De estudiante universitario
a profesional: una compleja transición
“Para poder elegir hay que saber.
Para saber hay que revisar lo que se tiene
como cierto y lo que se desconoce...”
Silvia Gelvan de Veinsten
Frente a las exigencias de una sociedad en transformación debido
a los procesos de globalización, los avances tecnológicos,
las nuevas condiciones laborales, etc., se plantea una concepción
de Orientación que intenta dar una visión más amplia
de los procesos de elección. El enfoque actual supone una orientación
continua, a lo largo de diversas edades y momentos del ciclo de la vida.
Es en este sentido que la Orientación para el Desarrollo de la Carrera
tiene como objetivos ayudar a integrar la comprensión de sí
mismo y del contexto, aplicarla en la vida y en la planificación
profesional, para lograr decisiones más apropiadas en relación
a la inserción socio-profesional-personal.
De esta manera la Orientación Vocacional cumple una función
estratégica en la etapa previa al egreso universitario, ya que la
elaboración del proyecto profesional es uno de los momentos más
importantes en la vida de un joven que está concluyendo sus estudios.
Implica el cierre de una etapa y el inicio de su vida profesional, tan
anhelada y tan difícil de afrontar al mismo tiempo.
Dejar de ser alumno universitario para pasar a ser profesional exige
un reacomodamiento interno y la asunción de responsabilidades que
generan ansiedad, temor y desorientación; a tal punto que en algunos
casos, por ejemplo, lleva a la postergación de Trabajos Finales
de Licenciaturas o a evitar rendir las últimas materias. En esta
transición hacia el mundo adulto, la identidad personal se modifica
en términos de “roles sociales esperados” para un profesional universitario,
poniéndose en juego fuertemente la autoimagen y la autoestima si
no se cumple con tales expectativas a corto plazo.
Es importante tener presente que este proceso de transición
al que hacemos referencia se está dando en un contexto socio-económico
crítico produciendo cambios culturales profundos. Por un lado, se
producen avances tecnológicos-científicos, y se modifican
las condiciones laborales, exigiendo al joven egresado requisitos tales
como: “poseer conocimientos calificados, capacitación permanente,
capacidad de adaptación y plasticidad para el cambio, inventiva,
habilidad para resolver problemas con rapidez y trabajar en eguipos, etc”
y por otra parte genera un contexto incierto que atenta contra las posibilidades
de proyectar y “proyectar-se” a mediano y largo plazo en distintos aspectos
de la vida, especialmente en los proyectos profesionales.
Si bien se están desarrollando acciones de Orientación
que intentan favorecer el ingreso a la actividad profesional para nuestros
alumnos y profesionales recientemente graduados, el desafío debe
ser aunar esfuerzos y recursos desde los distintos ámbitos académicos
para la creación de competencias y conductas estratégicas
que permitan a nuestros jóvenes la integración del SER (Identidad
Personal) y del HACER (Identidad ocupacional) en un contexto en donde la
incertidumbre muchas veces paraliza y abruma. El objetivo será orientar,
guiar en la generación de proyectos posibles de acuerdo a las posibilidades
reales, sustentados éstos en la autoestima y expectativas de futuro. |
Liliana Ponti - Secretaría Académica
Lic. Liliana Ponti
Integrante del equipo profesional del Área
de Orientación Vocacional de la Secretaría Académica.
Profesora Adjunta en las Cátedras Orientación Vocacional
I y II; Intervención Psicopedagógica en Instituciones Educativas,
Dpto. de Cs. de la Educación, Fac. de Cs. Humanas.
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