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En el caso de repetirse una creciente como la de 1943
Desestiman posibilidades de inundación en Río Cuarto 

La geóloga de la UNRC Susana Degiovani tranquilizó acerca de las consecuencias que podría generar para el ejido urbano de la ciudad si se repitiera un volumen de creciente del río semejante al de 1943, que afectó áreas pobladas y acarreó numerosos inconvenientes para la ciudad.

La ponderación de la investigadora local, del Departamento de Morfología de la Facultad de Ciencias Exactas, es oportuna cuando el río Salado ha desbordado después de cien años en que sus aguas no alcanzaron el nivel de ahora y han causado la tragedia santafesina, y despierta comparaciones.
La docente universitaria aclaró que la ciudad puede tener más problemas por la lluvia en cuencas cercanas, como la de El Bañado, como ocurrió en 1992, que por una creciente extraordinaria como la de hace sesenta años, que hasta ahora no se volvió a repetir.
Degiovani dijo que «las condiciones a lo largo del tiempo han cambiado. Si bien llueve más en la cuenca, el curso del río se ha profundizado y cualquier desborde en la zona de Tres Acequias, por el mayor nivel de las aguas producto de las lluvias en la zona serrana, representa un riesgo menor porque el nivel del lecho ha bajado».
«Hay que recordar -dijo la investigadora- que en 1943 el problema de la inundación en las áreas urbanas en la ciudad fue producto del ingreso de la masa líquida por la cuenca de El Bañado, aparte del elevado nivel que alcanzaron las aguas del río que también desbordaron a su paso por la ciudad».

Recurrencia
Recordó que la Dirección de Agua y Energía, en su momento, evaluó en un estudio que «la recurrencia de un volumen de agua, como la que se produjo en la creciente de 1943, es centenaria y que, por otra parte, Río Cuarto no presenta zonas ampliamente vulnerables al desborde de las aguas del río a su paso por la ciudad, salvo el caso de asentamientos marginales en algunos sitios rivereños de tierras fiscales, los que pueden ser afectados por la erosión».
«Nunca se puede descartar un fenómeno de extraordinaria magnitud que pudiera repetirse con las aguas del río, pero, reitero -dijo la investigadora-, las condiciones del escenario han cambiado».

Proyecto
 Degiovani señaló que «es deseable que se trabaje en algún proyecto que permita atenuar los efectos de los volúmenes de agua de las lluvias en las sierras para cuando pasen por la ciudad».
Expresó su «preferencia por un sistema de microembalses a lo largo de su curso y no por un gran dique embalsador, porque no tendría que construirse en su caso donde se proyectó el Dique Tincunaco sino más arriba para contener las distintas cuencas serranas».

 
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