Resurgir al país de las cenizas, 
el anhelo del Plan Fénix
El conjunto de ideas de varias universidades que promocionan un nuevo desarrollo nacional encuentra su expresión local en Ciencias Económicas, que ya elabora alternativas para la región centro-sur de Córdoba

A partir de la devaluación de enero de 2002 la región se encuentra con disminución del Producto Bruto Regional, precarización de la situación laboral, niveles de desempleo por encima de los dos dígitos, con aumentos importantes en los niveles de pobreza e indigencia 


Busso: “ Ideas de desarrollo que busquen una distancia 
con el desarrollo neoliberal”


 
 
 
 
 
 


Una región vulnerable a los cambios en el entorno nacional e internacional
 
 


Cada Municipio  realizó su propia 
experiencia en gestión del desarrollo
 
 
 


Las acciones buscan dotar de mayor 
capacidad política y económica
a los municipios
 

 

A escasos 50 días de las elecciones nacionales que consagrarán al próximo presidente constitucional de los argentinos, nada parece indicar que en las serpenteantes filas de la dirigencia política se vertebre al menos un bosquejo de proyecto abarcativo para afrontar las carencias que retardan el desarrollo del país. Interceptar hoy las columnas de campaña que aparecen en la televisión, suenan en la radio o se publican en los diarios apenas remiten a pobres cruces entre candidatos peligrosamente alejados de urgentes e históricas demandas sociales. 
Así las cosas, resulta casi una ficción hallar alternativas que forjen ideas de fondo para la Argentina a recuperar. Por suerte, el oasis de producción intelectual escondido en las universidades nacionales ha reverdecido con la decisión de sus hombres de tomar el impulso que malgastan los actores de la política e intenta, no sin obstáculos, conformar una serie de ejes estratégicos por donde bien podría transitar la Nación en los duros tiempos que se avecinan. 
Apelando a la idea clásica del resurgimiento después del ocaso, tomó cuerpo en el último año el ambicioso Plan Fénix, que se postula como la conformación de un acabado conjunto de ideas que marcan un rumbo de desarrollo posible, atento a las condiciones de marcado deterioro en que se encuentra el país.

Balizar el futuro
Entusiasmado en relatar la forma en que surgió el denominado plan, y muy especialmente en desmenuzar la situación socioeconómica de la región, Gustavo Busso, director del Instituto de Desarrollo Regional de la UNRC, da rienda suelta a su exposición de ideas en una mesa del comedor universitario, ante la consulta de Hoja Aparte. "El Plan Fénix es un emprendimiento que surgió en el 2001, en la facultad de Ciencias Económicas de la UBA, cuando economistas de trayectoria aunaron criterios para delinear ideas sobre el desarrollo nacional que marquen una distancia con el pensamiento neoliberal, que terminó de fracasar con la abrupta caída del Plan de Convertibilidad", sintetizó.
Desde ese momento, un nutrido grupo de economistas del resto de las universidades fue sumándose al incipiente criterio de trabajo, hasta llegar a fines del año pasado con la definición de líneas teóricas y prácticas de abordaje muy puntuales, que le den sentido al Plan. "La idea central es que conformemos, en el contexto de las economías regionales, un conjunto de ideas y aportes para cada una de las zonas del país", explicó Busso. En ese andamiaje, se preocupa en aclarar que el Fénix "no se postula para convertirlo en plataforma de gobierno de partido político alguno, buscamos en cambio, que diversos estratos políticos y sociales tomen los aspectos que consideren pertinentes de esta propuesta".
Según este docente de Ciencias Económicas, "lo importante de todo esto es marcar rumbos posibles a través de una seria discusión, pretendemos balizar el futuro por donde puedan encaramarse el país y las particularidades de cada región". En ese feliz intento habrá una parada importante en esta casa los próximos 24 y 25 del corriente cuando se lleve a cabo el Segundo Encuentro de Universidades Nacionales, Economías Regionales en el marco del Plan Fénix. 

La región que nos toca
Desde el Departamento de Economía, un extenso documento acaba terminarse sobre la situación socioeconómica y las políticas de desarrollo regional en el sur de Córdoba con el agregado de sugerencias para el escenario de inicios del nuevo siglo. A partir de la devaluación de enero de 2002, se señala que "la región se encuentra con disminución del Producto Bruto Regional, precarización de la situación laboral, niveles de desempleo por encima de los dos dígitos, con aumento importantes en los niveles de pobreza e indigencia y con una disminución acelerada de la capacidad real de consumo. La rápida apertura externa a inicios de la década pasada y la prolongada recesión de la economía argentina desde el año 1998 a la fecha ha impactado negativamente en la estructura productiva regional. Las escasas empresas manufactureras de la región son de tamaño micro y mediano, principalmente vinculadas al sector alimentario y con escasos niveles de productividad". 
"De todos modos -se agrega-, por la importancia que tienen las cadenas agroalimentarias  en la región, la magnitud de la devaluación ha contribuido a dinamizar parte importante de sus encadenamientos productivos, aunque las incógnitas del sistema financiero nacional no permitieron una respuesta rápida y adaptativa a la nueva situación post-convertibilidad. Más allá de los impactos negativos de la recesión, los sectores económicos regionales más beneficiados por las variaciones en los precios relativos han sido los vinculados a la exportación, principalmente los productores apícolas, ganaderos y los vinculados a los sistemas agroalimentarios de las oleaginosas y el maní". 

