Del Programa de
Incentivos, sobre la última convocatoria a Categorizaciones
Están prácticamente los resultados definitivos de la reciente
Convocatoria Categorización 2004 del Programa de Incentivos a Docentes-Investigadores.
Puntualmente se pretende centrar la mirada en las características
generales de la última convocatoria y la manera en que éstas
han impactado en los resultados, al menos en nuestra Facultad de Ingeniería
(FI). Noventa y cuatro (94) docentes de la FI estaban categorizados culminada
la anterior convocatoria (1999). Un primer número que muestra que
en general la decisión de presentarse a esta última convocatoria
no fue masiva, sino que en todo caso se preveía un escenario complicado,
es que de aquellos sólo el 45% optó por solicitar una categoría
superior el año pasado. Parecería natural que al transcurrir
casi 6 años una mayor cantidad de docentes podrían estar
aspirando a superar un escalón en este esquema. Sesenta y ocho (68)
docentes participaron de la Convocatoria 2004 de los cuales un 36% pretendían
incorporarse al sistema (de estos últimos menos de la mitad lo lograron).
Del 64% restante, que estaba en el sistema y pretendía ascender,
sólo a un 27% se le otorgó la Categoría solicitada.
Tal vez lo más destacable: sólo un 16% de los 94 docentes
que se encontraban en el sistema han avanzado una categoría.
Entre los motivos de la baja participación de la Convocatoria
y de los resultados obtenidos tal vez puedan destacarse los siguientes:
1.- La incorporación al sistema de Investigadores de los distintos
organismos de Ciencia y Técnica. Los argumentos para tal incorporación
resultan totalmente aceptables: existe en estos sistemas una gran masa
de profesionales con alta capacitación y por lo tanto es bueno que
las Universidades la aprovechen. Ahora bien, este sistema fue concebido
para incentivar a los docentes Universitarios a la Investigación
y no a los investigadores a investigar. En todo caso parecería mas
razonable un sistema de incentivos a estos investigadores para incorporarse
a la docencia. Esta división puede parecer una nueva complicación
que no tendría incidencia sobre el sistema tal cual está.
No obstante, en el esquema actual la incidencia es mayúscula cuando
se toman en cuenta, por ejemplo, las pautas orientadoras para la asignación
de categorías. Más precisamente, y para tomar alguna, cuando
las mismas se refieren a la Categoría II, la cual requiere que los
docentes-investigadores reúnan las siguientes condiciones:
1. Que hayan demostrado capacidad de ejecutar, dirigir y planificar
en forma exitosa proyectos de investigación científica o
de desarrollo tecnológico, acreditada a través de publicaciones
o desarrollos de tecnología.
2. Que hayan contribuido a la formación de becarios y/o tesistas
de doctorado o maestría, investigadores o tecnólogos del
más alto nivel.
Es cierto que cualquiera de estos requisitos es claramente exigible
para cualquier docente Universitario con una mediana trayectoria. También
es más cierto que tales condiciones puedan ser alcanzadas, en menos
tiempo y con mayor facilidad, por un investigador de algún organismo
de Ciencia y Técnica pues en esto se encuentra centrada su principal
actividad y elementos de evaluación. En todo caso alguien proveniente
de la «Docencia Universitaria» cuenta con alguna desventaja
en este aspecto.
2.- No menos importante es el hecho de requerirse pautas orientadoras
generales para la asignación de Categorías sin considerar
las distintas áreas temáticas que se ven involucradas. Es
imposible desconocer la disparidad que ha existido, y existe fundamentalmente
en nuestro país, en los desarrollos científicos y técnicos
de distintas áreas del conocimiento. Un ejemplo: es innegable el
alto grado de desarrollo en Investigación y Posgrado en el área
de las Ciencias Químicas cuando se la compara con la de Ingeniería
en Telecomunicaciones. Una alternativa para alcanzar una solución
de compromiso frente a esto es la de apelar al sentido común de
los evaluadores; el problema es que éste tiende a ser el menos común
de todos los sentidos. La otra, más razonable, es el modelo que
propone la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica
cuando establece las condiciones que deben cumplir los «Investigadores
Formados Activos» según el área temática a la
que pertenezcan.
Una última consideración. En opinión de algunos
funcionarios autistas, si Usted no está de acuerdo con alguna parte
del Sistema de Incentivos, más que opinar o hacer una crítica,
debería apartarse del sistema ya que Usted no está obligado
a participar del mismo. Solamente alguien que ha perdido toda conexión
con el mundo real puede pretender que un docente universitario reniegue
simultáneamente de, por una lado, ejercer su derecho a la crítica
ante un sistema que considera debe ser mejorado y, por el otro, percibir
una parte importante de sus ingresos, de por sí ya bastante exiguos.
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Claudio Reineri. Docente
de la Facultad de Ingeniería |