Los riesgos de la
diabetes y su tratamiento
La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica crónica
caracterizada por una elevación anormal y permanente de la glucemia
y producida por una alteración en la secreción y/o acción
de la insulina. Por sus consecuencias, forma parte de los factores de riesgo
de los accidentes cardiovasculares, ya que la falta de tratamiento y control
de la diabetes puede conducir a complicaciones crónicas graves.
Según las estadísticas, el riesgo de desarrollar enfermedad
coronaria, cerebral o periférica es de 2 a 4 veces mayor en el diabético
que en una persona sin estas características.
La falta de control de la diabetes puede ser causa también de
otras afecciones como deficiencia visual, enfermedades renales, neuropatías,
amputación de miembros inferiores, llegando hasta la muerte. Sin
embargo, también puede convivirse con la enfermedad y lograr una
buena calidad de vida. La detección precoz, su control y tratamiento,
y principalmente el compromiso del diabético, son factores indispensables
para llevar una vida sana, sin grandes complicaciones.
Tipos de diabetes
En el mundo Occidental la diabetes afecta entre el 3-5% de la población.
Se estima que un 50% de estos casos permanecen sin diagnosticar:
por cada persona con diabetes conocida existe una con diabetes desconocida.
Existen fundamentalmente dos tipos de diabetes:
Diabetes Tipo 1: llamada también de tipo juvenil ya que generalmente
es diagnosticada en personas jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier
edad. En estos casos, el páncreas produce muy poco o nada de insulina.
La mayoría de los diabéticos diagnosticados antes de los
19 años son insulinodependientes. Aparece de un modo brusco y se
agrava rápidamente si no se aplica el tratamiento adecuado.
Diabetes Tipo 2: es la forma más frecuente y su prevalencia
aumenta a partir de los 30 años. Se caracterizan por una resistencia
a la insulina, es decir que el organismo produce insulina pero las células
no pueden utilizarla de forma adecuada. Tanto su aparición como
su gravedad están fuertemente relacionadas con los hábitos
de vida: la hipertensión, la obesidad, la hipercolesterolemia, el
sedentarismo, etc. Su tratamiento también depende en gran medida
de la modificación de estos hábitos y el control de estas
afecciones. Puede pasar desapercibida durante bastante tiempo, lo que dificulta
el diagnóstico y el tratamiento precoz.
La prevención de la diabetes
La diabetes es una enfermedad cuya aparición depende de variados
factores: antecedentes hereditarios, estilos de vida, características
individuales, etc.; por esta razón no puede prevenirse su existencia
pero sí sus complicaciones. La diabetes en sí misma no es
peligrosa, se transforma en un factor de riesgo cuando no es tratada adecuadamente.
Su control requiere de la participación activa del diabético,
que conozca su enfermedad, sus formas de tratamiento y colabore adoptando
nuevos hábitos de vida.
Cada tipo de diabetes posee formas de control diferentes, sin embargo
su tratamiento coincide en el cambio de ciertos hábitos de vida.
Es de gran importancia evitar la obesidad, el exceso de peso empeora
el estado de la diabetes y su disminución suele tener un efecto
favorable. Cuando se produce una pérdida de peso, la necesidad de
insulina e hipoglucemiantes orales es, con frecuencia, reducida o eliminada.
El sedentarismo es otro factor a ser erradicado, a través del ejercicio
periódico y las caminatas. Estas modificaciones deben ir acompañadas
con una dieta equilibrada, elaborada por un especialista de acuerdo a las
características de cada paciente.
Para su control, se recomienda como rutina básica: Consultas
médicas periódicas cada tres meses (con examen clínico
completo, medición de la presión arterial y la agudeza visual
e investigación de posibles lesiones en los pies). Realizar anualmente
una consulta oftalmológica, un examen cardiovascular y uno neurológico.
Evaluar la glucemia periódicamente (antes de cada consulta médica)
y realizar una vez al año un análisis completo de rutina.
Datos extraídos de SAMFYC -
Grupo de Diabetes, Medicina y Sociedad, Vol, 22 |
¿Cómo reconocer una diabetes?
La diabetes puede “despertarse” en cualquier etapa de la vida, por esta
razón debe realizarse un análisis de glucemia una vez al
año, como mínimo, aunque no existan síntomas. En caso
de que su resultado esté por encima de 125 mg/dl (medida límite)
deben realizarse estudios más profundos ya que se puede estar
frente a un caso de diabetes.
Existe también una serie de síntomas cuya aparición
indica una diabetes avanzada y por lo tanto debe consultarse al médico
urgentemente:
· Aumento de la sed: cantidad de veces y de volumen de líquido
ingerido.
· Aumento de la frecuencia y volumen de la orina.
· Pérdida de peso a pesar del aumento del apetito.
· Vaginitis, infecciones de la piel, visión borrosa y
frecuentes infecciones de vejiga.
· Ocasionalmente, impotencia en el hombre y desaparición
de la menstruación en la mujer.
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