Julio Blanchoud, arzobispo de
Santa Fe, sobre la solidaridad del pueblo argentino
“Dios escribe derecho sobre líneas torcidas”
¿La tragedia de Santa Fe ha motorizado el sentimiento de solidaridad
de todos los argentinos. Por solo citar un ejemplo, el fondo solidario
de nuestra Universidad continúa recibiendo donaciones para enviar
a los miles de damnificados por las inundaciones.
Monseñor Moisés Julio Blanchoud, arzobispo de Santa Fe,
fue durante más de 20 años obispo de nuestra diócesis.
Radio Universidad Nacional de Río Cuarto dialogó este lunes
con él para conocer más de cerca el drama de los pobladores
de la capital de la provincia hermana.
Estos son algunos de sus conceptos:
-“Como pastor, debo reconocer que -aunque se diga
que esto pudo haber sido previsto- el agua sorprendió a miles de
personas, particularmente de los barrios más pobres. La tarea de
evacuación, además, se vio demorada porque la gente
-al imaginar que podía perder todo- hizo lo imposible para no abandonar
sus hogares. Ahora, gracias a Dios, se ha organizado la asistencia por
lo que creo que los evacuados están siendo tratados con dignidad”.
-“ Pastoralmente, la Iglesia está brindando su
apoyo a través de Caritas. Eso sin descuidar la faz religiosa. Es
que Dios escribe derecho sobre líneas torcidas. Fíjese que
ante tanta desgracia, lo primero que sale a flote es la gran solidaridad
del pueblo argentino. Es impactante ver cuantos jóvenes, en particular,
le han dedicado horas y horas a colaborar con los evacuados”.
-“También es cierto que surge el que aprovecha
la desgracia para medrar en provecho propio: el comerciante que aumentó
los precios, el otro que trampea cuando dice que necesita muchas más
cajas de provisiones de las que necesita...”
-“Yo estoy al frente de una capellanía
de un convento de clausura de las hermanas Carmelitas. El agua llegó
hasta la vereda del convento. En broma les decía a los feligreses
que a mí me salvó el nombre de Moisés: el nombre de
quien -según el Antiguo Testamento- dividió las aguas del
Mar Rojo para atravesarlo. Aquí parece que al invocar su nombre
conseguí detenerlas ante la puertas del convento. De cualquier manera,
a pocas cuadras, hay casas que fueron tapadas por el agua”.
- “Por cierto que mi tarea se
ha multiplicado. Tengo aquí cerca, en una plazoleta, gente que armó
su carpa y se refugia bajo algunas chapas. Es gente que debe recibir nuestra
ayuda y ser derivada”.
-“Me duele cuando por casos
aislados se pone el grito en el cielo. Vi a una señora, por
ejemplo, quejarse porque los ravioles que le daban no estaban bien cocinados.
¡Hay que ubicarse en la realidad! Se prepara comida para miles de
personas. También lamento el tratamiento que algunos periodistas
hacen de la realidad: vi a uno protestar porque cerca de una gran olla
había varias moscas.... Eso duele porque en vez de sembrar solidaridad
y de valorar el esfuerzo que se hace para que a nadie le falte nada se
ponen de manifiesto estas actitudes”.
-“Ya se ha cerrado en el
norte de la ciudad un muro que -dicen- se comenzó hace algunos años
y no se terminó. El problema está dejando de ser el agua
y comienza el problema sanitario. Se está vacunando masivamente”.
-“A los riocuartenses,
les agradezco lo que están haciendo por los santafesinos. Una gran
bendición a todos ellos. Sepan que siempre los recuerdo con mucho
cariño”.
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