![]() |
![]() |
![]() |
La fragilidad democrática
contra la certidumbre autocrática
A pocos días de que se cumpla un año más del último quiebre institucional a manos de una dictadura militar resulta pertinente reflexionar en torno al significado de la democracia que vamos consolidando a través de una compleja praxis histórica y, por extensión, especular, acerca de la importancia universal de la coexistencia política democrática. La democracia argentina, a pesar de su andar rengo y de la multiplicidad
de promesas que ha dejado intocadas supone un paso inconmensurable en la
tarea de construcción de una sociedad donde la vida sea una oportunidad
permanente de realización personal para todos. La mejor dictadura
es peor que el más incipiente y pobre ensayo democrático,
porque sólo poseen valor existencial verdaderamente edificante las
decisiones que se adoptan en el ejercicio de la libertad. Y aún
cuando nuestra libertad democrática posea un alto componente de
pura formalidad y resulte insuficiente a la hora de garantir el goce material
de los derechos, es la expresión de frágiles, aunque auténticas
decisiones de la multitud. Los goces que acarrea la dictadura constituyen
verdaderas hipotecas para sus usufructuarios porque esos regocijos son
concesiones o regalos efectuadas desde un estadio ético-ontológico
superior. Ostensible o subrepticiamente los dictadores demandan a los hipotecados
gestos de vasallaje, complicidades, prerrogativas.
|
|
Escríbanos y envíe
sus sugerencias y comentarios a nuestro e-mail ![]() |