Opinión
Reflexionando acerca de
la retención y la calidad educativa
Actualmente existe una significativa incorporación de la
población a la escolaridad, por lo cual esto no es el problema acuciante
para la educación. El índice de desgranamiento dado por diferentes
causas es alto, por lo que el desafío para la educación en
este momento es lograr que los alumnos realicen un itinerario exitoso por
los distintos niveles del sistema y básicamente el correspondiente
a la escolaridad obligatoria. El objetivo no es ofrecer más de lo
mismo sino mejorar la oferta educativa implementando estrategias de retención
de acuerdo con la realidad educativa, para lograr mayores niveles de calidad
en los aprendizajes.
Si bien el concepto de calidad tiene varios significados, que fueron
cambiando con los tiempos históricos, puede decirse que una escuela
realiza un servicio de calidad cuando responde a los fines educativos que
le fueron asignados por la sociedad. Este concepto también refleja
la relación que existe entre los objetivos formulados y los resultados
alcanzados, en consecuencia vincula la eficiencia y eficacia del sistema
educativo. Estas características son las que lo hacen un concepto
relativo a la cultura, al momento histórico y a los intereses
que coinciden dentro de una misma cultura.
Debido a que el concepto de calidad no existe separado del objeto al
que califica es que éste debe ser analizado como una unidad en la
que confluyen sus componentes: escuela, aula, contenidos, metodologías
de trabajo, recursos didácticos, directivos, docentes, alumnos,
familias de los estudiantes. Los últimos cuatro componentes se constituyen
en los actores del proceso de calidad de la educación, y el resultado
de este proceso está determinado por la interacción de las
variables que afectan a cada actor.
En la mayoría de las Instituciones Educativas, si bien se plantean
las dificultades “como problemas”, las acciones para solucionar los mismos
son banales, poco concretas y no se analizan en profundidad.
No debemos dejar de lado la situación socioeconómica,
la que evidentemente es un factor predominante a la hora de analizar el
fracaso escolar. El desánimo general hace todo más permisivo,
asumir menos responsabilidades, ocasionando en algún sentido falta
de valoración de lo académico.
Si bien los directivos y docentes manifiestan interés en modificar
la situación, tal vez por falta de capacitación, de tiempos,
de marcos teóricos relevantes a la hora del análisis, falta
de gabinetes especializados, saturación de tareas burocráticas,
etc. no se realizan estudios exhaustivos desde el interior de cada institución
para hacer frente a la situación cada vez más adversa.
Todo esto lleva a que las reflexiones que se hacen en las escuelas
no dan lugar, en la mayoría de los casos, a cuestionamientos serios,
ni a proyectos individuales, cayendo los actores en distintos grados de
indiferencia o de impotencia, lo que repercute en el desgra-namiento de
los cursos. |
Profesoras Silvia María Garello y Bibiana María
Quiroga. IPEM 282 “Remedios de Escalada de San Martín” (Río
Cuarto)
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