Miedos
¡¡Hola Gringo!! Hace tiempo quería contestar tu carta,
cuando me preguntas ¿cómo la están pasando?...Seguramente
estarás enterado a través de los medios de comunicación,
desde tu nuevo lugar de residencia-Europa-.Una de las ventajas de la globalización,
así
dicen los defensores, es la rapidez en la información, entre
ellos Internet. Trataré de agregarle a esas noticias on line, algo
de sensaciones. Haré un corte, desde aquel 1975 en que obligadamente
te instalaste en España. Al poco tiempo se quiebra el sistema democrático,
algunos civiles ayudaron a los militares a detentar el poder durante siete
sangrientos años. La represión fue condición necesaria
para que Martínez de Hoz desembarcara con un modelo económico
hasta hoy vigente. Año 1983-Democracia, Alfonsín, libertad
de algunos presos políticos, expresiones populares, marchas, actos,
pedidos de juicio y castigo a los culpables; tratamiento en las comisiones
bicamerales sobre delitos de lesa humanidad, participación en las
organizaciones ahora descongeladas: sindicatos, partidos políticos,
gremios, entidades intermedias, Ongs.; creación de foros en defensa
de los derechos humanos, recitales donde se escuchan letras guardadas y
otros cantos a la libertad que denuncian lo sucedido.
Al mismo tiempo se escuchaban voces conservadoras, reaccionarias, advirtiendo:
¡cuidado con los excesos de libertad, recuerden: «España
con el destape postfranquista».
Muchas ilusiones, expectativas y deseos se fueron cumpliendo por ejemplo:
Congreso Pedagógico, otras quedaron en la canastita de los pendientes.
También tuvimos sorpresas: Leyes de Obediencia debida y Punto Final.
Recordamos en versión aumentada y corregida a la Inflación
y Deuda Externa. Después llegó, anticipadamente, el
hombre del interior, el federal, que nos propuso una revolución
productiva y un
salariazo. Durante sus dos mandatos escuchamos palabras como: Reforma
del Estado, privatizaciones, primer mundo, decretos de necesidad y urgencia,
eficacia, eficiencia y convertibilidad.
Y sí, Gringo, empezamos a consumir, a gastar, pagar en cuotas,
autos 0 Km, viajes al exterior, ropas y perfumes importados. Estos entretenimientos
nos adormecieron, en las movilizaciones cada vez menos, los reclamos decrecieron,
muy pocas solicitadas; los medios de comunicación le
dedicaron escasos espacios al aumento de la deuda externa, prebendas para
las empresas privatizadas y se olvidaron de los dos dígitos en la
desocupación. Comenzó a gestarse un nuevo espacio político:
Frente, luego Alianza y en diciembre de 1999 asume De la Rua- Álvarez;
con la promesa de combatir la corrupción, el desempleo, todo
esto
con transparencia.
El partido centenario copó las estructuras, el progresismo acompaño
de atrás. La imagen de mesura se transformó en inmovilidad,
en especial en la toma de decisiones a favor del pueblo. La herencia,
palabra usada hasta el cansancio para justificar lo injustificable.
Lo antes descripto -situación socio-política y económica,
se profundiza de la mano del salvador Domingo Felipe Cavallo.
En este nuevo escenario el telón de fondo es la recesión.
La protesta se instala, el estado de sito se desobedece, nuevas expresiones
sociales: los cacerolazos, asambleas barriales, «que se vayan todos»,
el sistema financiero actúa como un ejército de ocupación.
Las palabras que se usan se resignifican en el lenguaje del oficialismo:
crisis, ajuste, restricciones, y caos social. En tanto que la sociedad
civil incorpora a su léxico: corralito, corrupción, recursos
de amparos, bonos entre otras.
Finalmente y para contestar a tu pregunta: nosotros, los de la
década del 70, hicimos esfuerzos, fuimos optimistas y nos entregamos
a un Proyecto de Liberación Nacional. Pero ahora no sé por
quién ni para qué me piden sacrificios. De ser victima de
este sistema perverso te hacen sentir culpable. Mi miedo es, ser
funcional al modelo. |
Por Ricardo Carreras,
docente de la Fac. Agronomía y Veterinaria |