Derechos, salud
e independencia: mucho camino por recorrer
En vísperas del 25 de mayo, hablar de derechos y salud
resulta pertinente como una forma de celebrar una fecha histórica
en la que se reivindican valores de autonomía e identidad nacional.
Según la Organización Mundial de la Salud, el derecho
al grado máximo de salud que se pueda lograr -denominado “derecho
a la salud”- se consagró por primera vez en la Constitución
de la OMS (1946) y más adelante se reiteró en la Declaración
de Alma-Ata de 1978 y en la Declaración Mundial de la Salud adoptada
por la Asamblea Mundial de la Salud en 1998.
Respetar este derecho implica asegurar principalmente:
“(a) Disponibilidad. Deberá haber un número suficiente
de establecimientos, bienes y servicios públicos de salud y centros
de atención de la salud, así como de programas.
(b) Accesibilidad. Los establecimientos, bienes y servicios de salud
deben ser accesibles a todos, sin discriminación alguna.
(c) Aceptabilidad. Todos los establecimientos, bienes y servicios de
salud deberán ser respetuosos de la ética médica.
(d) Calidad. Los establecimientos, bienes y servicios de salud deberán
ser apropiados desde el punto de vista científico y médico
y ser de buena calidad.”
En este marco, cabe preguntarse cómo han respondido las instituciones
del sistema sanitario argentino en los últimos años y cuál
es el acceso de la población argentina a la cobertura en salud.
Si se consideran todos los sistemas de salud del mundo, se pueden establecer
dos tendencias para su organización, tendencias que responden a
diferentes modelos de organización de la sociedad. Una es aquélla
en la cual la salud es considerada un bien meritorio y en consecuencia
es un derecho de los ciudadanos, y la otra se basa en el concepto de la
salud como un bien que tiene que ser adquirido en el mercado.
Bien es sabido que en la última década se profundizó
esta última concepción, la cual, enmarcada en una crisis
económica, política y social cada vez más aguda, ha
dado como resultado un sistema sanitario que excluye a un gran porcentaje
de la población argentina.
Si bien aun queda mucho camino por recorrer en lo que refiere a derechos,
salud e independencia, desde ASPURC, a través de la labor diaria,
seguimos reivindicando los valores que celebraremos este 25 de mayo de
2004.
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