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Se celebró la Semana de Lucha contra el Cáncer Ginecológico

Desde el 5 al 9 de septiembre se celebró la Semana de Lucha contra el Cáncer Ginecológico  promovida por la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC). 
Cuello de útero, endometrio, vulva y ovario son los tipos más frecuentes del cáncer ginecológico, de los cuales el primero es el que más vidas ha acarreado en los últimos años. Según datos de LALCEC, el cáncer de cuello uterino afecta en el mundo a 450.000 mujeres. 

Tanto por los simples y accesibles métodos de detección, como por las altas probabilidades de curación, la tasa de mortalidad de esta enfermedad debería ser mínima, sin embargo Argentina se ubica dentro de los primeros diez países en el ranking mundial de mortalidad por este tipo de enfermedad.

Conocer un poco más
Todos los tipos de cáncer se producen por una degeneración de las células del organismo.
Cada una de estas células contiene un código de instrucciones que determina sus características, su aspecto y sus funciones. Cada una de esas instrucciones se denomina GEN y el conjunto de estos genes CODIGO GENETICO. El código genético se repite en todas las células de una misma persona y es único e irrepetible.
Las células de un organismo forman grupos según sus funciones conformando los diferentes tejidos celulares del cuerpo (óseo, sanguíneo, etc.) Los tiempos de vida y la multiplicación de las células están controlados por el código genético. Sin embargo, aparecen errores de funcionamiento o cambios no deseados; en estos casos el organismo lo “corrige” según un sistema natural de alarma y defensa.
En el caso del CANCER, por una multiplicidad de factores se altera el código de la célula al punto de empezar a reproducirse sin control. Cuando el organismo no logra individualizar y atacar estas células “rebeldes”, las mismas invaden los tejidos que las circundan y la persona contrae cáncer. Cuando se logra detectar a tiempo este foco, se aplican terapias que permiten extirparlo o eliminarlo. Si esto no es posible las células cancerosas continúan su crecimiento desmedido y sin control al punto de modificar sus funciones, desconocer el tejido al cual pertenecen e invadir otro tejido. Este proceso se denomina METASTASIS.
Las células que producen el cáncer de cuello de útero se degeneran lentamente. Antes de llegar a ser cáncer, éstas pasan por un estado “premaligno” llamado DISPLASIA. Si este proceso no es tratado a tiempo, las células anormales se siguen reproduciendo invadiendo el cuello uterino y las zonas circundantes.
El cáncer de endometrio se desarrolla en la capa que recubre internamente al útero y da síntomas precozmente, lo que permite identificarlo rápidamente.
El cáncer de ovario representa sólo el 4% de los cánceres ginecológicos pero es el de mayor mortalidad ya que no presenta síntomas en las etapas iniciales y sólo el 24% de los mismos se diagnostican precozmente.
El cáncer de vulva es un tumor poco frecuente y aparece generalmente en mujeres entre los 60 y 70 años.

Una prevención simple y accesible
Debido a que en sus primeras etapas el proceso canceroso no presenta síntomas, son necesarios los estudios de diagnóstico periódicos para una detección a tiempo.
Estos estudios permiten diagnosticar y tratar las alteraciones premalignas o tumores pequeños, evitando que se vuelvan cáncer. Los estudios básicos son:
- Papanicolau: en el consultorio, el ginecólogo extrae una muestra del tejido que recubre el cuello uterino y lo analiza. Debe efectuarse una vez por año.
- Colposcopía: a través de una sustancia que colorea células anormales, el ginecólogo  visualiza  la existencia o no de las mismas. 
- Biopsia: si se encuentran células anormales se extrae una muestra de tejido para observarlo a través del microscopio y determinar la presencia o no de células cancerosas. 
En caso de dar positivo, el pronóstico y el tratamiento depende del grado de avance de la enfermedad y del estado de salud general de la paciente.

Fuentes: Revista AFULIC - Año 1 - Nº 1. www.lalcec.org.ar; www.tuotromedico.com.

PREVENCION DEL CANCER DE CUELLO DE UTERO
En ASPURC, las afiliadas mayores de 18 años cuentan con un estudio de Papanicolau sin cargo una vez al año. Para hacer uso de este servicio deben presentar la indicación médica del ginecólogo para su autorización.
 


 
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