Hacia una visión compartida
Está claro que las nuevas condiciones macroeconómicas impactan en la zona, por eso el texto destaca que el derrumbe de la Convertibilidad aunado a un contexto internacional en pleno proceso de crisis política y recesión económica, "instalan a la región en un difícil entorno que obligan a apelar al compromiso y creatividad social para afrontar las nuevas condiciones macroeconómicas y políticas". 
Primero, hay "un modelo de país que muere y otro que esta tardando demasiado en aparecer para el nivel de privaciones y decadencia económica e institucional que se aprecia"; segundo, "un andamiaje institucional que requiere de una renovación que deberá originarse en un consenso social todavía no alcanzado a nivel del país"; luego,  "la necesidad de una nueva articulación entre los diversos niveles territoriales de gobierno: municipios, regiones, provincias, nación e instituciones a nivel internacional"; por último, "la vulnerabilidad de la región a los cambios en el entorno nacional e internacional".
En ese marco, "la carencia de una visión compartida" sobre las transformaciones que deberían impulsarse contribuyó, entre otros aspectos, "a dispersar los  escasos recursos disponibles". Por eso cada municipio realizó su propia experiencia en gestión del desarrollo. En esta región, en la segunda mitad de la década pasada se creó la Asociación Interinstitucional para el Desarrollo del Sur de Córdoba (ADESUR), "que fue concebido como un instrumento necesario para la coordinación entre municipios de un mismo territorio para direccionar y consolidar su progreso económico y social sobre la base de una política permanente de sustentabilidad y diversidad productiva para elevar el bienestar de la población". En el 2000, su Mesa Ejecutiva se pronunció respecto a esos cambios, proponiéndose constituirse en un ámbito de convergencia y acuerdo político-institucional del centro-sur de Córdoba y en una instancia de planificación estratégica para la región. 

Objetivos del Plan Fénix Regional

El plan regional busca promover y profundizar los procesos de desarrollo integral y sustentable de las comunidades de la región centro y sur de Córdoba, a través de un sistema de gestión que organice la participación democrática y la concertación interinstitucional en acciones de nivel supramunicipal; que fortalezca la identidad regional; que mejore las condiciones de competitividad estática y dinámica de la producción regional; que optimice el aprovechamiento de los recursos; que amplíe la capacidad y poder de negociación de la sociedad civil y que avance en el mejoramiento de la calidad de vida de todos sus habitantes.

La estrategia 
Crecimiento económico endógeno, con activa participación de los actores locales en el proceso de acumulación de capital y de reinversión de excedentes dentro de la misma región para lograr una mayor diversidad productiva y homogeneidad en los niveles de productividad de los recursos. 
Equidad, Integración social y respeto a la diversidad cultural.  Las estrategias políticas tienen como imperativo contribuir a la igualdad de oportunidades y disminuir las brechas sociales y territoriales en el nivel y calidad de vida de la población regional. 
Democracia participativa y cambio institucional.  Las decisiones de las instituciones deberán reflejar los intereses de los actores sociales de la región, dotando de mayor capacidad política y económica a los municipios. Estudiar la factibilidad técnica y política de realizar innovaciones tecnológicas, financieras y fiscales a nivel regional y local, tales como mecanismos alternativos de inversión, financiamiento y de coparticipación inversa entre los distintos niveles (municipio, provincia y nación).
Sustentabilidad ambiental y región estabilizada en términos físicos. Implica  considerar explícitamente no sólo la equidad intrageneracional sino también la intergeneracional, con manejos sustentables de los recursos naturales y cuidado del medio ambiente. 

Políticas sustentables
Modernización de la estructura productiva, diseñando políticas activas para fortalecer, completar y ampliar el valor agregado que generan las cadenas productivas presentes en la región.
Inversión en capital humano y social, promoviendo políticas sociales integrales que contribuyan a mejorar la equidad en la distribución de patrimonios e ingresos, que fomenten la integración y el respeto a la diversidad cultural a nivel de individuos, hogares y comunidades. 
Cambio y rediseño institucional, promoviendo el trabajo interinstitucional en red y una mayor participación y control democrático de la gestión de las organizaciones públicas.