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1983 - 2003
20 años de Universidad 
y Democracia

Los sucesivos y continuos golpes de estado producidos en nuestro país entre los años ´50 y ´70,  alteraron -como en todos los órdenes- la vida de los estamentos universitarios. Así los irrumpimientos militares del General Aramburu en los gobiernos democráticos de Perón y Frondizi, la intervención de Onganía en la gestión gubernamental de Arturo Illía, el golpe interno de Lanusse en el gobierno del General Levingston y por último las cuatro juntas militares encabezadas por Videla, Viola, Galtieri y Bignone, tornaron prácticamente imposible el desarrollo de una política continua y coherente en las universidades nacionales argentinas. Ocho presidentes militares en dos décadas, impusieron un modelo de vida universitaria caracterizado por el miedo, la represión y sobre todo el estricto control de los materiales bibliográficos y corrientes de pensamiento desarrolladas en las aulas argentinas. La quita de la autonomía universitaria en la tristemente célebre “noche de los bastones largos” en 1966 marca el comienzo de una etapa en que los jóvenes estudiantes de nuestro país se desprenden del derecho más anhelado por toda persona con ideales: el poder pensar.

El 25 de marzo de 1976 la intervención militar toma posesión de la UNRC en cumplimiento de una orden del servicio y a partir de esa fecha determina una orden concordante con directivas recibidas. Las primeras resoluciones estuvieron destinadas a la designación de interventores militares en cada una de las distintas áreas administrativas, posteriormente, fueron puestos en servicios los decanos interventores en las áreas académicas pertinentes y se procedió  a la racionalización de las plantas de personal docente y no docente de la institución. Una comisión especial presidida por el interventor militar comodoro Pedro Herreros, produjo una estructura orgánica funcional a los a los organismos estatales superiores.
Luego de un estudio previo se dejó sin efecto la idea de crear una escuela superior de arte y la guardería infantil. Al no contar en esos momentos con planes de estudio aprobados, se suspendió toda actividad académica en los bachilleratos de la ciudad. Una de las primeras intervenciones recayó sobre la Escuela de Ciencias de la Información: se efectuó un relevamiento académico previo a la reanudación de las actividades. Durante la intervención militar se resolvió retirar de la Biblioteca Central y dar de baja de su patrimonio a la bibliografía considerada disociadora y de alto adoctrinamiento ajeno al sentir argentino.
Por último, se establecieron una racionalización físico y espacial de las instalaciones universitarias tanto del campus como de la ciudad acorde a las cambiantes condiciones académicas y económicas acaecidas desde el momento de su creación en 1972 hasta la época de la intervención en 1976.
Algunos miembros de nuestra Universidad vivieron esas épocas y en diálogo con los productores del programa “Mejor que decir…”, producido en el Departamento de Producción Audiovisual dieron sus testimonios. Presentamos aquí tres de ellos:
Dr. Roberto Seiler, primer Rector elegido por la Asamblea Universitaria (1986 – 1990)
“La restauración de la democracia en las universidades e instituciones fue un período muy rico, de creatividad y participación. Sobre todo en la universidad salimos de un ciclo en el que las restricciones eran grandes, y nos encontramos con una tremenda puerta abierta que nos daba grandes oportunidades. La UNRC lo vivió así, recuperó tres herramientas esenciales: la democracia, la autonomía y la libertad. Esos tres elementos tan fuertes que le daban con la democracia la posibilidad de ejercer su propio gobierno con la propios miembros de la comunidad universitaria; la autonomía con la posibilidad de dictarse sus propias normas sobre la cuales se iba a asentar el gobierno permanentemente, y ese don tan preciado, la libertad, que permite expresar todas las ideas, como pasamos a utilizarla en ese momento. Basada en esos tres elementos, la universidad fue un centro de ebullición en ese momento, fue de una participación notable y casi excesiva diría, y casi al punto de lo que supimos llamar en ese momento un “participacionismo”. Todos los miembros de la comunidad universitaria: docentes, estudiantes, graduados y no docentes, todos, querían participar”.

Med. Vet. Arnaldo Ambroggi, docente de la Fac. de Agronomía y Veterinaria
“Creo que todos recordamos el auge de los años del retorno de la democracia, toda la juventud se reincorporó a la actividad. El movimiento estudiantil del 83 se vislumbró como un movimiento activo en la discusión política. Y la participación fue decayendo porque se empezó a ver el nuevo proyecto y en esto está la gran diferencia: en los años previos a la dictadura, los docentes pensaban en formar al hombre y después al profesional. Y ahí se empezó a vislumbrar la posición liberal y la cuestión política de pensar que la universidad en alguna medida era más para formar al profesional y no tanto al hombre.
Quienes vivimos aquellas épocas tan entusiasmados, tan llenos de la alegría que significaba vencer esa brecha para lograr el cambio, sigo destacando que logramos rescatar grandes valores que no se pueden olvidar ni se puede comparar con la época previa a 1976.
La recuperación de la democracia es algo que no se puede comparar con nada, más allá de los defectos que ésta tenga y en lo que cada uno de nosotros pueda haber contribuido para alimentar esos defectos”.

Ing . Oscar Spada,  Vicerrec-tor UNRC
“Es un hecho muy trascendente, sobre todo cuando uno toma en cuenta el período anterior a la democracia. El regreso al estado de derecho en la Universidad permitió esto de discutir políticas educativas en serio a nivel de la universidad, dejando lo partidario de lado y fue un reencuentro entre los distintos estamentos que comenzaron a construir en este período de 20 años -aunque todavía nos falta mucho- y hermanarnos para llevar a delante una política convivencia de lo que es, para los que hemos apostado a la Universidad, la mayor parte de nuestra vida.
Uno de los aspectos más importantes fue la conformación de los consejos superior y directivos, para comenzar a discutir el inicio de los concursos, una etapa complicada, pero muy importante para la salud de la universidad, y después se fueron sumando muchos temas normales a una casa de estudio, porque debemos pensar que estos más de treinta años que tiene nuestra universidad, veinte se formaron en democracia, en instancias en que no sólo había que definir políticas, sino que también cómo se crecía dentro de esa política. Fue una experiencia importante  porque en estos 20 años se dieron la formación de consejos, concursos, la primera designación de Rector de manera indirecta, la formación de los gremios, los centros de estudiantes, la FURC y hechos importantes como la incorpo-racion al claustro de los compañeros no docentes”
 


Una imagen común a finales de los ´70: fuerzas de seguridad haciendo controles en las calles

 


 
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