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Cine distinto, desde el campus
Haiku... mucho más que una películas

No puedo decir que la película gusta, porque la verdad uno estaría mintiendo, Haiku es demasiado para una palabra tan chiquita…En realidad ver Haiku es desenredar las telarañas que ocuparon los vacíos de poesía, es llenarse el alma con imágenes simples que a la luz de un director se transforman en obras de arte… 
Es ver que el mate cocido, las manzanas, los cuadros, la poesía, los ojos, los silencios pueden ser mucho más que ellos mismos, pueden transmitir la tristeza de los desencuentros, las texturas de las caricias, la insoportable levedad del ser, la monotonía de los días…Haiku son pedacitos de palabras, de esas que nombramos a diario, pero dichas visceralmente, desde adentro, con la profundidad que se le otorga a los actos simples y trascendentes…, tal vez por eso uno se conmueve al escuchar «Es bueno saber que puedo rechazarte, que puedo prescindir de vos luego de haberme desesperado por tu abrazo» y es un puñal la mirada con que se alumbran las pequeñas muertes cotidianas, los sueños rotos, las caricias que no llegan, los miedos latentes...
Haiku es un mediometraje local, una película y es mucho más...Es la osadía por atreverse a hacer algo diferente, es el goce por dejar salir los vuelos de un grupo de personas que entienden que el soñar se puede llevar a la práctica, es la exquisitez de decir las cosas, la búsqueda por ir hacia la esencia de cada simple acto y allí parir esa conjunción de nacimientos que es cada plano, cada escena, cada sonido, cada poema o palabra o silencio...
Haiku no es una obra que les gustará a todos, porque los que se atrevan a verla deberán entrar en conexión con su lado más sensible, con los terrores que ocultamos, con el juego de las relaciones, con la aceptación de que nada es tan extremo y que los grises de la vida nos surcan por donde miremos...
Inevitablemente los que la vean quedarán con sensaciones encontradas, con la respiración cortada por momentos, con palabras retumbando en la mente de esas que te siguen en el camino y continúan susurrándote al oído...
Haiku está inspirada desde el talento de Claudio Asaad (guionista y director), Analía Vincenti (directora de actores), Marcela Lukaciewkz (actriz protagonista), Bruno Borghi y Mauro Rossi (actores protagonistas), Martín Tártara (cámara), Jimena Kuntz (asistencia de dirección, iluminación y sonido),  Silvia Laborde y Patricia Cepa (productoras, maquilladoras y vestuario), Noelia Castillo (asistente de producción), Charly Pascual (títulos y créditos) y Bruno Ponzo (encargado del doblaje de la película)... Todos ellos son los responsables de haber creado una obra extremadamente bella para recomendar a esa gente que uno realmente quiere y que tiene la certeza de que valorarán un trabajo con corazón...
Las primeras palabras del guión que Claudio Asaad escribió fueron “Ella no puede dormir y ese no es el problema ...”, palabras pequeñitas que se transformaron en Haikus, sensaciones que erizan la piel, silencios hondos que nos muestran la cobardía de las propias resignaciones, anhelos surcados por los quebrantos... 
Cómo explicar Haiku, es difícil para hacerlo sólo con palabras, es que uno necesitaría de la belleza de sus tomas para mostrar a todos que es una película que vale la pena ver con todos los sentidos y una vez terminada necesita hablarla, necesita tener un compañero para abrazarlo, necesita taparse los oídos para volver a escuchar las canciones que quedaron dando vueltas en la cabeza...
Haiku, entonces, es mucho más que una película, es un dictamen, un manifiesto, una visión de la vida, es una daga que te atraviesa el alma y te deja goteando sueños...

Por Laura Pereyra
 

 

por Equipo de producción de un mediometraje local para ver y volver a ver. 
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