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Hipertensión arterial: 
una enfermedad silenciosa

La presión arterial elevada es una enfermedad en sí misma y es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, junto con la hipercolesterolemia, el estrés y la diabetes. Por sus características, la hipertensión es un factor de riesgo modificable, ya que puede controlarse y mantener sus valores para que deje de ser riesgosa. 
La ateroesclerosis, la angina de pecho, el infarto, los accidentes cerebrovasculares, la insuficiencia renal son algunas de las afecciones a las que se encuentra expuesta una persona hipertensa.

La presión arterial es la ejercida por la sangre sobre las paredes arteriales cuando ésta ingresa al sistema arterial. El corazón es una bomba cíclica, es decir, se llena y se vacía en períodos diferentes. La presión que ejerce cuando se contrae es conocida como «máxima» y la ejercida cuando se dilata es la denominada «mínima». Los valores reconocidos como óptimos o normales son los que oscilan entre 130 y 85 mmhg., es decir, 13 de máxima y 8 de mínima. La hipertensión arterial es la elevación constante de estos valores establecidos como normales. 
Generalmente la hipertensión no es detectada hasta que no aparecen sus síntomas y, en este caso, los órganos ya se encuentran afectados de manera significativa. Según datos de la Fundación Favaloro «El 50% de los hipertensos ignora su diagnóstico. De los que lo conocen, sólo el 50% recibe tratamiento y, a su vez, sólo el 30% de ellos está bien controlado.»

Reconocerla a tiempo
El diagnóstico de hipertensión arterial es fácil y de bajo costo. Sólo es necesario realizar mediciones de presión periódicamente. El  reconocimiento a tiempo de la presión elevada  permite reducir la posibilidad de complicaciones serias o accidentes vasculares que no sólo ponen en riesgo la vida, sino que, en aquellos que sobreviven, pueden provocar defectos invalidantes que impiden o modifican su capacidad laboral. 
En caso de diagnosticarse la hipertensión, el tratamiento a seguir dependerá de los valores reconocidos y las características individuales. Sin embargo, existen aspectos básicos y generales a tener en cuenta para prevenir y controlar la hipertensión:
- Consumir sal y grasas en forma moderada.
- Ingerir alimentos ricos en potasio y calcio.
- Ser moderado en el consumo de café y mate.
- No fumar.
- Evitar en lo posible las situaciones de estrés. 
- Evitar el sedentarismo y realizar actividad física programada.
- Controlar la tensión arterial cada 6 meses y el colesterol en forma anual si los resultados son normales. 

Datos extraídos de: 
Fundación Favaloro 
U.N.S.L. 
Programa de Prevención de la 
Hipertensión Arterial (MINSAP)
 



 

¿Qué hacer frente a un infarto?

El infarto es uno de los accidentes vasculares más comunes e inesperados. Sus síntomas comienzan con un severo dolor en el pecho que se irradia hacia el brazo y el mentón, seguido de mareos. En caso de sufrir un episodio de este tipo y no contar con ayuda cercana se proponen una serie de pasos a seguir.
Al momento de sentir estos síntomas debe hacerse una respiración profunda y luego un tosido intenso y prolongado. Debe repetirse esta conducta cada dos segundos hasta notar que el corazón normaliza sus latidos y los síntomas amenguan. Las respiraciones profundas llevan oxígeno a los pulmones y los movimientos de la tos agilizan la circulación de sangre ayudando al corazón a restablecerse. Una vez pasada la urgencia, debe consultarse al médico lo antes posible.
Recuerde que para emergencias puede comunicarse con el servicio EMA al Tel. 4620141 / 4642100.
 


 
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