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Estudiantes de agronomía con 
compromiso social se insertan en huertas comunitarias 

La Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto hace una apuesta fuerte en la formación de ingenieros agrónomos con compromiso social. Más aún en estas épocas en las cuales comer todos los días no es una rutina para una gran cantidad de personas que viven en nuestro país.

Un grupo de estudiantes de Ingeniería Agronómica se inserta en el Programa Municipal de Huertas a  través de un  régimen de pasantías. Se trata de un emprendimiento que propone   incorporarse  a distintas actividades barriales. Allí tienen como tarea organizar el trabajo de la huerta y capacitar a los beneficiarios en los aspectos técnico-productivos.
El Programa propone tres tipos de huertas: Educativas, Familiares y Comunitarias. En las escuelas los pasantes desarrollan los proyectos de huerta escolar en forma conjunta con las maestras desempeñando la actividad educativa en sus distintos aspectos. Las huertas familiares son asistidas técnicamente  a través de la visita del pasante por lo menos cada veinte días. Mientras, en las huertas comunitarias los pasantes articulan su accionar con los trabajadores sociales que se insertan en el barrio.
El perfil solidario, motivador y comunicativo de los estudiantes de agronomía, conjuntamente con su formación académica han posibilitado una valiosa integración del Programa Municipal en el tejido social.
Desde la Facultad de Agronomía y Veterinaria se recorrieron distintos barrios de la ciudad de Río Cuarto, allí se dialogó con estos estudiantes en plena tarea de intercambio con los vecinos. 
La autoproducción de verduras  parece ser una excusa para  llevar adelante otras propuestas que tienen que ver con adquirir hábitos desde  temprana edad, hábitos que necesitamos para sobrevivir en un mundo tan competitivo.  Esto nos decía el estudiante de Ingeniería Agronómica Leonardo Calvi, quien  realiza su pasantía en la Escuela Leopoldo Lugones, en el barrio Las Delicias: "Yo estoy trabajando con las maestras y con los chicos de cuarto, quinto y sexto grado. Les enseñamos tareas básicas como trabajar la tierra, sembrar. La idea es que los chicos aprendan y puedan llevar algo a la casa...es un barrio que tiene mucha necesidad y por lo menos desde la huerta sacan adelante a la familia"
En el caso de una escuela urbano-marginal como es  el Centro Educativo Lugones se trata de un taller de huerta con plena participación de los chicos. Ezequiel, un alumno, agregaba sus palabras: "Lo que hago acá es dar vuelta la tierra, sembrar acelga, lechuga, apio. Yo en mi casa también hago huerta, con mi mamá y entre todos nos ayudamos". En tanto Natalio decía:" Yo tengo terreno pero no puedo sembrar porque los caballos me comen todo". Mientras estos chicos daban sus testimonio, un grupo de chicas lavaban la lechuga que comerían al mediodía, en el comedor escolar.
También dialogamos con Ana Federico,  maestra a cargo de la coordinación del taller. "Este taller de huerta fue creciendo y se difundió en la comunidad. Se comenzó a visitar las familias, llevándoles semillas, haciendo reuniones, hemos tenido más de cincuenta familias relacionadas con la actividad. Los vecinos se acercan a la escuela a contar que están creciendo las plantas, es muy gratificante... Nos sentimos acompañados por los pasantes, quienes responden las preguntas de la comunidad. Además otras instituciones nos donan material como por ejemplo lo ncesario para el invernadero y  las plantas aromáticas".
Veamos cual es la modalidad en la cual se inscribe este sistema de pasantías en el Programa Municipal de Huertas. "Los pasantes están distribuidos a nivel barrial. Un mismo pasante está abocado a las huertas familiares de un mismo barrio y si hay un centro educativo también está trabaando alli", comenta Mario Selinger, estudiante de Ingeniería Agronómica involucrado en el Programa Municipal de Huertas. Además se organizan charlas de capacitación,  de este modo "volcamos los conocimientos de las aulas universitarias  a la comunidad", sostiene Mario y agrega: " estoy agradecido de ser pasante universitario porque aparte de lo técnico estamos decubriendo otra formación que es la formación social, que por ahí nos falta bastante..."
Otra de las huertas de la ciudad de Río Cuarto en las cuales se insertan los estudiantes de agronomía está ubicada en el Dispensario Municipal del Barrio Santa Rosa. Allí conversamos con el estudiante Nicolás Campodónico. "Yo trabajo con un grupo de personas que está en el Programa Social para Jefes de Hogar. Ellos realizan actividades comunitarias, la autoproducción de alimentos para llevar a su hogar. Es un trabajo digno y gratificante, sirve de experiencia y además se  transmite a los hijos".
Por otra parte, Nicolás los días jueves  se dirige hasta los semáforos ubicados frente a la Terminal de Ómnibus y luego de convencer a los chicos que limpian vidrios allí,  los acompaña a trabajar en la huerta ubicada en el Centro de Salud del Barrio Santa Rosa.

Veamos el Impacto Social
A poco más de dos años de vigencia del programa los principales resultados son la implementación de 15 huertas escolares, 28 comunitarias y 986 familiares. Esto supone una cantidad de beneficiarios que asciende a 6900 personas de los distintos barrios de la ciudad.
Según datos proporcionados por el Ing. Agr. Darío Fuentes, coordinador del programa a nivel municipal, el 82% de los productores familiares está desocupado.También se percibe que el 67% de las huertas familiares son trabajadas por todo el grupo familiar.
Desde Promoción Social también se sostiene que la actividad hortícola favorece la limpieza de baldíos y patios como así también en el cercado y delimitación de parcelas abiertas, lo cual impacta directamente sobre el medio ambiente. Además se incrementa la ingesta de variedad de hortalizas. Y se constituye un espacio de contención para jóvenes y niños en situación de riesgo social, tal es el caso relatado por Nicolás Campodónico, quien trabaja con el grupo de niños que limpian vidrios frente a la Terminal de Ómnibus.

Lic. María E. Pedernera
 

El Decano de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, Héctor Pagliaricci, durante una visita a las huertas de la ciudad


Funcionan casi 1000 huertas familiares en el marco del programa
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