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Defendiendo lo público

Como estudiante de una Universidad Pública que defiende el acceso libre y gratuito a la educación en todos los ámbitos de la sociedad, me resulta elemental  defender también los Hospitales y Centros de salud Públicos, con libre acceso y prestación de servicios gratuitos. ¿por qué defender esto? Porque creo y estoy convencido de que, al igual que la educación, la salud debe estar garantizada a toda persona que habite este país (y el resto del mundo, por supuesto), ya que todos nos merecemos recibir atención médica de excelencia, sin estar condicionados por distintas posiciones económicas, para que todos tengamos las mismas posibilidades y no haya desigualdades que provoquen marginación ni exclusión. En la actualidad, estamos inmersos en una lógica –que creo incorrecta- donde el que tiene mayores recursos económicos puede acceder a mejores prestaciones médicas. Esto no debe ser así, hay que cambiar ese pensamiento que nos fue impuesto, y todos comprometernos a cambiarlo, desde las personas que reciben esos servicios, hasta los profesionales que brindan estas atenciones, y el Estado con la obligación de ofrecer las garantías de que así sea. 
Hace aproximadamente un mes se realizó el Baile Solidario, organizado por la F.U.R.C. y el C.E.C.H. (conducidos por Franja Morada), donde se recolectaron elementos para el Hospital Regional; acto que me resultó muy positivo porque por un lado se reivindica lo público y por otro se aporta directamente a la entidad. Respecto a esto, en la edición del pasado viernes 19 de septiembre del Hoja Aparte aparece un recorte donde se puede leer que se organizo dicho evento “...considerando que la salud pública en la Argentina es una de las áreas que mas se ha visto perjudicada en los últimos años y que en la última década los gobiernos de turno han hecho de la misma una variable de ajuste constante, colocándola al borde de su  extinción definitiva...”
Lamentablemente veo una gran contradicción. Ya que al llegar todos los días a la Universidad, vemos en carteles gigantes, acompañados de “convincentes” volantes, la oferta de un plan de salud privado. Algunos pensarán: “¿privado? Si no llega a cuatro pesos...” Pero SÍ, sin importar el monto es un sistema prepago de una entidad privada. Se está negociando con la salud de los estudiantes. Al mejor estilo Venta Directa vemos “Tu salud protegida..., a solo $3.90 x mes”.
¿No suena contradictorio? Por un lado nos invitan a participar defendiendo el Hospital Público y por otro nos estimulan a pagar $4 para tener determinados servicios. 
Todo esto me hace recordar los tiempos en donde la palabra “privati-zación” era de uso corriente y donde los ideólogos-ejecutores de ese accionar se encargaban primero de desprestigiar y desmerecer las empresas públicas, tratando de convencer que ocasionaban gasto al Estado, y luego ofrecían alternativas, logrando que dichas empresas pasen a manos privadas. En este caso, se analiza la decadencia del sistema de salud (lo cual coincido), pero en vez de gestionar y proponer mejoramientos, se plantean alternativas arance-ladas, haciendo acuerdos con entes privados.
Igualmente, no es mi intención ni la del Espacio Independiente (grupo que integro), quedarse en meras críticas, ni mucho menos se quieren hacer simples análisis que conduzcan a nada. Por el contrario, como Espacio Independiente (integrado por SAL (Humanas), MAS (Económicas) y por UEA, Alternativa y API, que conducen los Centros de Estudiantes de Agronomía, Veterinaria e Ingeniería, respectivamente) proponemos y convocamos a toda la comunidad universitaria para la construcción  de alternativas que NO sean condicionadas por el pago de cuotas, sino que sean cobijadas con la bandera de la defensa de lo público, con hechos concretos y con la participación de todos en la elaboración del proyecto. 
Hay muchas cosas para analizar dentro del sistema universitario y sobre las cuales proponer soluciones que reviertan tales problemáticas, pero hoy me ocupa la cuestión de salud, y todos, como estudiantes de una Universidad Nacional, deberíamos analizar el tema, exigir respuestas y buscar caminos alternativos sin condicionantes. 
Para finalizar, tomando una frase de Mario Benedetti: “Si unos caminos se cierran, hay que buscar otros y en el caso de que no existan, hay que crearlos...” pero que éstos sean públicos, con libre acceso y servicios gratuitos.


Gastón Arcuri
Consejero Superior Fac. Ingeniería - Integrante del Espacio Independiente
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