Secretaría Académica  / Universidad Nacional de Río Cuarto
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Suplemento de Hoja Aparte Nº 2
Viernes 24  de Octubre  de 2003

Un  problema: dos miradas
     El perfil del alumno que ingresa a la universidad

En el transcurso de los últimos años se han producido cambios significativos, tales como: la crisis del nivel medio y las nuevas transformaciones curriculares, la influencia creciente de los medios masivos de comunicación, la predo-minancia de la cultura de la imagen frente a la cultura escrita, el dominio y la familiaridad de los jóvenes con la tecnología, la fragmentación y la hete-rogeniedad de la juventud y la sociedad, etc. Estas variables estarían definiendo el proceso de cambio continuo que se manifiesta en el perfil del ingresante a la universidad, caracterizado por diferencias tanto cognitivas como sociales y culturales, que plantean nuevos desafíos en el intento de conocer y perfilar al joven que ingresa a la universidad. 
En este sentido, se sabe que en una institución educativa muchas veces existe una brecha entre las expectativas institucionales en relación a sus alumnos y el perfil real de los mismos, provocando por parte del estudiante, en muchos casos, un rendimiento académico pobre, desinterés, pobre aprovechamiento académico, fracasos, poca participación, etc.

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  Entonces cabe preguntarse ¿cuál es el perfil de alumno universitario esperado? 
A partir de los sucesivos diagnósticos y trabajos realizados en el contexto de las AIVU se observa que muchos docentes esperan que el alumno universitario presente, a nivel cognitivo: un bagaje de conocimientos previos pertinentes con la disciplina de la carrera elegida, esquemas de conocimiento y acción para conocer, interpretar y organizar su realidad, procesos de estudio y aprendizaje autónomos, posibilidad de transferir sus conocimientos a situaciones nuevas,  pensamiento crítico y reflexivo que le permita argumentar y fundamentar sus ideas y opiniones. Asimismo que pueda interpretar correctamente consignas y textos de las diferentes áreas disciplinarias y que  conozca y aplique diferentes estrategias de búsqueda, organización, comunicación y producción de la información.
Por otro lado, en el aspecto socio-afectivo, desean que: logre integrarse y adaptarse a la comunidad universitaria,  tenga un rol activo y protagónico en las clases, participe en las instancias gremiales que existen en la comunidad universitaria, tenga una clara definición vocacional en relación a la carrera elegida y del campo ocupacional de la misma y logre asumir una actitud responsable frente a las nuevas exigencias que implica ejercer el rol de estudiante universitario. 
Pero conocemos, a través de los sucesivos diagnósticos, que el alumno que ingresa a la universidad presenta dificultades, fundamentalmente, en lo que hace a la adquisición de conocimientos previos, así como también comprensión lectora y uso deficitario de estrategias de estudio. Además, en muchos casos, no logra asumir plenamente su rol de alumno universitario. 
Si a esto se le suma que muchos docentes universitarios parten de supuestos que consideran las condiciones mencionadas como adquiridas y ejercitadas plenamente en el nivel medio, podríamos estar considerando a estos factores como obstaculizadores de la posibilidad de los estudiantes de realizar aprendizajes significativos, lograr un buen rendimiento académico y realizar un proceso de estudio que le permita un avance regular en la carrera e incluso permanecer en la universidad. En estas condiciones, un grupo muy significativo de alumnos ingresantes podría constituirse en un grupo de alto riesgo 
Debemos reflexionar que, como institución, muchas veces delineamos políticas o lineamientos a partir de un perfil ideal de alumno, con expectativas alejadas de las características reales que presenta el mismo, lo que provoca fracasos por parte del estudiante y frustraciones en el docente.

Algunas propuestas
Es por ello que se torna significativo pensar, en un marco participativo y de compromiso de todos los actores involucrados, en acciones que permitan tomar conciencia de la situación, disminuir el nivel de expectativas, generar espacios de enseñanza más adecuados a las condiciones de los estudiantes, concientizar a los docentes acerca de la necesidad de reflexionar sobre sus prácticas en relación al perfil del ingresante que inicia su vida universitaria, profundizar las estrategias de articulación con el nivel medio en desarrollo, etc. Esto nos permitiría develar y mostrar con mayor claridad los puntos críticos, las prioridades y las posibles líneas de acción que deberán definirse. 
Si se constituye como una política prioritaria de las universidades el considerar la situación especial que vive el alumno que ingresa, con  diferentes alternativas de apoyo, acompañamiento y seguimiento para los estudiantes durante el transcurso de la carrera de grado, estaremos abordando una problemática que preocupa actualmente a las universidades que es la de mejorar el desempeño académico y disminuir el nivel de lentificación, el desgranamiento y la deserción estudiantil.

