Walter Giordano se graduó de Microbiólogo en 1992, se doctoró en Ciencias Biológicas en 1998, a fines de 2002 terminó un pos-doctorado en la materia en Estados Unidos y hoy trabaja en el Departamento de Biología Molecular de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Río Cuarto. 

Como para pensar que no le queda vacío el espacio donde se responde al interrogante ¿qué vas a hacer cuando seas grande? 
Acierta quien supone que se trata de alguien con inquietudes por el estudio. Giordano cuenta que “casi inmediatamente después de terminar Microbiología apliqué por una beca del CONICET y empecé a trabajar en mi tesis doctoral, como parte de la beca de formación. Me inscribí en el doctorado en Ciencias Biológicas y defendí mi tesis doctoral en el ’98”.
“En 1993 había concursado por una plaza como ayudante de primera en Departamento de Biología Molecular”, cargo que tiene desde entonces.
En enero de 2000 se fue a Estados Unidos a hacer un pos-doctorado, actividad que finalizó a fines de 2002.

Científicos extranjeros
En su estancia en Estados Unidos, el doctor Giordano advirtió que “los grupos de investigación en la UCLA (Univ. de Cali-fornia en Los Angeles) y en otras están constituidos por gente de afuera y que “eso tiene una explicación: la mano de obra de afuera es mucho más barata que la americana. Donde hay más conformación de extranjeros es en el pos-doctorado. En el doctorado encontrás americanos, pero una vez que terminan, lo que te paga la universidad como posdoctorando es muy bajo comparado con lo que te puede pagar una compañía privada”.
-Vos tenías que volver dado el compromiso asumido ante el CONICET y la Universidad. Si hubieras querido quedarte, supongamos, con una contratación directa de la UCLA, ¿podrías haberlo hecho?
-Sí, tendría que haber arreglado un compromiso económico porque yo tenía que volver o devolver el dinero de la beca. Al margen de eso, que se podría haber arreglado, me podría haber quedado. Hay muchas oportunidades de trabajo en la universidad por esto de los extranjeros y el pos-doctorado.
Acota que “a medida que pasa el tiempo vas haciendo vínculos, vas creciendo. Por eso amigos que teníamos allá y que sabían que teníamos la idea clara de volver nos decían “chicos, vuélvanse lo antes posible”. Añade que “si no, te pasa como a todos, te vas acomodando mejor acá y vas perdiendo los lazos de tu país de origen”. 
Siente que vivió en una comunidad “muy abierta”, al punto de que “el no tener un idioma fluido no te provoca un cierre, la gente es muy comprensiva, te escucha, te explica las veces que sea necesario. Eso me dio un gran aliento”. 
Estaba todo bien. Sin embargo, Walter Giordano regresó. “Es que la idea fue ir a perfeccionarme al exterior, a hacer una formación posdoctoral, teniendo muy claro que volvía a trabajar a la Argentina, de ser posible a la Universidad de acá”. Aunque tiene pensado volver al exterior –a la relación con el grupo de la UCLA se suma el trabajo con “gente de la Universidad de Nápoles”-, sabe que “será dentro de un tiempo”. Ahora quiere “estar acá para poder brindarle a la Universidad toda mi experiencia y capacitación adquirida”.