Investigar para superar la crisis.
La UNRC suma aportes y busca alternativas |
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El Consejo Superior impulsa la gestión de proyectos para
atender las demandas de la comunidad. Una Comisión se abocará
a la delicada situación nacionalo”.
Días atrás se reunieron en el campus local altos funcionarios
universitarios para analizar la situación presupuestaria de las
áreas de ciencia y técnica. Se trató sin dudas de
una convocatoria plausible pues sirvió para poner blanco sobre negro
a los avatares en que incurren muchos planes en marcha por el desfinanciamiento
del sector, que por supuesto no tendrían que si quiera considerarse
si ésta, nuestra Argentina, fuera un país normal.
Luis María Fernández, rector de la Universidad Nacional
del Sur (Bahía Blanca), dejó tal vez, el semblante más
apropiado sobre la cruda realidad universitaria: “debemos establecer desde
la Nación programas específicos para contribuir a solucionar
los problemas que acucian a la población, además de promover
el desarrollo tecnológico”, y remató con que “la falta
de recursos económicos para llevar adelante esos proyectos es un
obstáculo importante, pero también es cierto que las universidades
nacionales cuentan con personal altamente capacitado, que puede aportar
para un mejor proyecto de país”.
Revertir falencias
Tiene razón el rector bonaerense en demandar políticas
y programas oficiales y reconocer las potencialidades del sistema universitario.
Seguramente muchos podrán reconocer que en muchos pasajes de la
historia más reciente del país, las casas de altos estudios
quedaron lejos de plasmar estrategias y proyectos comunes, contándose
apenas con iniciativas aisladas.
Pero la Universidad Nacional de Río Cuarto se muestra decidida
a revertir esa falencia. Una serie de acciones concretadas últimamente
le dan forma a una idea totalizadora capaz de afrontar las secuelas ya
signadas por la crisis. En primer término, el Consejo Superior resolvió
crear una comisión de trabajo que se abocará a profundizar
el análisis de la situación social que atraviesa el país
y elaborar un plan de apoyo superador, más tarde, el mismo órgano
de conducción aprobó la denominada “Propuesta sobre actividades
de investigación en la UNRC en una etapa de transición y
de crisis”, plasmada por el Consejo de Investigaciones de la institución.
En tercer lugar, la conducción universitaria se reunió con
la mesa ejecutiva de ADESUR para definir los lineamientos generales del
Encuentro Regional de Municipios del centro y sur provincial que se desarrolla
este fin de semana, y que tendrá entre sus cometidos principales,
generar alternativas para revertir los problemas comunes a todos. En medio
de ese andamiaje que intenta ponerse en marcha, la Universidad recibió
una bocanada de aire fresco cuando se confirmó que la Agencia
Nacional de Promoción Científica y Tecnológica subsidiará
cuatro proyectos de investigación de esta casa y por un monto de
438 mil pesos. La novedad se convirtió en un bálsamo revitalizador
para la alicaída actividad de experimentación, y más
aún, se le reconoce el impacto económico y ambiental que
provocará en la región.
Hacia una política común de Ciencia y Técnica
Si uno revisa la serie de actividades con aval institucional podrá
coincidir rápidamente con aquella visión que destaca las
capacidades “a mano” del sistema universitario. ¿Qué pasó
durante estos últimos años (por lo menos desde la restauración
de la democracia) para que las universidades del Estado hayan permanecido
ajenas al paulatino desbarajuste nacional?.
Ahora, la mirada obliga sin atenuantes a prepararse para lo que viene.
Por eso está bien que ésta Universidad de Río Cuarto
encare una sostenida política que busque las variantes para obrar
en consecuencia. Cualquiera podría equivocarse si piensa o sostiene
que las respuestas deben ser urgentes (como se ha deslizado recientemente
desde algún sector, desechando proyectos), muy por el contrario
será un largo trazado por recorrer, que por supuesto, primero demanda
su construcción.
Las ideas que se van consolidando parecen –por suerte- orientarse en
esa senda. Respecto al importante cónclave que congregó a
funcionarios de ciencia y técnica del país, el secretario
del área de la UNRC, Jorge Anunziata, evaluó que “se acordó
realizar un relevamiento de fortalezas en recursos humanos y proyectos,
que puedan contribuir en el desarrollo de los programas especiales, para
que las universidades tengan la mayor participación posible en la
elaboración de los trabajos”. Por caso, esta Universidad concentrará
la información de las demás instituciones, se elaborará
luego un documento único y se pondrá a disposición
del Plan Nacional de Ciencia y Tecnología. El trabajo sobre los
referidos planes especiales abarcan las áreas de salud, producción
y sanidad agropecuaria, recursos renovables, calidad de vida y desarrollo
económico-social. “Desde ellos se apuntará a la resolución
de los problemas prioritarios y sobre todo los emergentes de la crisis”.
También, se coincidió en incentivar una presencia “más
activa” de las universidades oficiales en el trabajo y en la formulación
de las políticas nacionales a futuro.
El secretario de Posgrado de la Universidad de Córdoba, Manuel
Velasco, puso el acento en la labor que pueden desempeñar los establecimientos
de educación superior de la Provincia. Consideró que
“se pretende potenciar las capacidades de las universidades de la región
para que la suma con otras áreas geográficas conformen un
plan nacional”. Seguidamente, acotó que “las casas universitaria
de Córdoba están en condiciones de aportar recursos humanos
e infraestructura, pero es necesaria la relación con el sector productivo,
porque en definitiva se trata también de solucionar buena parte
de sus inconvenientes, además de otros de origen social”.
Como se dijo, la UNRC recogió el guante para buscar el golpe
superador. La propuesta de investigar para sortear la crisis reconoce una
etapa transitoria para desarrollar investigaciones. El planteo del Consejo
de Investigaciones destaca “la existencia de una etapa de crisis en la
sociedad” y de “crisis en la concepción y en el desarrollo de la
ciencia y de la tecnología, donde influye la difícil situación
socio-económica que vive el país” y “las consecuentes dificultades
financieras para el otorgamiento del crédito para una política
científica”. En ese marco, se proponen diferentes convocatorias
como proyectos y programas de apoyo a la investigación tradicional,
pero también a la presentación de Proyectos de Investigación
y Transferencias (PIT), Proyectos de Investigación y Desarrollo
(PID) y Proyectos de Cooperación Internacional y los Proyectos Co-financiados
(PIT-CO).
“Lluvia de ideas” solían decir algunos profesores hace algún
tiempo. La frase, simple y hasta grotesca, recobra vigencia en estos días
grises. Cuando las crisis se instalan, y peor aún se agravan, la
producción intelectual resulta por demás indispensable. Se
sabe. Pero quienes han perfilado la desdicha actual de este país
no recurrieron a las universidades en búsqueda de aportes (aún
cuando la mayoría salió de sus propias aulas). Ahora, llega
el pasaje para que las universidades transiten otro rumbo.
Sergio Rivarola
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