Opinión
Extensiones áulicas...
¿Hay un responsable?
Sobran interrogantes y hay una sola respuesta, es la privación
al estudio de aquellos que quieren y no pueden…
En la extensiones áulicas que dicta la Universidad Nacional
de Río Cuarto de la carrera Medicina Veterinaria, en las ciudades
de Villa Carlos Paz y Villa del Rosario asisten alrededor de 300 personas
a realizar sus estudios de grado, estudiantes de distintas edades, padres
de familia, trabajadores, etc. que, de no existir dicha posibilidad, no
tendrían acceso a estudiar. Dichos datos se vieron reflejados en
un estudio socioeconómico realizado por la Secretaría de
Bienestar de la Universidad efectuado sobre la Extensión Áulica
de Carlos Paz.
El día viernes 9 de diciembre del año 2005, desde muy
temprano llegaron a la Universidad estudiantes de Carlos Paz y un grupo
de personas de Villa del Rosario, entre ellas el intendente de dicha localidad.
El motivo era encontrar una respuesta ante un futuro incierto y la respuesta
llegó; el Consejo Superior decidió casi unánimemente
que las extensiones áulicas sólo continuarían hasta
cuarto año en su lugar de residencia, que la carrera de Medicina
Veterinaria se debía terminar en la casa central de la UNRC y que
los estudiantes que debían recusar materias de primer año
sólo lo harían en Villa del Rosario. Ante tal situación
surgen ciertos inte-rrogantes…
¿Pueden venir a estudiar a Río Cuarto los estudiantes
de las extensiones?
¿Tienen los medios económicos para hacerlo?
¿Se les cumplió con lo prometido al comienzo de la carrera?
¿Se hará responsable la Facultad de Agronomía
y Veterinaria de tal situación?
Los Antecedentes indican que no. En julio estudiantes de cuarto año
de la Extensión de Carlos Paz fueron traídos a Río
Cuarto con motivo de que cursaran dicho año, se les aseguró
a algunos de ellos alojamiento en la residencia universitaria y becas,
hoy les llegó la orden de desalojo y sólo dos de ellos obtuvieron
beca.
Las excusas y fundamentos están escritos sobre papel, pero se
les olvidó de que además de ser estudiantes son personas,
seres humanos envueltos en un manto de incertidumbre sobre un futuro desalentador,
la realidad que algunos plantean atenta contra la posibilidad de cumplir
con la ilusión de superarse día a día. El problema
está y no se puede hacer oído sordo a más de 300 personas
que gritan reclamando lo que se les prometió y no se les cumplió.
La situación no abarca solamente autoridades y estudiantes,
el problema es de todos; todos formamos parte de este sistema y si éste
atenta contra la educación también nos involucra.
No avalemos el vaciamiento de la aulas de las Extensiones de Carlos
Paz y Villa del Rosario; la educación es un derecho y no un servicio;
la desinformación y el desinterés de muchos jugó a
favor de quienes creen que los estudios son para algunos y no para todos,
es decir para los que pueden y no para los que quieren.
¿Se puede hablar de estafa? Sabiendo que los estudiantes abonaron
un arancel de 100 pesos mensuales para estudiar y recibirse en el lugar
donde comenzaron, Sí se puede hablar de estafa.
¿Se puede hablar de boicot? Observando el rendimiento académico
de las Extensiones Áulicas y la fecha del año en que se plantean
los problemas y la manera en la que se resolvió en el Consejo Superior;
Sí se puede hablar de boicot.
Ante todo lo expuesto, surge un interrogante... ¿Habrá
una solución? |
Nicolás Pérez Naves
Presidente del Centro de Estudiantes de Medicina Veterinaria
Agrupación Tatú Carreta
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