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A 23 años de la gesta de Malvinas 
y a 29 del golpe de 1976

El deceso de Juan Pablo II  hizo que prácticamente pasara desapercibida la conmemoración del 2 de Abril, el Día de las Malvinas. El ambiente de conmoción internacional por la muerte del jefe de la Iglesia Católica Apostólica y Romana quizás justifica esta especie de olvido social, pero sería muy bueno que no se nos hiciera una costumbre. 

   Esta fecha es un vértice donde pueden confluir diversas reflexiones acerca de lo que pasó en las Islas y acerca de lo que nos pasa como sociedad. Inmejorable ocasión para profundizar nuestro recuerdo permanente y reconocido a los héroes que dieron la vida en aquellos territorios. También buena ocasión para recordar que hubo improvisación y desorganización, al margen de la superioridad técnica del contrincante, que nos llevaron a una indefectible derrota. 
   Ocurrió como ocurre con el cuerpo humano, cuando no anda la cabeza se resiente el resto. Hay coincidencias, en este sentido,  entre los ex combatientes de todos los cuadros, en cuanto a que allí donde los oficiales y suboficiales tomaron el toro por las astas se combatió con coraje e inteligencia. Se combatió con dignidad y una derrota digna no es una derrota. A contramano,  primó el tan mentado “sálvese quien pueda argentino”. Y sí,  estuvo a la orden del día. La mayoría de los regimientos recibieron sólo ración el primer día de operaciones. Después, Dios proveerá. Antes del inicio de los enfrentamientos muchos soldados habían perdido 10 kilos y el frío había cercenado su capacidad de movilización. Da pavor leer en un matutino de tirada nacional a un veterano de guerra: “Sobrevivíamos a café instantáneo”. 
   En esa misma nota (diario Clarín, 3-4-05) se alude a otro tema que tiene miles de respuestas sin contestar entre la sociedad argentina:  qué se hizo con el dinero, 54 millones de dólares, que se recaudó en el Fondo Patriótico Nacional. La corrupción no es nueva en el país. 
   Otra arista del tema que resultó un poco curiosa fue el comportamiento de la gente en esos años. Tuvo reflejos para  imponer a la Junta Militar una rápida e insoslayable retirada después de la caída a manos de los ingleses. Pero cierto es también que, al más puro estilo Perón, Galtieri fue aclamado por la multitud en la Plaza de Mayo el día de la recuperación de Malvinas y otros posteriores. 
    Y una última reflexión. Malvinas representó el principio del fin del gobierno militar que asumió el poder el 24 de marzo de 1976. Una fecha demasiado triste que tampoco debemos olvidar. 
 

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