27 de Abril de 2006
 
En el día de la fecha, en ocasión de renovarse las autoridades del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales, no podemos dejar de reflexionar sobre la Situación Educativa del país, que aún no logra la valorización correspondiente por parte de las Autoridades nacionales.

En dos oportunidades el año pasado (en los meses de mayo y agosto), el Consejo Directivo actuante, elaboró sendos documentos, dando a conocer a la comunidad su gran preocupación por la falta de respuesta a la solicitud de larga data referida a la necesidad de planificación y aumento del Presupuesto Educativo en nuestro país. Entonces se solicitaba la aprobación de una ley que garantizara en términos cuantitativos [con por lo menos el 6% del Producto Bruto Interno (PBI)] una recuperación cualitativa de la Educación. Se pidió además que se debatiera el tema presupuestario en el seno del máximo órgano de gobierno de la Universidad, la Asamblea Universitaria. En definitiva, la Asamblea Universitaria se reunió, se debatió como tema excluyente, el presupuesto y las conclusiones a las que se arribó fueron plasmadas en un documento público.

Ésta y otras acciones gremiales e institucionales indudablemente dieron su fruto, ya que poco tiempo después se promulgó la ley solicitada y se fueron haciendo realidad algunos aumentos presupuestarios y salariales. No obstante ello, esta Ley tiene sus falencias, y debe ajustarse, ya que en estos momentos el presupuesto universitario destina aproximadamente un 90% para salarios y sólo 10% para funcionamiento, lo cual, lógicamente, hace imposible conseguir lo indispensable tanto para una educación de grado y postgrado, como para realizar investigación y transferencia acorde a la realidad de nuestros tiempos.

Por otra parte, a pesar de los aumentos asignados, los salarios de los Docentes de las Universidades del Estado siguen en los niveles más bajos del sector público nacional. Esto, además de generar el descontento de los docentes actuales, desalienta a los más jóvenes, que buscan otros horizontes profesionales, distintos a la Educación. Esto dificulta la renovación de la planta docente, con el consecuente deterioro de la calidad educativa. 

El impartir clases constituye la esencia de la Universidad y su interrupción es consecuencia del deterioro presupuestario y, dentro de éste, la inadecuada retribución docente; de continuar esta situación se llegará a pérdidas irrecuperables, de recursos humanos, de alumnos y de ideales para lograr una enseñanza de calidad, equilibrada e integral que se proyecte en un país justo y solidario. Demostramos nuestra profunda preocupación ante esta posibilidad, ya que, como órgano de conducción, tenemos la obligación no sólo de actuar sobre el presente, sino también pensar y planificar el futuro. Y es esto lo que nos lleva a reiterar las expresiones oportunamente realizadas por este Cuerpo, ya que indudablemente  se debe continuar con una lucha sostenida hasta  lograr respuesta a nuestro legítimo reclamo por un adecuado presupuesto educativo, en defensa de la Educación de nuestros ciudadanos y fundamentalmente de una Universidad verdaderamente libre, gratuita y que garantice la calidad de nuestros egresados.