Esp. Inés Jure 

 




Biblioteca Central
Del dicho al hecho: una cuestión de conciencia

 La conciencia sólo puede existir de una manera, y es teniendo conciencia de que existe. 
         (J-P Sartre)

Cuando solicitamos la colaboración de los usuarios de la biblioteca para realizar una evaluación de los servicios de la misma, prometimos informar de los resultados de la encuesta que servía como medio de opinión.
 Pero la opinión, si no corresponde a una representación inexacta, logra trascender cuando se la enmarca en un ámbito de reflexión, toma de conciencia y búsqueda de solución. Es en este sentido que hacemos la siguiente lectura de los datos acerca de la organización de la biblioteca: resulta satisfactorio saber que el 71% de los usuarios opina que la organización es buena o muy buena (ver gráfico); sin embargo, se plantean las siguientes contradicciones: ¿por qué si la organización es tan satisfactoria no se traduce en una consulta más independiente o en mayor respeto por la conservación del material? (el número de «mutilaciones bibliográficas» creció en los dos últimos años en un 200%)...o ¿por qué hay cada vez más libros extraviados o desordenados? (algunos libros están hasta un año extraviados dentro de la biblioteca)...o ¿por qué no se pueden reducir los niveles de ruido en las salas de consulta? (es uno de los aspectos señalados por los mismos usuarios)…Y si en esto se quiere leer algún dejo de reproche, en todo caso los usuarios no son los únicos destinatarios. Todos los que somos de una u otra forma responsables del patrimonio de la biblioteca deberíamos ser conscientes de la necesidad de lograr una cultura bibliotecaria que no haga peligrar ese 71% de satisfacción, sino que por el contrario eleve ese porcentaje. 

De la reflexión a la acción 
Las medidas que podemos tomar son de diferente índole y corresponden a diferentes ámbitos de intervención: responsabilidad en el uso de espacios y materiales, participación en la formación de usuarios, celeridad en las sanciones, compromiso en el autocontrol y en la observación del comportamiento ajeno, etc.
 Sin dudas también la atención del personal (aspecto del que hablaremos en el próximo número de Perspectivas) debe contribuir a esa cultura bibliotecaria y aunque somos conscientes de que «es tan difícil verse a uno mismo como mirar para atrás sin volverse» (H. Thoreau), estamos trabajando en la organización de un organigrama de trabajo que dinamice la atención al público. 

Regularidades y promociones
Punto por punto
Ahora que ya sos un Alumno Universitario, tené en cuenta que durante el cursado de una materia debés cumplir una serie de requisitos mínimos para obtener la condición de Alumno Regular. En caso de que no logres cumplir con los mismos quedarás en condición de Alumno Libre.

Requisitos:

  •  Alcanzar una calificación de cuatro puntos en las evaluaciones parciales.
  • Cumplir con las actividades previstas en el programa de la materia.
  • Cumplir con la asistencia prefijada.
  • ¿Sabés qué implica la obtención de una Regularidad? Presupone la acreditación de los aprendizajes que fuiste realizando durante el cursado de una materia y, como logro, te permite rendir en condiciones de regularidad con menos exigencias que si fueras libre.
  • Algunas materias pueden ser susceptibles de un Régimen de Promoción; esto presupone un sistema de evaluación especial durante el cursado que te permite alcanzar la aprobación de la asignatura sin rendir examen final, con los siguientes requisitos:
  • Tenés que cumplir todas las actividades previstas para la promoción: clases teóricas, teórico-prácticos y prácticos.
  • Además tenés que cumplir con asistencias, generalmente más rígidas que para la obtención de la regularidad.
  • Pero además tenés que lograr altas calificaciones, generalmente con siete en cada parcial o con promedio siete, pero nunca con notas inferiores a seis.
Considerá que la cantidad de materias promocionables son determinadas por las facultades, y más concretamente, solicitadas por los titulares de las asignaturas quienes determinarán si su materia es susceptible de un Régimen de Promoción, lo cual será considerado por el departamento al que pertenece la materia y en última instancia aprobado por el Secretario Académico y por el Consejo Directivo de tu Facultad.

Es importante que conozcas lo siguiente…Desde Secretaría Académica estamos trabajando en un sistema orientado a dotar de mayor flexibilidad a la enseñanza de grado impartida en nuestra Universidad; este sistema está encaminado a adaptar un currículo a fin de permitir su adecuación y transformación en función de cambios científicos, tecnológicos, profesionales y sociales imperantes en nuestra sociedad; y además – y como un factor de vital importancia - a la construcción por parte del alumno de su propio itinerario curricular.

Así es que para aumentar el grado de flexibilidad de los currículos de nuestra Universidad se recomienda - entre otras alternativas - la de evaluar los planes de estudio en función del número más adecuado y factible de asignaturas con sistemas de evaluación por promoción.
Es muy importante que en función de las consideraciones siguientes seas  vos mismo como  alumno quien demande y requiera hacia el interior de las propias facultades por una mayor cantidad de materias promocionables, tendiendo a una adecuación curricular que te permita transitar tu formación de grado en procura de lograr la mayor calidad académica posible.

Lic. Germán Monge



 
 
 
 
 
 
 
 
 


Opinión de los usuarios sobre los servicios 
de la Biblioteca Central 
 

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