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Francisco Lucero sistematizó la experiencia cotidiana en Barrio Obrero
Estudiante de Enfermería recibió un premio por trabajo de inmunización infantil

Francisco Lucero estudia Licenciatura en Enfermería, le faltan dos materias para terminar y trabaja en el dispensario de Barrio Obrero de Río Cuarto. No es todo. Su trabajo “Prevención = inmunización (registro y estadística)” recibió un premio de manos del ministro Ginés Gon-zález García. De entre “aproximadamente mil trabajos de todo el país”, la producción de Lucero fue distinguida en el rubro vacunación, “uno de los ocho temas que había relativos a atención primaria de la salud”.

La premiación fue en Mar del Plata, se encuadró en el Programa Remediar, del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación y fue para “un trabajo que venimos haciendo desde hace cerca de siete años”, según expresó Lucero. 
Indicó que su labor tiene como meta final “tener el 100 por ciento de población vacunada” en el barrio, donde “algunos adultos no están vacunados” y en el que –según observa Lucero- “hasta los seis años es más fácil tener cobertura plena”. Esto se consigue a través de “la cartilla de la leche”, por la cual “se hace una entrega de leche a los chicos que están bajo control y así mensualmente chequea-mos”. Señaló que “tenemos asentados todos los datos” y agregó que “si no vienen al dispensario, vamos a buscarlos a su domicilio y le decimos ya sea a la hermana o a la madre”. 
En pos de inmunización plena, también se vacuna “en los colegios, Sócrates Anaya y María Benita Arias. Ahí sí tenemos una vacunación de 100 por 100 en los chicos”, expresó Lucero.

Hepatitis B
Otro de los aspectos a destacar es que “desde 2003 se implementó la vacunación de hepatitis B a chicos de 11 años”. La tarea se desarrolló en los colegios con tres dosis gratuitas en el año: “Incluimos a todos los de 11 años, estén o no en sexto grado. Hay que buscarlos grado por grado porque algunos están en tercero, otros en cuarto”.
Más allá de que algunos mayores no están al día en lo relativo a su vacunación, “no hay resistencia de los padres” ya que “antes de la vacunación, en los colegios citamos a los padres y damos charlas sobre el valor de la vacunación tanto por la salud como por la económica”.

Familias numerosas
Para ganar el premio, Lucero no precisó de un soporte informático, sí de su entusiasmo para sumar datos a su “carpeta con índice de los chicos por apellido con casi 600 chicos anotados que ya están vacunados”. Los niños están categorizados por edad y así se sabe que “menores de 6 años en barrio Obrero hay aproximadamente 400” y que la familia tipo es poco común: “Acá hay 8, 10, 12 hijos por familia; los que menos tienen son 4 hijos”.
La cotidiana tarea de Lucero tiene lugar en el centro periférico sito en Aníbal Ponce y Adelia María, en cercanía de vecinos que llegaron reloca-lizados: “Se agrandó el barrio, pero nosotros captamos a toda la gente”. Indicó que “acá tenemos familias muy buenas que saben reconocer lo que hacemos por ellos”.


Lucero destacó el papel de las charlas previas con los padres para concientizar sobre el valor de la inmunización como también el hecho de que desde 2003 se vacuna gratis contra hepatitis B.
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