Cuando la salud de los estudiantes 
fue a rendir examen
Un relevamiento de Bienestar evaluó las condiciones socio-sanitarias de los alumnos que viven en las residencias universitarias. Son pocos los que padecen enfermedades crónicas (9%), el 26% muestra sobrepeso, más de la mitad no usa anticonceptivos en sus relaciones sexuales. 
Ya funciona el programa de prevención 
"Protejamos la vida". 

Todos los estudiantes que circulan por la Universidad cumplen con las evaluaciones médicas anuales dispuestas por la institución para el cursado de cualquier carrera. Por eso en la Dirección de Salud es casi interminable la documentación existente. Pero desde el 2000 en adelante, las autoridades del área de Bienestar se propusieron profundizar sobre las problemáticas social y sanitaria de por lo menos un sector del universo estudiantil, tomando para el caso al heterogéneo grupo que componen los más de 350 jóvenes que habitan en las Residencias Estudiantiles Universitarias. Los datos obtenidos resultaron importantes para conocer el estado general de una porción de los  16 mil alumnos de la institución que, más aún, constituyen un abanico de informaciones específicas para avanzar en acciones de prevención para la población. 
En la consulta se pudo apreciar que el estado de salud de los estudiantes residentes es bueno, con bajo porcentaje de enfermedades crónicas (9,5%). Respecto a la cobertura de salud sólo el 32,6% posee obra social, aunque para la asistencia médica una cantidad considerable (el 30,5%) recurre a los servicios del Centro de Salud de la UNRC, mientras que otro tanto se dirige al hospital Central (28,4%). Se observa que el lugar de asistencia al que recurren varía de acuerdo con la disponibilidad de los servicios y ante situaciones de emergencia, ya que algunos alumnos (el 16,8%) opta por esperar y asistirse en su localidad de origen.

Sexualidad y adicciones
Se indagó también acerca del conocimiento de Métodos Anticonceptivos (MAC), instancia que derivó en un alto porcentaje de estudiantes que manifiestan conocer métodos de un buen nivel de efectividad, tales como preservativos, anticonceptivos orales y dispositivos intrauterinos, disminuyendo la proporción al hacer referencia a métodos tradicionales y de bajo nivel de efectividad (naturales, coitus interruptus, lactancia, otros). Hubo escasa referencia al preservativo femenino (3,16%) y un porcentaje considerable mencionó el diafragma (14,7%). De acuerdo con las consultas efectuadas, se desprendió que el 48,4% usa algún anticonceptivo en sus relaciones sexuales, una estimación cuando menos llamativa porque queda una leve mayoría más expuesta a embarazos no deseados, pues en el relevamiento no da cuenta del uso de métodos preventivos. El 26,3% de los que previenen usan preservativos y el 16,8 anticonceptivos orales, entre los más relevantes.
Del total de mujeres que respondieron a la consulta, el 3,2% manifestó haber tenido algún embarazo, mientras que el 1% afirmó tener hijos.
Sobre la variable adicciones, el 4,2% reveló poseer conocimiento fehaciente sobre el consumo de drogas en la residencia. El dato es particularmente importante porque aquí se consultó de modo indirecto, es decir si el encuestado conocía si había estudiantes que consumían drogas, motivo por el cual es factible inferir que en una investigación de campo más específica esta estimación podría aumentar. El informe evalúa que "si bien la Universidad ofrece un sistema de salud a su comunidad, se considera que hacia la población de las REU deben destinarse acciones de salud específicas que contemplen información sobre todo en cuestiones referidas a la salud sexual, la salud mental y las adicciones".
La alimentación de los jóvenes y estudiantes no siempre se ajusta a sus necesidades tanto en lo referido a la calidad como a la cantidad y con las repercusiones que ello implica para su salud. Al indagarse sobre los hábitos alimentarios de los estudiantes de las REU se conoció que el 26% muestra sobrepeso, al tiempo que el resto tiene peso normal (adecuado a la talla y a la edad); el 47% no desayuna, de los cuáles se destaca que un 60% de mujeres no lo hace y otro 57% de varones tampoco; el 59% ingiere entre una y tres comidas diarias y sólo 41 restante cumple con la fracción alimentaria de seis raciones por día. El 18% de la población residente se somete a algún régimen alimentario, cumpliendo en su amplia mayoría con dietas de adelgazamiento. Otros aspectos indican que sólo el 40% consume proteínas de origen animal todos los días y el resto esporádicamente, y apenas un 23% ingiere lácteos cada jornada.

En lo que la investigación define como el Aspecto Relacional se determinó que hay buena convivencia entre los ocasionales vecinos de las REU. Sólo un 5% se ubica entre las posiciones de "regular" o "mala", tanto en la vinculación con sus compañeros de departamento como con el resto de los que viven en el complejo. En la búsqueda de alternativas para saldar diferencias, el 13,7% prefiere el diálogo, un 7,4 se inclina por un mayor control y el 5,3% opta por usar el libro de quejas. Sin embargo, la mayoría admitió no tener pensada una vía de solución a los conflictos. 

Agentes de Salud
El trabajo realizado por  Fernanda Maldonado, Sandra Sommadossi y Silvana Tabasso concluye que "apuntando a un mejoramiento de la calidad de vida de los estudiantes de la REU es que se considera necesario un mayor protagonismo de los mismos en lo atinente al desarrollo de su vida cotidiana". En esa línea propuesta, el director de Salud, Armando Vesco, explicó a Hoja Aparte que "estamos desarrollando el programa de prevención y educación Protejamos la Vida, que tiene el firme propósito de lograr una mejora en la calidad de vida y una concientización de los estudiantes". Con la coordinación de la Secretaría de Bienestar, la participación de profesionales de Salud y representantes de los centros de estudiantes, la propuesta se postula para formar Agentes de Salud que compartan con otros jóvenes conocimientos, habilidades y destrezas necesarias para promover y cuidar su salud, la de su familia y la de la comunidad en la que viven, creando también, ambientes de estudio y convivencia saludables. Se considera prioritario educar para prevenir en enfermedades de transmisión sexual, alcoholismo, bulimia y anorexia, adicciones, embarazos no deseados y SIDA. Por eso ya se trabaja con 12 chicos de las REU como futuros agentes.
En uno de los folletos que da cuenta del programa se enfatiza que "asegurar el derecho a la salud y a la educación es responsabilidad de todos y es la inversión que cada sociedad debe hacer para genera a través de la capacidad innovadora, creativa y productiva, un futuro mejor". Profundizar esta opción en el largo plazo por parte de la UNRC, deparará no sin esfuerzos, mejores logros y renovados compromisos en las próximas generaciones de jóvenes.

Sergio Rivarola