Actualidad en dos perspectivas
históricas
Fragmento de un discurso de Bartolomé Mitre, pronunciado el 21
de febrero de 1869. En esa oportunidad los comerciantes de Buenos Aires
homenajearon a Mitre, con motivo del fin de su mandato presidencial:
“En la guerra del Paraguay que ha terminado ya, ha triunfado
no sólo la República Argentina en su capacidad política
de nación, no sólo la Triple Alianza en reivindicación
de sus derechos, sino que han triunfado los principios del libre cambio,
que son los que vivifican el comercio. Para el comercio se han derribado
las fortalezas que amenazaban las costas; para el comercio se han roto
las cadenas que obstruían el río Paraguay; para él
se ha conquistado la franca navegación de los ríos.
Cuando nuestros guerreros vuelvan de su campaña al Paraguay
a recibir la merecida ovación del pueblo, podrá el comercio
ver inscriptos en sus banderas los grandes principios que los apóstoles
del libre cambio han proclamado para mayor gloria y felicidad de los pueblos.”
Medidas de gobierno tomadas por el General San Martín cuando
ejerce el más alto cargo en el Perú, en 1821.
Reglamento Provisional de Comercio del 28 de setiembre de 1821, artículo
10:
“Que todos los artefactos que directamente perjudican a la industria
del país, como son ropa hecha, blanca y de color, cueros curtidos,
suela, zapatos, botas, sillas, mesas, coches, calesas, sillas de montar,
lampas, herraduras, velas de sebo, pólvora, pagarán el doble
respecto de los artículos señalados en artículos 6,
8 y 9.”
El 9 de noviembre de ese año 1821, San Martín aclara:
“Los derechos que deben sufrir sobre sí los licores extranjeros
-del 80%- deben aplicarse, como así también sobre los
azúcares... por ser un deber supremo del magistrado no destruir
sino fomentar los ramos de la agricultura que están bajo su protección
y cuidado, y los vinos y azúcares, que son los más preciados
de la costa del Perú...”
San Martín y Mitre mantuvieron sus posturas a lo largo de sus
vidas y de sus actuaciones públicas; a ambos hay que reconocerles
coherencia y consecuencia con los principios que defendían.
Mitre admite haber ido a la guerra del Paraguay (que dejó a
ese país hermano destruido y sin hombres) sólo porque Paraguay
utilizaba políticas proteccionistas y había desarrollado
industrias que no convenían a los países europeos.
San Martín siempre mantuvo criterios no subordinados a la política
liberal ortodoxa, y manejó la tarifa aduanera como instrumento de
desarrollo industrial (ya había legislado sobre el particular en
la provincia de Mendoza en 1814, cuando defendió la producción
de vinos y licores).
Lejos de perder actualidad, esta dicotomía sigue instalada en
el centro de nuestro destino como país y se proyecta a la inserción
de Argentina en el mundo.
Más temprano o más tarde, habrá elecciones.
Es hora de que aprendamos a leer la letra grande de las propuestas de los
candidatos: librecambio, aranceles, subsidios, medidas proteccionistas;
porque en esos conceptos se concentra la vida o la muerte de futuras generaciones.
Hay que hacer el esfuerzo de comprender qué representan para nuestra
vida diaria elecciones tales como Mercosur o Alca; hay que debatir, reflexionar
y tomar partido. Después, se hace imprescindible controlar los actos
de nuestros representantes (demasiadas veces minimizamos ese derecho),
y exigir que respeten los mandatos para los cuales fueron elegidos.
Demostraremos, así, que no sólo nos abalanzamos a las calles
para defender la propiedad privada sino la vida. Porque Thalía Rocío,
esa criaturita tucumana de brazos y piernas escuálidas, es el resultado
directo, ignominioso, de nuestra desidia por discutir y decidir las grandes
cuestiones. |
Daila A. Prado,
Radio Universidad
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