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Los 33 años de la UNRC
Cholaky: «La normalización institucional afianzó la vida 
democrática de la Universidad»

El rector de la Universidad, Leonidas Cholaky, dijo que «la normalización institucional de la casa de altos estudios en 1984 fue el hecho más importante de sus 33 años de existencia», que se cumplieran este 1º de mayo.

   «Nos dio participación, permitió elegir, dar el debate y afianzar la vida democrática de la Universidad», agregó.
   La UNRC, que conduce Cholaky, tiene 19.500 alumnos y 1.400 docentes, ha otorgado 12 mil títulos profesionales y tiene el 73 por ciento de sus profesores concursados. En sus tres largas décadas de vida, se vio atravesada por los vaivenes institucionales del país, pero mantuvo perdurable el escenario alzado de la libre exposición de las ideas.
-33 años cumple la Universidad y usted ha pasado muchos años de su vida acá.
 Así es. Creo que han sido 33 años fructíferos; ha ido creciendo, se ha ido consolidando como una institución de educación superior de jerarquía tanto a nivel nacional como internacional.

-De estos 33 años, ¿cuál es el hecho más importante de la vida institucional?
 Sin lugar a dudas, es la normalización institucional, lo que permitió a la Universidad entrar en un proceso de elección de sus propios órganos de gobiernos y autoridades unipersonales, tanto a nivel de la Universidad como de las Facultades, abrir todo el proceso para dotar a la Institución de un plantel docente concursado. A lo largo de estos 20 años de democracia que lleva el país, que es coincidente con el período de democracia de la Universidad, ha permitido que sigamos debatiendo ideas, confrontando posiciones, pero teniendo como objetivo primordial el crecimiento y la consolidación de la Institución.

-A propósito de concursos docentes. Recientemente una estadística llamaba la atención porque en la UBA, por ejemplo, solamente el 18 por ciento de los profesores es concursado cuando por ley se exige por lo menos el 70. ¿Cuál es la situación acá?
Me llamó la atención esa información que salió en la prensa. No sé si es tan así.

-Las autoridades de la UBA no replicaron...
 Creo que le corresponde a las autoridades de la UBA contestar sobre el particular. En el caso nuestro, tenemos sobre el 90 por ciento de los profesores concursados y alrededor del 50 por ciento de los uxiliares de docencia, con pequeas diferencias entre facultades, lo que da un promedio a nivel de la Universidad de casi el 73 por ciento. Esto, sin lugar a dudas, ofrece ventajas. En primer lugar, hay una mayor participación de la gente en las discusiones de los diferente órganos, da mayores posibilidades de que la gente participe ya sea como consejero o como candidatos a diferentes cargos y también disminuye significativamente el manejo político que podría hacerse sobre los miembros de la comunidad universitaria.

-Si lo paso en limpio, en Buenos Aires solamente el 18 por ciento de los profesores tienen derecho a votar y a ser elegidos...
 Así es. De acuerdo al estatuto, esa sería la forma en que ese 18 por ciento, si es así, elige cuáles son las personas que en una votación indirecta van a elegir el rector. En cambio acá, con el 73 por ciento en promedio de los docentes efectivos, hay un significativo porcentaje de docentes de diferentes categorías que tienen la posibilidad de participar como candidatos y electores en una elección directa como es la nuestra desde el año ’94.

-¿Hay muchos alumnos crónicos en la Universidad?
  Si dijera que no hay, estaría mintiendo.

-¿Tiene una idea del porcentaje?
No. Para dar un porcentaje habría que entrar a hacer un análisis muy minucioso y creo que no vale la pena, pero los hay.

