ASPURC
Cuando
las arterias se enferman
Hablar de enfermedades cardiovasculares o arteros-clerosis es
nombrar lo mismo: “nuestro sistema circulatorio está en problemas”.
Cuando las arterias por donde circula la sangre se obstruyen el paso de
la misma se obstaculiza y la irrigación cambia, generando una insuficiencia
que puede afectar a diferentes órganos. Pero el principal problema
es que su aviso generalmente es brusco y, en muchos casos, con graves consecuencias.
En nuestro país, se calcula que 35 de cada cien muertes se deben
a enfermedades cardiovasculares. Esto las ubica como la primera causa de
muerte en la Argentina.
Sus orígenes
Las arterias son conductos por los que circula la sangre y reciben
diferentes nombres según el órgano que irrigan.
En un cuerpo sano, las arterias poseen un tamaño acorde con
la cantidad de sangre que deben transportar. El paso de los años
y los factores de riesgo -como el colesterol elevado, el tabaquismo, la
hipertensión, el estrés y la diabetes-, generan el depósito
de grasa en las paredes internas de las arterias. Con el tiempo, estos
depósitos producen obstrucciones que dificultan la llegada normal
de sangre a los diferentes órganos y músculos.
Esta situación de las arterias se denomina arteros-clerosis
o enfermedad car-diovascular, es progresiva y su grado de agresividad esta
directamente relacionada con los factores de riesgo.
La arterosclerosis puede afectar cualquier parte del organismo, aunque
existen zonas más propensas; entre ellas encontramos:
1). La arterosclerosis coronaria, provocando obstrucciones parciales,
subtotales o totales. La obstrucción parcial consiste en la falta
de oxígeno ante un aumento de su demanda, por ejemplo al realizar
un esfuerzo. La obstrucción subtotal genera una falta de oxígeno
al corazón sin necesidad de hacer un esfuerzo. Este cuadro es de
suma gravedad y puede evolucionar a un infarto. La obstrucción total
se denomina infarto de miocardio y cuenta con pocas posibilidades de recuperación.
2). La arterosclerosis de arteria aorta, que provoca dilataciones o
aneurismas.
3). La arterosclerosis cerebrovascular, produce isquemias o infartos
cerebrales.
4). Las arterosclerosis de miembros inferiores y arterias renales.
Sus posibilidades de tratamiento
Hasta hace algunos años, el diagnóstico de la arterosclerosis
se establecía a partir de la aparición de síntomas
según el órgano afectado. Esto implicaba tratamientos que
sólo podían atender los daños producidos y evitar
nuevos eventos. Actualmente, el avance de la medicina ha posibilitado la
detección precoz de la enfermedad, reduciendo considerablemente
su incidencia y consecuencias.
La detección precoz se logra a través de análisis
de rutina, de sangre y orina, y la confección de la historia clínica
para reconocer posibles factores de riesgo.
El primer paso para tratar la enfermedad es controlar los factores
que predisponen a la arterosclerosis: la hipertensión, la hipercoles-terolemia,
el tabaquismo, la diabetes y el stress. Aquí entra en juego la actitud
del paciente ya que la modificación de hábitos sólo
puede lograrse cuando existe una predisposición a iniciar las actividades
y tratamientos que sean necesarios.
Fuentes: www.fundacionfavaloro.org.ar - Revista Farmacéutica
Kairos. Junio 2004. |
Cuándo recurrir a la guardia médica
No dude en consultar a un profesional ante los siguientes síntomas:
· Dolor de pecho prolongado, en reposo o a esfuerzos mínimos;
· Sensación de fatiga o falta de aire, al realizar
mínimos esfuerzos o en reposo;
· Pérdida de conocimiento o desmayo;
· Registro de presión arterial superior a 180 mmHg;
· Palpitaciones, en presencia de dolor de pecho o sensación
de falta de aire, mareos o síncope;
· Dolor en el tórax, que puede irradiarse a la espalda,
con sensación de desgarro o ardor prolongado;
· Dolor abdominal agudo en pacientes con antecedentes de
enfermedad de la arteria aorta;
· Dolor agudo acompañado de sensación de frío
y cambio de coloración (palidez) en alguno de los miembros inferiores.
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