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El estrés: su evolución y
consecuencias
El estrés, uno de los cuadros más comunes en estos
días, es la respuesta del organismo a un estado de tensión
excesiva y permanente que se caracteriza por una serie muy compleja de
modificaciones bioquímicas y, como ya mencionamos en la publicación
anterior, sigue una cadena trifásica. Iniciándose con una
reacción de alarma, continúa con una fase de resistencia
y finaliza en un cuadro de agotamiento.
Las tres fases
Existen síntomas característicos que permiten diagnosticar
en que fase de este desarrollo puede encontrarse una persona con estrés.
Reacción de Alarma: esta fase se caracteriza por bajo nivel
de glucosa en sangre y descargas masivas de adrenalina, presidido por excitación
cardiaca, trastornos gastrointestinales difusos y contracturas y tensión,
generados por el aumento del tono muscular.
Fase de Resistencia: se produce cuando ya se ha alcanzado una cierta
adaptación a esa sobrecarga prolongada. Si bien persisten los mismos
síntomas, en esta etapa se eleva el nivel de resistencia por encima
de lo normal. De esta manera el individuo se acostumbra a llevar ese ritmo
trepidante de vida.
Fase de agotamiento: Tras la supervivencia a los dos primeros, aquí
el individuo se derrumba y fallan todas las estrategias de adaptación.
Las energías van desmoronándose y los signos de reacción
empiezan a ser ya irreversibles. Aquí se inicia el estado de extenuación.
Síntomas del Estrés
Síntomas Físicos: taquicardia, aumento de la tensión
arterial, hipersudoración, dilatación pupilar, temblores,
excitación general, insomnio, sequedad de boca.
Síntomas Psíquicos: inquietud, desasosiego, miedo difuso,
disminución del estado de alerta, desorganización del curso
de pensamiento, disminución del rendimiento intelectual, desorientación
témporo-espacial, atención dispersa.
Síntomas de Conducta: imposibilidad de relajación, situación
de guardia-alerta, tensión muscular facial y mandibular, caminatas
sin rumbo (ir y venir), frecuentes bloqueos, irritabilidad, excitación,
respuestas distorsionadas a estímulos externos.
En caso de sentirse identificado con esta sintomatología, es
importante acudir a la consulta médica que determinará el
diagnóstico y las medidas a seguir.
Debe evitarse la automedicación, pues esto puede resultar más
peligroso que el cuadro mismo.
Asimismo, resulta aún más perjudicial convertirnos en
nuestros propios competidores. ¿Qué significa esto? Cuando
el individuo se sube a esta vida trepidante y vertiginosa se deshumaniza,
es decir, se transforma en autómata cuyo principal objetivo es responder
compeltamente a las exigencias externas. Estas exigencias comienzan a internalizarse
como propias generando la necesidad de rendir al máximo, ya sea
en el área laboral o educacional (estudio) intentando superar “la
propia marca”. Aquí es donde se pierde el límite entre el
rendimiento efectivo y el rendimiento por presión.
¿Cuáles son las opciones frente al estrés?
Lograr responder desde nuestra propia humanidad, con la limitación
que como mortales tenemos.
El mensaje es: no perdamos nuestra humanidad, recuperémosla,
comenzando por respetarnos a nosotros mismos. Entonces, todo aquello que
nos propongamos se llevará a cabo con efectividad.
Todo en esta vida está para poder ser llevado a cabo, lo importante
es no olvidar el cómo. Todos tenemos un potencial que debe ser usado
con respeto. La vida es una arte y estamos de paso, no abusemos de nuestros
límites, buscando ser omnipotentes cuando somos humanos.
Lic. en Psicología Ivana Gutiérrez
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Modificaciones en la financiacion de coseguros
ASPURC informa a los afiliados que, para las compras
realizadas a partir del 1° de septiembre, sólo podrán
realizarse planes de financiación en cuotas de los descuentos que
surjan de medicamentos adquiridos con receta.
En consecuencia, podrán seguir pasándose
a descuento los montos de medicamentos de venta libre y anteojos de sol
pero no podrán financiarse en cuotas. |