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Leche Materna: el mejor alimento 

La promoción de la lactancia materna es un tema prioritario en gran cantidad de organismos estatales y entidades privadas, debido a que ésta sigue siendo el mejor alimento que puede recibir el bebé en sus primeros meses de vida.

La lactancia materna, como acción y como producto, brinda beneficios que abarcan la salud biológica, psicológica y social del niño, la madre y la familia. Estos beneficios se extienden desde la economía del hogar hasta la prevención de enfermedades futuras, pasando por la relación madre-hijo y la recuperación de la mamá. Y, principalmente, aporta a un fortalecimiento de todo el grupo familiar, simplificando y sensibilizando las relaciones.
Frente a esto, las exigencias de la vida diaria y las fuertes campañas publicitarias de las leches artificiales han influido en una progresiva subestimación de la lactancia materna. Cada vez son más las madres que no amamantan o lo realizan por un periodo de tiempo muy corto.
La leche materna es un tejido vivo que se adapta a las características del bebé, por esta razón cada madre produce la leche que su hijo necesita.
Los componentes de la leche materna favorecen el funcionamiento de la piel del bebé, manteniendo una barrera natural contra las infecciones. Favorece también el mejor desempeño intelectual de los niños, ya que aporta ácidos que no se encuentran en las leches artificiales. Además, las infecciones digestivas y respiratorias suelen ser menos frecuentes e intensivas en niños amamantados con leche materna.
Los beneficios de la lactancia se extienden también a la madre. El amamantamiento refuerza su autoestima, reduciendo la incidencia de la “depresión posparto”. Disminuye también el sangrado posparto y los riesgos de padecer anemia. La madre que amamanta recupera más rápidamente su peso, debido a que la grasa acumulada en la gestación se utiliza en la producción de leche. Por último, la lactancia brinda a la mamá una buena herramienta de prevención frente al cáncer de mama y de ovario.
En términos económicos, sus beneficios contribuyen a reducir erogaciones en medicamentos y tratamientos médicos, además de constituirse como un método natural de anticoncepción.

Mas lactancia, menos medicamentos
Durante el año 2002, el equipo médico de la Obra Social efectuó un análisis del consumo realizado por los niños menores de un año, comprendidos en el Plan Infantil, durante el periodo 2001-2002.
Este trabajo apuntó a analizar si existía realmente una relación entre el consumo de leches artificiales y la adquisición de medicamentos durante el primer año de vida.
Sin dejar de lado la posibilidad de que algunos niños hayan consumido leches o medicamentos fuera de la cobertura de la Obra Social, se tomó un consumo promedio durante el Plan Infantil y se realizó una comparación entre los niños que superaron este promedio y los que no lo hicieron.
Los datos arrojados permitieron observar que en todos los casos en que le consumo de leches artificiales fue menor que el promedio, lo que implica suponer que hubo mayor presencia de lactancia materna, la adquisición de medicamentos también fue considerablemente menor.
Esta relación también se mantuvo en la situación opuesta: los niños que consumieron leches artificiales por encima del promedio, consumieron también mayor cantidad de medicamentos.
De este resultado puede inferirse que la lactancia materna reduce la aparición de enfermedades o su nivel de incidencia. Esto resalta la importancia de incorporar la lactancia materna como hábito, no sólo por sus beneficios a corto plazo sino por las posibilidades de prevención a futuro. 
 


 
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