-¿Hay que superar el problema?
Por supuesto, hay que superarlo. Yo siempre he planteado, sobre todo cuando he tenido oportunidad de conversar con los estudiantes, que la Universidad les brinda una serie de posibilidades para estudiar, pero la vida universitaria hay que enfrentarla con mucha responsabilidad social, ya que la sociedad mantiene una Universidad de estas características. Lo que debe hacer el estudiante, como una retribución a lo que hace la sociedad al brindarle educación en forma gratuita, es realizar su mayor esfuerzo, dedicación y enfrentar los estudios con la mayor responsabilidad.

-¿Qué piensa de los cupos para Medicina que se blanquearon en la Universidad de Córdoba?
Hay que analizarlo en circunstancias bastante específicas. Tener un ingreso totalmente abierto y no tener los recursos, tanto humanos como de equipamiento, creo que es engañarnos. En el caso de Medicina es más comprometido todavía porque ese profesional va a tener que ver con seres humanos, con la vida misma. No es que esté compartiendo el cupo. Quizá podríamos hablar de un examen de ingreso con las correspondientes recuperaciones; hay que ver qué es lo que se evalúa, porque en esto también ha habido críticas dentro de los mismos decanos de la Universidad de Córdoba, en el sentido de que se evaluarían cosas que no corresponden. 

-¿Cómo hay que recibir al alumno?
Creo que el estudiante, cuando la sociedad le ha ofrecido la enseñanza pública primaria, secundaria y la universitaria en forma gratuita, por lo menos debe ir cumpliendo los ciclos correspondientes y el paso de un ciclo al otro sea con todos los estudios terminados, es decir, que posea el conjunto de competencias, conocimientos, comprensión y habilidades que el estudiante debe como mínimo dominar, comprender y demostrar al final de cada ciclo.

-¿Usted no quiere alumnos ingresantes que tenga materias previas?
Creo que no es bueno que el alumno se engañe y piense que ha logrado objetivos de un nivel de enseñanza cuando, en práctica, no los ha alcanzado. Por eso creo que es bueno que el estudiante pase al siguiente nivel de enseñanza con todas las competencias, conocimientos, habilidades y objetivos aprobados.

-¿Esta es una limitación al ingreso?
No, son cosas distintas. En el caso nuestro, hacemos una actividad previa para el ingresante donde se intenta a partir del diagnóstico nivelar ciertos conocimientos e introducirlos en la vida universitaria.

¿Es necesario que vengan mejor preparados también?
Hay que decir que en estos momentos el nivel de la enseñanza secundaria no es el más adecuado. No estoy culpando con esto a los docentes. Sí creo, como lo he manifestado en otras oportunidades, que las razones tienen que ver con un programa que se implantó en su momento. Hoy tenemos que volver a abrir las escuelas industriales, que las cerraron, terminar con los profesores taxi y revalorizar al docente económicamente. 

-¿Cómo convive la universidad pública con la privada en Río Cuarto?
En este momento, cada una está haciendo su propia actividad. No sé si hay docentes de esta Universidad que estén participando como docentes de la universidad privada; cada uno tiene la libertad de hacerlo o no, pero otras relaciones no se han dado, posiblemente porque se trata de una universidad que recién se está iniciando.

-¿Sería bueno que egresen más profesionales de la Universidad?
Lo lógico sería que hubiera un egreso mayor, por lo menos más cercanos a los tiempos reales de la carrera, pero esto no tiene que ver con lo que se dice de que hay muchos profesionales en determinadas carreras. Estas críticas justamente se plantean en las profesiones liberales. Entonces, lo correcto sería que abramos el juego para todos. Si existe competencia y un mercado libre, que compitan. No pongamos trabas en ese sentido, porque para algunas cosas somos liberales y para otras somos planificadores. El problema es más de distribución geográfica de los profesionales. Las universidades, cuando entregan los títulos a sus egresados, los habilitan para ejercer en todo el territorio nacional y no en una sola ciudad como podría ser en nuestro caso Río Cuarto.
 

Cholaky destacó que han sido 33 años fructíferos en los que la Universidad se ha consolidado  como institución de jerarquía tanto a nivel nacional como internacional.

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