El Papanicolau y
el sexo seguro evitan el desarrollo del cáncer de cuello de útero
El cáncer de cuello de útero forma parte de los
tipos de cáncer más frecuentes en la población femenina.
Si bien su aparición es bastante común, es muy alto su índice
de recuperación. Esto ha sido posible gracias a que la población
ha ido incorporando los métodos preventivos frente a este tipo de
cáncer principalmente.
El útero o matriz es el órgano destinado a alojar al feto
durante su formación hasta su nacimiento. El cuello del útero
es su porción más baja. Tiene un canal a través del
cual en un sentido, del cuerpo del útero a la vagina, sale el flujo
menstrual y en el otro, de la vagina hacia el útero, asciende el
esperma que va en busca del óvulo para fecundarlo y dar origen al
nuevo ser.
El cáncer de cuello de útero se origina en las células
del cuello uterino. Antes de llegar al cáncer declarado, esta cubierta
cervical puede pasar por una etapa premaligna denominada displasia (anomalía
en el crecimiento de un tejido) que implica alteraciones en las células
pero sin llegar a ser cáncer. Los cambios premalignos pueden volverse
cáncer con el transcurso del tiempo. Por esta razón, un control
ginecológico periódico permite no sólo detectar células
cancerosas sino también tratar a tiempo posibles anomalías
o enfermedades y evitar que éstas se transformen en tumores.
Sus factores de riesgo
Como todo tipo de cáncer, no pueden identificarse características
o conductas que impliquen directamente la aparición de la enfermedad.
No obstante, existen factores cuya presencia en la persona pueden aumentar
las posibilidades de desarrollarla.
Los antecedentes en madres o hermanas de este tipo de cáncer
aumentan las probabilidades de aparición. El cáncer de mama
o de colon en familiares, o en la propia persona, también están
relacionados con la aparición del cáncer de útero.
Otro factor de riesgo es la edad: la mayoría de los casos se
diagnostican en mujeres mayores de 50 años.
Se ha comprobado que algunos medicamentos utilizados en la posmenopausia,
como la terapia hormonal, pueden generar células tumorales en el
cuello uterino.
También incrementa el riesgo el no tener hijos, haber iniciado
sus relaciones sexuales a edad temprana, sufrir de infecciones genitales
periódicas, no tener pareja sexual estable o tener sexo sin protección.
Existen además otros factores de riesgo para cáncer de
cuello uterino como fumar, estar infectado con VIH (el virus que produce
el SIDA), usar anticonceptivos orales por más de 5 años y
no mantener hábitos higiénicos.
Las mejores formas de prevenirlo
La prevención del cáncer de cuello de útero puede
prevenirse complementando dos conductas básicas: realizar el control
ginecológico como mínimo una vez al año y disminuir
los factores que aumentan las probabilidades de su aparición.
La mejor técnica de detección precoz es el Papanicolau
(citología exfoliativa oncológica). Este estudio es realizado
por el médico ginecólogo y consiste en el raspado de células
de la superficie cervical para su posterior coloración. Además
de la lectura para cáncer, este test brinda otros datos importantes
como la lectura hormonal y bacteriológica, las que dan una idea
global del estado de la paciente.
Evitar la promiscuidad y la práctica de sexo sin protección
son otros puntos fundamentales. Es importante recordar que el cáncer
de cuello de útero es imputable a la transmisión sexual
y que el contagio con virus del papiloma humano es un factor de riesgo
muy importante. Este virus es bastante común en las mujeres que
mantienen relaciones sexuales. Su tratamiento es sencillo, sin embargo,
si no es tratado a tiempo sus complicaciones son serias, al punto de convertirse
en posible cáncer de cuello de útero.
Fuentes: www.saludhoy.com – www.inmujer.df.gob.mx – www.elmundosalud.com
Material supervisado por Auditoria Médica
|
Programa de Prevención del Cáncer de Cuello de Útero
La prevención de este tipo de cáncer forma parte de los
programas preventivos que se llevan adelante desde la Obra Social.
A través del Programa de Prevención del Cáncer
de Cuello de Útero las afiliadas mayores de 18 años tienen
a su disposición un Papanicolau anual sin cargo.
Para acceder al mismo es necesario presentar en la Obra Social el pedido
del médico ginecólogo.
|