con rasquetas y trabajamos hasta diez minutos antes de las 12, en que hacemos la limpieza de las herramientas».
Ramón Eduardo Ponce tiene 53 años y también resultó beneficiado con este subsidio para jefes de hogar sin trabajo.
«Acá hago el trabajo que me mandan y que me enseñan; limpio alcantarillas, acequias, hago mantenimiento», dijo manifestando su conformidad con lo que hace, «porque -añadió- esto me representa una ayuda para mantener a mis diez hijos y a mi esposa. Yo era jornalero pero la crisis nos ha dejado sin trabajo», recalcó.
«Gracias a la Universidad y el Gobierno tengo algo. Menos mal que conseguí este subsidio porque hacía catorce meses que no tenía un Plan Trabajar», dijo aliviado José Hernández, de 48 años.
«Durante los últimos cuatro años y medio he tenido planes trabajar que me han ayudado a sobrevivir -añadió-; pero agradezco tener esta posibilidad porque cuando no tengo trabajo ando mal, con cinco hijos para mantener y no encuentro tranquilidad».
«Tengo presupuestos de trabajo de pintura y electricidad pasados, pero nadie me llama. Hoy no hay trabajo para el cuentapropista», enfatizó Hernández.


 
 
 

 

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