ASPURC / Envejecimiento
exitoso
Encuestas realizadas en EEUU indican que entre el 2% y el 8% de
los ancianos en la comunidad tienen limitaciones en las actividades básicas
de la vida diaria. Estas limitaciones llevan a diferentes niveles de dependencia
de un tercero.
Los gráficos anexos muestran cómo se distribuye la independencia-dependencia
en los adultos mayores de acuerdo a la edad y al sexo. Esta dependencia
se relaciona con la ayuda de un tercero en actividades tales como movilizarse,
tomar medicación, hacer las compras, manejar el dinero, bañarse,
vestirse, comer, entre otras.
En la mayoría de los casos existe una correlación entre
la frecuencia de problemas médicos específicos en los adultos
mayores y su dependencia de la asistencia de otro.
Esta relación se observa principalmente en las personas que
sufren de problemas cardíacos (el 43% dependen de otro) siguiendo
la artritis (39%), las afecciones gastrointestinales (31%), la diabetes
(8%) y el cáncer (4%).
Estos problemas médicos se manifiestan en alteraciones de la
movilidad y del cuidado personal, en dolores y malestares, en ansiedad
y depresión. Consecuencias que terminan siendo causas de dependencia.
¿Cómo prevenir esta dependencia?
La literatura médica avala la estrategia de continuar trabajando
sin retiro para evitar la declinación producida por la falta de
actividades organizadas.
Asimismo, estudios longitudinales de poblaciones proponen que los factores
relacionados con el «envejecimiento exitoso» se encuentran
en:
- la cantidad de tiempo activo en el que un individuo participa;
- la satisfacción con la vida;
- el intercambio de energía entre el individuo y el sistema
social;
- un sistema social estable.
Dado que algunos de estos factores se nos presentan sin posibilidades
de modificarlos según nuestros deseos, debemos hacer los mayores
esfuerzos por conservar nuestro estado cognitivo y emocional en las mejores
condiciones.
Para ello, una buena opción es planificar cómo y qué
tareas realizaremos al retirarnos, para seguir siendo productivos, ágiles
y, en especial, autónomos.
La alimentación en el adulto mayor
Es muy frecuente que el adulto mayor pierda peso, lo cual no significa
que sea normal. En los casos en que la persona mayor padece de enfermedades
como hipertensión, diabetes, afecciones cardíacas y respiratorias
o alteraciones de las articulaciones por sobrepeso el cuidado y la disminución
de peso suelen ser necesarias.
Sin embargo, implica una regularidad la pérdida de peso cuando
este es normal. Irregularidad que puede traer consecuencias poco saludables
y puede deberse a diferentes causas, entre ellas las «10 D»:
Dentadura, disgeusia (pérdida del gusto), disfagia (dificultad para
tragar), diarrea o constipación, depresión, demencia, disflinción
física (por ej. artrosis de manos) o social (imposibilidad de comer
solo), drogas, disease (enfermedades), desconocida.
Una vez detectado el problema nutricional, debemos investigar con estudios,
si es necesario, las causas producidas por enfermedades ocultas. Una buena
manera de realizar una evaluación nutricional es la siguiente: sume
los puntos si su respuesta es SI, según cada casillero.
Dra. Silvana Giagante – Medicina Interna
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